Por Marcela del Muro y Marcos Vizcarra / Global Initiative

El año 2025 comenzó con una nueva campaña federal para prevenir el consumo de sustancias en México, sobre todo el fentanilo. En la radio, una voz grave y solemne advierte: «El fentanilo te mata; una familia unida te da vida».

El objetivo es la construcción y el refuerzo del estereotipo del denominado «adicto», que suele ser creado y difundido por Gobiernos y empresarios. Esta imagen borra los complejos contextos de vida que llevan al consumo problemático de sustancias psicoactivas de una minoría de usuarios.

En un país fracturado por la violencia, donde para sobrevivir hay que trabajar jornadas laborales extenuantes, la política pública se centra en criminalizar al eslabón más débil de los grupos criminales, aquellos que menos beneficios obtienen de las actividades ilícitas, sin abordar los problemas sociales y de salud pública que afectan a miles de personas en México.

Las campañas contra las drogas incluyen advertencias y
eslóganes como:

  • «El fentanilo destruye tu cuerpo. El ejercicio te hace fuerte».
  • «El fentanilo te engancha desde la primera vez. Las verdaderas amistades te cuidan».
  • «Si [el fentanilo] entra a tu cuerpo, te adormecerá, perderás interés en las actividades diarias y sufrirás de ansiedad, paranoia y agresividad».
  • «Con el tiempo, tus brazos, manos, dedos y cuello se irán deformando y perderás el control de tus movimientos».
  • «Aléjate de las drogas, elige ser feliz».

Según Claudia Rafful Loera, experta en salud mental, uso de sustancias y reducción de riesgos, este tipo de campañas «muestran una visión muy binaria de lo que puede ser el mundo y las personas que consumen». Esto provoca que el estigma inhiba la búsqueda de ayuda de las personas con consumos problemáticos de sustancias que desean rehabilitarse.

«Desde el modelo basado en salud del consumo de sustancias, sí se elige consumir sustancias, pero cuando se tiene un problema, se considera un problema de salud que no es por elección», explica la especialista.

En México, las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la reducción de riesgos y daños son las que sostienen a las personas con consumos problemáticos de sustancias, salvando vidas sobre todo en la frontera con Estados Unidos.

Desde hace seis años, estas organizaciones han dejado de recibir apoyo del Gobierno federal. El estigma y la criminalización de las personas usuarias también se refleja en la dificultad para conseguir el medicamento que revierte las sobredosis de opioides, la naloxona, clasificada como agente psicotrópico y difícil de conseguir en el país.

«El concepto que la comunidad tiene de estos programas es que estamos ayudando a estas personas que no se quieren, que no quieren una vida feliz. Todo el apoyo va enfocado a organizaciones que trabajen la prevención, pero estamos hablando de la prevención desde la abstinencia: o consumes o no consumes. Nosotros no trabajamos la prevención como tal; la reducción de daños la vemos también como prevención, prevenimos muertes», señala Lourdes Angulo, directora de Verter, una organización de Baja California que promociona la salud pública y los derechos humanos entre poblaciones vulnerabilizadas.

Ante estas campañas de estigmatización que se escuchan diariamente en la radio o aparecen en los anuncios de las vías principales de nuestras ciudades, es importante entender que:

  • El fentanilo médico y el fentanilo fabricado de forma ilícita no son lo mismo. La fabricación de este último no está sometida a ningún control de calidad; se ha adulterado con otras sustancias, provocando miles de muertes por sobredosis en todo el mundo.
  • El fentanilo legal no destruye el cuerpo: es un opioide que sirve para tratar el dolor y que se ha utilizado durante décadas en contextos médicos.
  • El fentanilo no «engancha a la primera», sino que un gran número de pacientes oncológicos habrían desarrollado una farmacodependencia. El medicamento causa dependencia con rapidez y es necesaria la supervisión médica en todo momento.
  • Si entra en tu cuerpo, te adormecerá al momento, pero no te alejará del interés por las actividades diarias ni sufrirás ansiedad. Lo importante es comprender que se trata de un medicamento que debe suministrarse bajo supervisión médica.
  • No perderás el control de tu cuerpo con el tiempo. Muchos pacientes oncológicos encuentran en él una ayuda para tener una vida más digna y menos dolorosa.

Los Gobiernos y las empresas pueden contribuir a atender el consumo de fentanilo en México apoyando la reducción de riesgos y daños, modelo que cuenta con décadas de evidencia que lo respaldan, en lugar de estigmatizar.