Las reasignaciones que propone la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa con el propósito de mejores beneficios del presupuesto federal asignado al campo en 2026, de 75 mil 195 millones de pesos, son útiles para que las políticas públicas del gobierno de Claudia Sheinbaum sean adecuadas para un sector que es abandonado a su suerte en medio de varias crisis y apatías.

Es un ejercicio inédito que colabora con la planeación de un gasto raquítico para el desarrollo agrícola, que crece en uno por ciento con relación al ejercido actualmente, y en caso de ser tomado en cuenta el planteamiento de reorientación en algo contribuirá a que los cultivos de granos alimentarios recuperen rentabilidad y viabilidad.

La CAADES considera, a través de su presidente Jesús Alberto Rojo Plascencia, que los programas insignia del Gobierno Federal, como Sembrando Vida, Fertilizantes para el Bienestar y Producción para el Bienestar, consisten en apoyos asistenciales y transferencias directas que limitan la capacidad del país para mejorar la competitividad y la producción nacional.

Propone reforzar acciones como el Programa de Acopio para el Bienestar, creación apoyos específicos para pequeños y medianos productores de maíz sustentado en esquemas de agricultura por contrato, mejores precios, la compra de coberturas, y fortalecimiento de la sanidad e inocuidad alimentaria para enfrentar plagas y enfermedades como el gusano barrenador y la mosca de la fruta.

La presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Rubén Rocha deben concederla la importancia debida a la  principal organización agrícola que esta vez asume un rol propositivo, además de puntual y sustentado, antes de acudir a las repetitivas medidas de presión cuando el campo siente la asfixia recurrente, año tras año, porque la mano solidaria del gobierno ahorca en vez de suministrar oxígeno.