El Presidente Donald Trump “ha decidido que Estados Unidos está involucrado en un ‘conflicto armado’ formal con los cárteles de la droga que su equipo ha etiquetado como organizaciones terroristas, y que los presuntos contrabandistas de dichos grupos son ‘combatientes ilegales’”, según un “aviso confidencial” entregado al Congreso esta semana y que retoma The New York Times.

Los periodistas Charlie Savage y Eric Schmitt dicen que esta comunicación fue enviada a varios comités del Congreso y que “nuevos detalles a la escasamente articulada justificación legal de la Administración para justificar por qué tres ataques militares estadounidenses ordenados por el Presidente contra barcos en el mar Caribe el mes pasado, en los que murieron las 17 personas a bordo, deberían considerarse lícitos y no asesinatos”.

“La decisión de Trump de considerar formalmente su campaña contra los cárteles de la droga como un conflicto armado activo significa que consolida su derecho a los poderes extraordinarios en tiempos de guerra, según especialistas legales. En un conflicto armado, según lo define el derecho internacional, un país puede legalmente matar a combatientes enemigos incluso cuando no representan una amenaza, detenerlos indefinidamente sin juicio y procesarlos en tribunales militares”, aseguran los periodistas autores del texto.

El diario cita a especialistas que dicen que los cárteles de la droga no están involucrados en “hostilidades” contra Estados Unidos; venden productos peligrosos pero no protagonizan un ataque armado.

Geoffrey S. Corn, un abogado general retirado que anteriormente fue asesor principal del ejército en cuestiones de derecho de la guerra, calificó la medida del Presidente como un “abuso” que cruzó una línea legal importante. Anna Kelly, portavoz de la Casa Blanca, le dijo a los periodistas en un correo electrónico que Trump actuó de acuerdo con la Ley de conflicto armado “para proteger a nuestro país de aquellos que intentan traer veneno mortal a nuestras costas, y está cumpliendo su promesa de enfrentar a los cárteles y eliminar estas amenazas a la seguridad nacional que asesinan a más estadounidenses”.

“La Administración Trump ha calificado los ataques de ‘defensa propia’ y ha afirmado que las leyes de la guerra le permitieron matar, en lugar de arrestar, a las personas a bordo de los barcos, alegando que los objetivos contrabandeaban drogas para cárteles que ha designado como terroristas. La Administración también ha enfatizado que alrededor de 100 mil estadounidenses mueren anualmente por sobredosis. Sin embargo, los ataques de la Administración se han centrado en los barcos procedentes de Venezuela. El aumento de muertes por sobredosis en los últimos años se debe al fentanilo, que según expertos en narcotráfico proviene de México, no de Sudamérica. Más allá de los hechos, este argumento escueto ha sido ampliamente criticado legalmente por especialistas en derecho de conflictos armados”, se lee en el texto de The New York Times.

“La notificación al Congreso, considerada información controlada pero no clasificada, cita una Ley que exige informes a los legisladores sobre hostilidades que involucran a las fuerzas armadas estadounidenses. Reitera los argumentos previos de la Administración, pero también profundiza con nuevas afirmaciones, como presentar los ataques del ejército estadounidense a embarcaciones como parte de un conflicto activo y sostenido, en lugar de actos aislados de supuesta defensa propia”, señala el diario.

El documento enviado al Congreso específicamente sostiene que Trump “ha determinado que los cárteles involucrados en el tráfico de drogas son grupos armados no estatales cuyas acciones constituyen un ataque armado contra Estados Unidos. Y cita un término del derecho internacional —‘conflicto armado no internacional’— que se refiere a una guerra con un actor no estatal”.

“Con base en los efectos acumulativos de estos actos hostiles contra los ciudadanos e intereses de los Estados Unidos y naciones extranjeras amigas, el Presidente determinó que Estados Unidos está en un conflicto armado no internacional con estas organizaciones terroristas designadas”, agrega.

Charlie Savage y Eric Schmitt dicen en su texto que hay distintos tipos de guerras, y el concepto de “conflicto armado no internacional” se desarrolló en el derecho del siglo XX para significar una guerra civil en un país, en oposición a una guerra entre dos o más estados-nación. “Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, cuando Estados Unidos entró en guerra contra Al Qaeda —un actor no estatal que opera en múltiples países— algunos expertos legales objetaron que la Administración Bush estaba estirando las reglas para justificar el uso de poderes de guerra contra un grupo que ellos comparaban más con una banda criminal de piratas”.

Pero “el Tribunal Supremo dictaminó que el conflicto con Al Qaeda era una guerra real. Convalidó la legalidad del uso de la facultad de la Administración Bush, durante la guerra, para mantener a los miembros de Al Qaeda capturados en detención indefinida sin juicio, al tiempo que declaró que el Gobierno estaba obligado por las Convenciones de Ginebra a tratar a estos prisioneros con humanidad y a no torturarlos”, añaden.

Sin embargo, “el razonamiento del tribunal se centró en que Al Qaeda había atacado Estados Unidos utilizando aviones secuestrados como armas para matar intencionalmente a personas, y que el Congreso había autorizado el uso de la fuerza armada contra ellos. De hecho, en un fallo de 2006, el tribunal también rechazó el primer intento de la Administración Bush de utilizar comisiones militares, argumentando que los legisladores debían autorizarlas explícitamente”, concluyen.