Culiacán, Sin. – Los niños de la escuela primaria General Ángel Flores saltaban en sus lugares y aplaudían con pequeños gritos cuando las cámaras los enfocaban. Eran los anfitriones de los medios de comunicación. Era el día en que inaugurarían el mural que, junto al artista Denser y la organización SUMA Sociedad Unida IAP, habían estado elaborando desde hace algún tiempo y que ahora decoraría sus bardas, todo con el objetivo de crear espacios de paz en un sector que, en el pasado, fue marcado por la violencia.

El mural, bautizado por los niños como “El arte es nuestra paz”, cubre gran parte de la barda frontal de la escuela. Con técnica de pintura en aerosol se ilustraron personajes de la película de Disney Pinocho, mientras que en uno de los costados se encuentran representadas diversas aves étnicas del estado, simbolizando la biodiversidad de Sinaloa.

 

¿Por qué pintan por la paz?

 

La organización SUMA y el colectivo Vamos Pintando, que desde hace dos años han apostado por llenar de arte los barrios marginados y espacios escolares con el fin de crear entornos de paz, así como contribuir al aumento de la percepción de seguridad en las colonias y escuelas, realizaron esta intervención artística en la escuela General Ángel Flores, ubicada a menos de un kilómetro del centro de la ciudad.

“En Culiacán, nuestra niñez anhela estos espacios. Busca expresarse y merece desarrollarse con paz y con armonía. Merece crecer en un ambiente que ha sido complejo en los últimos meses, en el último año, y brindarle eso a nuestra niñez es un reto, pero también es un derecho que tienen: desarrollarse en un entorno libre de violencia. Creo que es muy claro el mensaje que transmiten con esto”, expresó José Iván Velázquez Aréchiga, director general de SUMA Sociedad Unida I.A.P.

 

Santiago, un pequeño de no menos de 11 años, fue uno de los alumnos que participaron en la creación del mural. Al preguntarle, se mostró tímido, pero orgulloso de haber contribuido. Su meta, dijo, era sacar una sonrisa a quienes lo vieran, así como hacerlos pensar en su propia infancia.

“Todo esto que hicimos representa la paz (…) quiero que, cuando lo vean, piensen en paz, piensen bonito, y no piensen en la violencia”, expresó con convicción.

 

Cuando menciona la violencia, frente a su obra, a las puertas de la escuela, basta con girar la cabeza hacia la derecha para ver, a lo lejos, el Hospital Civil. Ese lugar fue escenario de una masacre el pasado 29 de agosto, en la que perdieron la vida Jorge Armando, de 32 años; Rubén, de 61; José Ramón, de 38; y, horas después, Víctor Antonio, de 47, quien falleció en terapia intensiva.

Además, una menor de 13 años resultó herida por esquirlas durante el ataque.

En un entorno donde las noticias de violencia son frecuentes, estos espacios permiten a las infancias imaginar un presente distinto. Según Ivan Velázquez, el arte, en este caso, no solo decora: transforma, une y siembra esperanza en una ciudad que necesita más motivos para creer en un futuro mejor.

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