Culiacán, Sinaloa.- El embarazo en adolescentes sigue siendo una de las principales limitantes en el acceso al derecho a la educación en Sinaloa y todo México, pues provoca abandono escolar y amplía las brechas de desigualdad, mencionó Nuria Alejandra González Elizalde, directora de Mexicanos Primero en Sinaloa (MPS).

Indicó que el embarazo a temprana edad es uno de los retos más importantes para garantizar el derecho a aprender de las niñas, niños y adolescentes, ya que de acuerdo a diversos estudios, las niñas y adolescentes en condiciones de embarazo y maternidad están entre los grupos con mayor desventaja para acceder al derecho a la educación.

“¿Cuál es la afectación? Que propicia sin duda el abandono escolar, y de acuerdo con este estudio de CONEVAL, tanto el embarazo como el matrimonio o la unión por motivos familiares se encuentran entre las principales razones por las cuales los alumnos de 5 a 17 años no asisten a la escuela. Aunque es ligeramente mayor en las mujeres, también los hombres dejan de asistir por esas razones”, mencionó.

Según datos obtenidos a través del Cubo Dinámico “Nacimientos 2025”, de la Secretaría de Salud al corte del 26 de septiembre de 2025, en Sinaloa se han registrado en este año, 1,291 nacimientos donde la madre tiene entre los 13 y 17 años de edad. 

En números el impacto se refleja de la siguiente manera: el estudio señala que en 2022  las mujeres de 12 a 17 tenían una tasa de asistencia del 85.9, pero esta tasa se reducía a 18.3 en las adolescentes con al menos un hijo.

“Es decir, las mujeres entre los 12 y los 17 años tienen una asistencia a la escuela del 85.9, pero una vez que las mujeres tienen un hijo la asistencia se reduce al 18.3, este es el impacto”, explicó González.

El abandono escolar, mencionó, ocurre principalmente entre el nivel secundaria y preparatoria o bachillerato.

Nuria González explicó que entre los motivos para que las mujeres no se incorporen a la escuela después del embarazo están las dificultades de crianza de los hijos, la necesidad de tener ingresos adicionales, las condiciones socioeconómicas precarias, la discrimación en las escuelas y la falta de opciones de guardería.

Aunque entre los motivos también está la decisión de las y los adolescentes de no continuar con sus estudios ya que asumen nuevos roles familiares, agregó.

Ante esta situación, indicó, se realza la importancia de ampliar y mejorar las estancias infantiles, “porque si estamos identificando que si es uno de los motivos por los que las adolescentes no se incorporan a la escuela, esta sería una razón más del por qué ampliar y mejorar este esquema de los centros de desarrollo infantil”.

Además, si bien en las escuelas se imparte educación sexual y reproductiva, las estadísticas de embarazo en adolescencia demuestran que no es suficiente, por lo que se debe analizar la calidad de la información que se comparte e impartir temas de consentimiento, autonomía y derechos sexuales y reproductivos, mencionó.

“Falla en garantizar que esta educación se traduzca en un poder real de los adolescentes, por eso creemos que sí hay una deuda pendiente y tenemos que pasar de una educación sexual de información a una educación sexual de derechos y de vida”, dijo.

Indicó que las escuelas juegan un papel importante en la prevención y atención del embarazo adolescente, ya que de acuerdo a la Ruta de Niñas y Adolescentes Madres y en Embarazo (NAME), forman parte de las instituciones que tienen la responsabilidad de dar aviso a las instancias correspondientes en caso de detectar el embarazo de una niña o adolescente.

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