Por Marcela Del Muro y Marcos Vizcarra*
Mientras que en Estados Unidos el fentanilo producido de forma no regulada ha tenido terribles consecuencias para su población, la reacción de México ante la crisis sanitaria de su vecino ha generado, entre otros problemas, una falta de atención a su propia crisis de salud: el consumo de metanfetamina.
En la conferencia mañanera del 7 de enero de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que «el fentanilo en nuestro país realmente no es un problema». Esto es parcialmente cierto. En la frontera norte de México, se han registrado sobredosis en ciudades como Tijuana y Mexicali, en el estado de Baja California, sobre todo por el consumo de drogas cruzadas, cuyos componentes incluyen fentanilo, aunque la sustancia principal es, mayoritariamente, metanfetamina.
«Hemos tenido personas consumidoras con sobredosis y refieren que no eran consumidores de opioides, sino que eran consumidores de coca u otra sustancia como el cristal, y han tenido esta sobredosis por la mezcla de sustancias», explica Lourdes Angulo, directora y fundadora de la asociación civil Verter, ubicada en la frontera norte de México y dedicada a la atención de personas consumidoras.
Los programas antidrogas en México se han basado en un enfoque reactivo y restrictivo hacia los consumidores a través del prohibicionismo. Estas campañas han fomentado los mercados ilícitos, como muestran los informes de incautaciones. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, se evidencia que la metanfetamina es la sustancia más incautada en todo el país.
«Se gasta en espectaculares para hablar del fentanilo, cuando lo que viven los jóvenes en las calles es cristal», señala la investigadora Angélica Ospina.
Asimismo, Martha Torres, directora de la Comisión Estatal de Adicciones Sinaloa, explica que «en promedio, la mayoría de pacientes da positivo a metanfetaminas. Sigue siendo, a pesar de la aparición del fentanilo, la droga de más impacto».
Los Centros de Integración Juvenil a nivel nacional confirman la misma tendencia: ocho de cada diez pacientes en rehabilitación llegan por metanfetaminas, no por opioides. Además, la metanfetamina afecta a personas cada vez más jóvenes: la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco registró casos de consumo en niñas y niños de tan solo diez años.
En 2025 se esperan los resultados de una nueva encuesta que ayudará a comprender el consumo de sustancias en México de una manera pedagógica y basada en la evidencia, más allá de las políticas prohibicionistas. Las personas consultadas para este estudio señalan que los resultados pueden servir para fortalecer los centros de salud comunitarios, sustituir los centros de rehabilitación violentos, facilitar pruebas para detectar la adulteración de las sustancias, proporcionar naloxona y ofrecer servicios de reducción de daños con programas de prevención temprana en las escuelas, con información clara y sin estigmas.
«El problema en México no es el fentanilo. Es la falta de una política pública integral que enfrente el consumo de cristal con empatía y ciencia», señala Torres.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.