Culiacán, Sin.- Beatriz Mejía Restrepo, fundadora y directora del Grupo Internacional de Paz, Colombia, comentó que si bien en estos momento existen emociones públicas de frustración e impotencia en Culiacán, también hay la capacidad y potencial para cambiarlas hacia la esperanza.
Durante su participación en el Encuentro Ciudadano sobre Seguridad y Justicia en México, organizado por el Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), con la ponencia “Cuando la ciudadanía despierta: lecciones de Medellín sobre emociones colectivas, confianza social y paz”, explicó que el tema va relacionado con la confianza social y el papel de la ciudadanía en el gobierno.
Comparando los casos de Culiacán y Medellín, dijo que ambas ciudades han sobrellevado casos similares, pero en ambas existe una comunidad muy cálida y una identidad en sus habitantes muy arraigada y fuerte.
“Desafortunadamente también una permisividad y cierto nivel de tolerancia a esa transformación cultural que ha hecho el narcotráfico. También nos parecimos un poco en la desesperanza, en esas emociones públicas que afrontamos”, expuso.
“Y la buena noticia es que esas emociones cambian y que a pesar de que ahora hay cierta frustración, cierta impotencia, miedo, pues también hay toda la capacidad y potencial, justamente por lo pujantes, solidarios que pueden ser los culichis sobre el cambio, un cambio para la esperanza, para la transformación, para el empoderamiento”, continuó.
Beatriz Mejía señaló que claramente hay una estigmatización de Culiacán desde afuera, pero también existen iniciativas para contar las cosas buenas. En este punto, opinó que los medios de comunicación pueden apoyar teniendo una narrativa distinta, posicionando las cosas buenas que pasan en Sinaloa.
Lo anterior, porque el papel de los medios para las emociones públicas es fundamental; independientemente de eso, dijo que la responsabilidad es de todos los actores, gobierno, sociedad civil, empresarios, artistas, etc.
“A veces otra vez renace la frustración, pero bueno, digamos que hay una cantidad de emociones que pueden ser negativas, que pueden ser frustrantes, pero creo que el ser humano siempre, en el fondo, mantiene esa llama viva, es porque hay esperanza”, consideró.
Mencionó que ella cree mucho en la capacidad de los culichis y en general de Sinaloa, así como lo tuvieron en Medellín, es decir, en transformar estructuralmente las causas de la violencia.
Sobre qué necesita Culiacán para salir de la desesperanza producto de la narcoviolencia, Beatriz Mejía aseguró que ya lo está haciendo con eventos como el Encuentro Ciudadano sobre Seguridad y Justicia en México, o con la movilización de las madres de los desaparecidos, o con la cantidad de programas de la iniciativa privada como Fundación Coppel o Grupo GC1; sin embargo, aclaró que los resultados no serán inmediatos.
“A veces uno piensa que no está pasando nada, pero está pasando, entones siento que un camino que le agregaría es la confluencia de liderazgos de manera permanente, construir juntos, esto no es de partidos, ni de sectores, es un poco un liderazgo que se sostiene en una misión por el desarrollo, por la calidad de vida, por la paz”, explicó.
Precisó que estos liderazgos deberían ser heterogéneos, diversos, con capacidad de consenso, de escuchar, así pensemos distintos, pero con capacidad de mantenerse en iniciativas juntos, esto es lo que puede ser favorable.
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