La sierra de Badiraguato, cuna de la familia Guzmán y bastión histórico del narcotráfico en México, enfrenta un nuevo capítulo de violencia: la casa de la señora Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo”, fue atacada con drones.

La violencia en esa zona comenzó el 16 de septiembre, con enfrentamientos entre grupos criminales que han provocado el desplazamiento forzado de decenas de habitantes en comunidades como Huixiopa, La Lapara, La Tuna, Bacacoragua, Cieneguita, Potrero de la Vainilla, La Palma y San José del Barranco.

“Ha habido un fenómeno repentino de desplazamiento y lo hemos estado atendiendo en Badiraguato y aquí en Culiacán. Tenemos un registro tanto de los que están en Badiraguato como los que están acá, pero eso ya ha sido atendido. Hay un operativo… se han decomisado muchos drones, porque en efecto se han estado usando drones y la gente le tenía al drone”, reconoció el gobernador Rubén Rocha Moya este martes en Culiacán, tras salir de una reunión con el Gabinete Estatal de Seguridad.

Testimonios recabados indican que los ataques habrían iniciado desde el 16 de septiembre. Mientras el país celebraba la Independencia, las comunidades serranas de Sinaloa vivieron una noche de pánico.

“Toda la noche detonaron ráfagas y se escuchaba un dron que lanzaba explosivos”, contó una mujer de Bacacoragua, donde habitaban unas 20 familias. La luz se cortó desde las 9:30 de la noche, presuntamente por órdenes de los grupos armados, y no se restableció hasta su éxodo.

“Los armados pasaban diciendo que son los de El Guano contra los de El Músico”, relató otro habitante.

Los accesos a los ranchos fueron tomados por hombres en motocicletas y vehículos todo terreno, quienes controlan entradas y salidas. En Bacacoragua, el grupo que ganó el enfrentamiento se asentó en la entrada principal e impide el paso a quienes intentan salir o volver a sus hogares.

La violencia se extendió a La Tuna –rancho de la familia Guzmán– y Huixiopa, donde más de 80 familias estuvieron bajo el acecho de grupos armados. En La Lapara, los criminales bloquearon los caminos e impidieron el acceso a quienes intentaban entrar o rescatar a familiares.

Las familias se han desplazado hacia Culiacán, muchas de ellas hacia la zona del basurero municipal, donde las personas han buscado empleo como pepenadores para poder ganar dinero y alimentarse, dejando atrás los días de siembra y pastoreo de ganado para ganar dinero y vivir en paz.

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