La Tuna, Badiraguato, cuna de la familia Guzmán y bastión histórico del narcotráfico en México, ha sido bombardeada con drones, incluyendo la casa de la señora Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo”.
“Ha habido un fenómeno repentino de desplazamiento y lo hemos estado atendiendo en Badiraguato y aquí en Culiacán. Tenemos un registro tanto de los que están en Badiraguato como los que están acá, pero eso ya ha sido atendido. Hay un operativo… se han decomisado muchos drones, porque en efecto se han estado usando drones y la gente le temía al drone”, reconoció el gobernador Rubén Rocha Moya este martes en Culiacán, tras salir de una reunión con el Gabinete Estatal de Seguridad.
La violencia en esa zona comenzó el 16 de septiembre, con enfrentamientos entre grupos criminales que han provocado el desplazamiento forzado de decenas de habitantes en comunidades como Huixiopa, La Lapara, La Tuna, Bacacoragua, Cieneguita, Potrero de la Vainilla, La Palma y San José del Barranco.
Testimonios de pobladores señalan que hay cuatro grupos que pelean el territorio: “Los 22”, una banda criminal atribuida a la facción de “Los Chapitos”; “Los Salazar”, otro grupo criminal que proviene desde la región serrana de Chihuahua; “Los Músicos”, una agrupación que se identifica como parte de “Los Mayos”, pero que la Secretaría de la Defensa Nacional los relaciona también con el cartel de “Los Beltrán Leyva”, dirigido por Fausto Isidro Meza Flores, “el Chapo Isidro”; y “Los Guanos”, dirigidos por Aureliano Guzmán Loera, hermano de “el Chapo”.
La casa de los Guzmán Loera fue atacada en múltiples ocasiones con drones en las últimas 48 horas. Esa vivienda se encontraba vacía desde la muerte de la señora Consuelo el 10 de diciembre de 2023. La mujer tomó popularidad por ser una creyente cristiana con un templo construido frente a su casa por órdenes de “el Chapo”, así como por sus múltiples entrevistas en medios de comunicación y por su encuentro videograbado con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2020, cuando este último supervisaba una obra carretera en La Tuna.
Badiraguato bajo acecho
Los testimonios recabados por ESPEJO indican que los ataques habrían iniciado desde el 16 de septiembre. Mientras el país celebraba la Independencia, las comunidades serranas de Sinaloa vivieron una noche de pánico.
“Toda la noche detonaron ráfagas y se escuchaba un dron que lanzaba explosivos”, contó una mujer de Bacacoragua, donde habitaban unas 20 familias. La luz se cortó desde las 9:30 de la noche, presuntamente por órdenes de los grupos armados, y no se restableció hasta su éxodo.
“Los armados pasaban diciendo que son los de El Guano contra los de El Músico”, relató otro habitante.
Los accesos a los ranchos fueron tomados por hombres en motocicletas y vehículos todo terreno, quienes controlan entradas y salidas. En Bacacoragua, el grupo que ganó el enfrentamiento se asentó en la entrada principal e impide el paso a quienes intentan salir o volver a sus hogares.
La violencia se extendió a La Tuna –rancho de la familia Guzmán– y Huixiopa, donde más de 80 familias estuvieron bajo el acecho de grupos armados. En La Lapara, los criminales bloquearon los caminos e impidieron el acceso a quienes intentaban entrar o rescatar a familiares.
Las familias se han desplazado hacia Culiacán, muchas de ellas hacia la zona del basurero municipal, donde las personas han buscado empleo como pepenadores para poder ganar dinero y alimentarse, dejando atrás los días de siembra y pastoreo de ganado para ganar dinero y vivir en paz.
Los conflictos en Badiraguato
Badiraguato, enclavado en el llamado “Triángulo Dorado”, ha sido durante décadas territorio de cultivo de amapola y marihuana, y cuna de capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán, los Beltrán Leyva y Rafael Caro Quintero.
Aunque los campesinos nunca se enriquecieron, la región se convirtió en un enclave estratégico para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Los conflictos armados no son nuevos: entre 2016 y 2018 se registraron desplazamientos masivos por pugnas dentro de la familia Guzmán.
Sin embargo, en esta ocasión se trata de otra historia, tras la captura de Ismael “el Mayo” Zambada en 2024, su hijo Ismael Zambada Sicairos, “Mayito Flaco”, inició una expansión violenta en el municipio. Retenes, bloqueos, grafitis con las letras “MF” y enfrentamientos en los pueblos más emblemáticos muestran una lucha abierta por el control del territorio.
Los primeros choques comenzaron hace un año en San José del Llano, pero en los últimos meses se extendieron a Bacacoragua, Huixiopa y La Tuna.
Sin resguardo oficial y ante el uso de drones con explosivos, los habitantes optaron por huir a pie, por veredas, viajando en caravanas de vehículos para evitar quedar atrapados entre los bandos.
Aunque el gobernador Rocha Moya afirmó que el fenómeno “ya ha sido atendido”, no existe un registro público sobre el número de personas desplazadas ni sobre las condiciones de seguridad en la zona.

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