Badiraguato, Sinaloa.- Luis, originario de Mazatlán, acudió el pasado martes a rendir tributo a San Judas Tadeo en Parque Mirador, Badiraguato. Como otras personas, subió de rodillas hasta estar a los pies del monumento religioso. ¿Su razón? “Es el sacrificio para mantener mi negocio“, dijo a la prensa, entre pausas para jalar aire y limpiándose el sudor, al final de su peregrinación.

El mazatleco relató que su viaje desde el puerto estuvo lleno de momentos difíciles. Desde personas cercanas bien intencionadas que le advertían no exponerse ante el panorama violento que desde septiembre de 2024 se ciñe sobre Sinaloa, hasta miembros de corporaciones de seguridad que lo “chingaron”, quitándole dinero en el camino.

Pese a todo, el hombre, que vestía con un manto verde y túnica blanca, asemejándose al santo en su representación más popular, pudo cumplir con su comanda este año.

La comanda es una promesa o sacrificio que los devotos hacen a un santo en busca de su protección o como muestra de gratitud por los favores recibidos. En el caso de Luis, subir de rodillas fue su manera de pedir mantener a flote su negocio y, al mismo tiempo, agradecer por las ayudas personales que San Judas le ha concedido.

Sin embargo, no todos los devotos corrieron con la misma suerte. Anna Karen, otra creyente originaria de Mazatlán y organizadora de un tour con alrededor de 40 personas provenientes de distintos estados del país, contó que algunos de los participantes no lograron llegar a la festividad de San Judas debido al “movimiento”, como se refirió al brote de violencia.

De acuerdo con Anna Karen, hubo sinaloenses que prefirieron acudir al Templo de San Hipólito y San Casiano, considerado la casa de San Judas Tadeo en la Ciudad de México, antes que adentrarse en el conflictivo territorio de Badiraguato.

La localidad es un bastión histórico de la familia Guzmán, al frente de una de las facciones del cartel de Sinaloa, organización criminal que hoy se encuentra enfrascada en una guerra interna por la hegemonía regional.

El pasado martes, decenas de devotos llegaron a los pies de la monumental estatua de San Judas Tadeo, donada a la municipalidad en 2023 por una persona cuya identidad se mantiene en secreto. En el mismo día, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, confirmó ante los medios de comunicación el uso de drones por parte del crimen organizado para efectuar ataques en Badiraguato.

En la capilla de ofrendas, situada a la izquierda de la estatua dentro del pequeño Parque Mirador, personas de todas las edades colocaban veladoras, flores y figuras de San Judas Tadeo. El ambiente era solemne, marcado por un silencio poco habitual para una festividad, lejos del bullicio que, según la tradición, caracteriza el día del santo.

Casi al final de las largas escaleras que conducen al parque, pegados en la caja de un medidor de la CFE, al visitante lo reciben dos volantes de la Comisión Estatal de Busqueda de Personas de Sinaloa.

Uno se trata de Iván Alexis, de 25 años, que desapareció en agosto del presente año luego de salir al medio día desde La Amapa, Badiraguato, con rumbo a Pericos, Mocorito. El otro volante intenta localizar a Carlos Omar, de 31 años de edad, desaparecido desde el 21 de abril de 2024 en Badiraguato.

Tan solo en el periodo entre septiembre de 2024 y el 8 de octubre de 2025, coincidente con el estallido del conflicto antes mencionado, en Sinaloa han desaparecido 2 mil 139 personas. En el caso de Iván y Carlos, sus rostros se exhiben como un recordatorio silencioso de las tragedias que atraviesan las familias de la región, a pocos pasos de “el santo de las causas difíciles“.

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