Una embarcación con 27 adolescentes –todos entre los 13 y 17 años de edad– y una jovencita de 18 años, fue localizada en el Golfo de California. De acuerdo con autoridades de Sinaloa, el barco se mantenía en el área de puerto de La Paz, Baja California, pero todos fueron llevados hacia Topolobampo, al norte de Sinaloa, para procesar una investigación por solicitud de la Secretaría de Marina. Esos adolescentes iban directo a campos agrícolas del municipio de Comondú como esclavos para la siembra de espárragos en esa región.

“(Se investiga como) trata de personas en la modalidad de explotación laboral”, confirmó Claudia Sánchez Kondo, fiscal general de Sinaloa, durante la tarde del jueves 30 de octubre, cuando se dio a conocer el arribo del barco al puerto de Topolobampo, Sinaloa.

 

La embarcación fue localizada cerca de la zona portuaria de La Paz, vagando sin rumbo fijo. No se conoce si había alguien que la estuviera navegando, por eso llamó la atención de los marinos. Se hizo un operativo, algo un tanto de película según la narración oficial: avistaron el barco tipo carguero, se acercaron y al no tener respuesta ingresó un grupo de elementos y encontraron a los adolescentes de una manera –no discreta con exactitud– como esclavos.

“El humanismo te obliga a que tengas que atender todo lo que se tenga que atender y sin pensar que le pertenece la obligación a tal o cual gobierno”, dijo el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, en entrevista la tarde del jueves en Culiacán.

 

Esa referencia del mandatario abrió más preguntas sobre por qué los adolescentes no fueron llevados al puerto de La Paz si se encontraban cerca. Hasta hoy se desconoce una relación, salvo las hipótesis de la Fiscalía General de Sinaloa sobre el negocio de trata para empresarios agrícolas.

“(De manera) extraoficial se comenta que iba (el barco) a una comunidad de Baja California Sur a la cosecha de espárragos. (Los adolescentes) están declarando para confirmar el dato”, señaló Sánchez Kondo.

 

Lo que sí se conoce es que hay adolescentes que son de la región del sur de México, específicamente de Chiapas, pero hay más adolescentes de los que no se pudo confirmar su nacionalidad mexicana, un hecho que abriría un capítulo más amplio en la investigación, se entablaría una posible red internacional de trata de personas.

“El dato que se tiene de algunos que traen consigo su acta de nacimiento es que son de Chiapas”, dijo la Fiscal.

 

Sin embargo, no todos hablan español, sino que se ha solicitado ayuda de traducción sobre lenguas indígenas de la región sur de México para poder conocer más detalles. Además, se pudo localizar a familiares, con quienes se tiene comunicación vía telefónica.

“El Ministerio Público ha realizado entrevistas a 25 de las personas rescatadas, quienes de manera coincidente manifestaron que ‘viajaban de forma voluntaria’ con destino a Baja California Sur para realizar trabajos agrícolas, y que ya habían laborado en el municipio de Comondú”, se informó por la Fiscalía General.

 

Autoridades sanitarias federales informaron que se tiene a los menores de edad en revisión médica para determinar su estado de salud y el tiempo que estuvieron en abandono, así como que todos los menores y la jovencita de 18 años serán llevados a refugios del gobierno municipal de Ahome, donde deberán ser atendidos hasta la localización de sus familiares.

Los adolescentes se encontraban en un barco de tipo carguero, y, aunque no se tiene el detalle aún de la forma en que fueron localizados, se insiste en que viajaban como esclavos para trabajar en campos agrícolas.

“Sigue siendo alarmante la indiferencia y el desconocimiento frente a la explotación laboral en el campo mexicano, así como la desesperación de las familias que, ante la falta de alternativas, permiten y a veces buscan que sus hijas e hijos migren hacia el norte de México o hacia Estados Unidos, donde viven múltiples violencias”, dijo la investigadora Iliana Padilla, Doctora en Estudios Regionales con énfasis en América del Norte por la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

“La persistente necesidad de atribuir el mal a “el narco”, como si todo lo que ocurre en México se explicara por esa figura. Cuesta más aceptar que detrás de la migración a los campos agrícolas hay empresarios ‘respetables’, de esos que suelen proclamar que ‘somos más los buenos’, y todo un sistema donde también participan las autoridades”.

La Fiscalía General de Sinaloa tomó el caso, pero se trabaja de manera conjunta con la Fiscalía General de la República por ser un delito relacionado con trata de personas.

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