El Índice de Competitividad Estatal 2025 (ICE) del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. ubicó a Sinaloa en el lugar 16 del país, por ser un Estado sólido en infraestructura y servicios sociales, pero frenado por bajo crecimiento económico, débil apertura externa y altísima intensidad energética, además de rezagos en seguridad y justicia que encarecen la inversión.
Mientras la entidad avanza en conectividad, educación y participación laboral de las mujeres, retrocede en crecimiento económico, seguridad y eficiencia energética, tres factores clave para atraer inversión en un contexto nacional de competencia por el nearshoring.
Sinaloa destaca en infraestructura (9º lugar nacional) gracias a una alta cobertura de telefonía móvil (95%) y uso de banca digital (tercer lugar nacional). Sin embargo, el acceso a internet en hogares sigue rezagado, con apenas 63%, muy por debajo de estados como Nuevo León o Querétaro.
En salud y desarrollo social, el estado figura en la sexta posición: cuenta con más camas hospitalarias, médicos especialistas y menor mortalidad infantil que la media nacional. Pero esas fortalezas no se reflejan en su economía: el PIB per cápita ronda los $227 mil pesos anuales, y su crecimiento es de apenas 0.6%, el tercero más bajo del país.
Sinaloa exporta poco y consume mucho
Las exportaciones representan apenas el 8% del PIB estatal, muy por debajo de economías industriales como Chihuahua o Guanajuato. En inversión extranjera directa, Sinaloa capta solo 0.8 dólares por cada mil de su PIB, lo que evidencia su débil inserción en cadenas globales de valor.
A esto se suma un problema estructural: la alta intensidad energética, con 12 mil kWh por millón de pesos producidos, lo que ubica al estado en el puesto 30 nacional. En palabras del IMCO, esa ineficiencia encarece la producción y limita la transición hacia sectores más sustentables y competitivos.
Seguridad y Estado de derecho: una carga económica para Sinaloa
Aunque la percepción ciudadana de seguridad (44%) es mejor que la media, la realidad muestra otra cara: 26 homicidios por cada 100 mil habitantes y una cifra negra del 95% en delitos no denunciados. Además, Sinaloa es el quinto estado con más agresiones contra periodistas, un factor que impacta la confianza institucional y empresarial.
Donde el estado tiene margen de ventaja es en su gente: tres de cada diez adultos mayores de 25 años cuentan con educación superior (4º lugar) y la participación económica femenina alcanza el 43% (3º lugar). Sin embargo, gran parte del empleo sigue siendo informal o de baja productividad.
Para capitalizar las oportunidades del nearshoring, Sinaloa necesita diversificar su economía más allá del agro, atraer inversión limpia y mejorar la seguridad jurídica. También debe apostar por energías más eficientes, empleo formal y protección a periodistas, elementos que podrían elevar su competitividad sin sacrificar bienestar.
“Sinaloa tiene capital humano y estructura suficiente para subir al top 10, pero su economía no está creciendo al ritmo del país”, apunta el análisis del IMCO.
Mientras estados como Nuevo León, Querétaro y Jalisco consolidan su liderazgo, Sinaloa se mantiene en la mitad de la tabla, con el potencial de dar el salto si convierte sus fortalezas sociales en motores económicos.
Debilidades
En infraestructura, Sinaloa se posiciona noveno nacional, impulsado por la bancarización digital (3º en uso de banca móvil) y la expansión de terminales de pago (10º), aunque 63% de hogares con internet aún lo deja a media tabla. En sociedad y salud, el estado figura sexto, con buena disponibilidad de camas hospitalarias y personal especializado.
El freno
El freno está en la economía real: el PIB per cápita ($227,991) es medio, el crecimiento trianual (0.6%) es de los más bajos (30º), y las exportaciones apenas significan 8% del PIB (24º); la IED ronda 0.8 por millar de PIB (18º). La paradoja: Sinaloa sí innova (7º en patentes), pero consume mucha energía por unidad de producto (30º).
Costoso estado de derecho
En el Estado de derecho, la ecuación es costosa: homicidios (26.3 por 100 mil, 23º), cifra negra (95%, 31º) y agresiones a periodistas (10.4 por millón, 29º), a pesar de que la percepción de seguridad (44%, 7º) es relativamente favorable. Estos factores elevan riesgo y primas para el capital productivo.
La oportunidad
Si Sinaloa quiere capitalizar el nearshoring y el Plan México, necesita abrir su economía (más exportación e IED), bajar su intensidad energética con eficiencia en agroindustria y logística fría, fortalecer el Estado de derecho —con énfasis en protección a periodistas— y mover el empleo hacia la formalidad, aprovechando su alto capital humano femenino y técnico. Sin estos ajustes, el estado corre el riesgo de quedarse en la mitad de la tabla en el próximo ciclo del ICE.
 
		 
		

 
		 
		 
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