Por: Luis Eduardo Escobar
Mentoría: Thelma Gómez Durán
Los que saben de luciérnagas aseguran que en la zona centro de México es más fácil encontrarlas entre junio y agosto. Para septiembre, es difícil mirarlas. La dificultad de la misión aumenta cuando se les busca en uno de los bosques urbanos más grandes y visitados de Latinoamérica. Aun así, las hallaron.
Sucedió la noche del 3 de septiembre de 2024. Ese día, los biólogos Ishawari Gutiérrez y Edwin Domínguez, junto con otros integrantes de su equipo, realizaron sin éxito varios recorridos para buscar luciérnagas por la primera sección del Bosque de Chapultepec. Cuando planeaban retirarse, un destello llamó su atención.
La luz titilaba en la zona del lago menor, muy cerca del Castillo de Chapultepec. Continuaron la búsqueda, que se extendió hasta la madrugada del 4 de septiembre. El esfuerzo tuvo su recompensa: identificaron tres ejemplares, dos hembras y un macho.

Photinus mariasabinae hembra. Foto: cortesía Ishwari Gutiérrez
Con su mirada entrenada, Gutiérrez y Domínguez examinaron los tres ejemplares. En ese momento, no lograron determinar a qué especie pertenecían. Fue entonces cuando una duda comenzó a crecer: ¿será una nueva especie?
Después de más de tres meses de realizar comparaciones con ejemplares resguardados en diversas colecciones, la sospecha de los biólogos se convirtió en certeza: estaban ante una nueva especie para la ciencia, una que no había sido descrita antes.
La nueva especie de luciérnaga hallada en el Bosque de Chapultepec ya tiene nombre, se eligió a través de una votación pública organizada por el gobierno de la Ciudad de México. Se llama Photinus mariasabinae, en honor a María Sabina, la chamana mexicana conocedora de la tradición Mazateca del uso de hongos alucinógenos con fines medicinales y rituales.

Cartel con el que se anunció el nombre elegido para la nueva especie de luciérnaga. Imagen de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX
Conocer a nuestros vecinos
El hallazgo de la Photinus mariasabinae, la nueva especie de luciérnaga en Chapultepec ocurrió durante el primer BioBlitz que se organizó en la Ciudad de México, el 3 y el 4 de septiembre de 2024.
Los BioBlitz son eventos de intensa exploración biológica, con el objetivo de fomentar el interés en la biodiversidad en las personas no especializadas. El primero se realizó en Kenilworth Aquatic Gardens, en Washington D.C., en 1996. Ahí se identificaron a casi un millar de especies, muchas de ellas nativas.
Desde entonces, quienes impulsan los BioBlitz buscan que este tipo de ejercicios comunitarios se realicen en un lugar distinto cada año, en reservas ecológicas o parques urbanos. Fue así que este formato comenzó a extenderse a otras regiones del mundo, pasando por España, Australia, Eslovenia y Canadá, hasta llegar a México en 2024.

El biólogo Ishwari Gutiérrez, durante el BioBlitz 2024. Foto: cortesía Iswari Gutiérrez
“Durante 24 horas nos dedicamos a inventariar todos los seres vivos, desde las lombrices, las arañas, los insectos de todo tipo, las plantas, los árboles… Todo lo que vive en Chapultepec lo inventaríamos”, explica el doctor en biología, Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.
El doctor Medellín, junto con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), organizaron el primer BioBlitz en la Ciudad de México. El sitio elegido fue la primera sección del Bosque de Chapultepec, el parque urbano de mayor extensión y más visitado en América Latina. Ese ejercicio logró reunir alrededor de 200 estudiantes y 30 especialistas de distintas áreas (entre ecólogos, zoólogos, micólogos) de los institutos de Ecología y Biología, de la Facultad de Ciencias y de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Participantes del primer BioBlitz realizado en 2024. Foto: tomada del sitio web de la Sedema CDMX
Los participantes se auxiliaron de iNaturalist, una red social donde especialistas y aficionados mapean el avistamiento de especies. En total, se realizaron 656 observaciones de 274 especies distintas, sólo en 24 horas: líquenes, algas, hongos, arañas, tlacuaches, murciélagos y muchas otras especies más.
Un equipo de botánicos, por ejemplo, identificó el Jazmincillo o (Pisoniella arborescens), una planta que se consideraba extinta, porque habían pasado más de 270 años desde su última documentación.
Con los BioBlitz, explica Medellín, “queremos animar a la población de la Ciudad de México a que conozcan su biodiversidad, a que conozcan a sus vecinos, a que conozcan a las plantas y los animales con los que compartimos este increíble espacio que es Chapultepec”.

Fotografía de la página de INaturalist donde se registraron las observaciones del BioBlitz de 2024.
La vecina que no se tenía identificada
Durante el BioBlitz de 2024, los biólogos Ishwari Gutiérrez y Edwin Domínguez se sorprendieron al corroborar que en iNaturalist no había un registro que coincidiera con las luciérnagas que habían hallado.
Sus sospechas de que se trataba de una nueva especie aumentaron al revisar las colecciones biológicas. Así verificaron que los ejemplares hallados en Chapultepec no pertenecían a ninguna de las 16 especies de luciérnagas documentadas en la Ciudad de México.
La búsqueda se extendió a otras colecciones que incluyen especies registradas en zonas aledañas a la Ciudad de México. Tampoco hallaron nada.
Gutiérrez explica que, para determinar que se está ante una nueva especie, es necesario realizar una comparación morfológica: se revisan las alas y cada parte del cuerpo, pero lo que suele ser muy determinante son los genitales.

Photinus mariasabinae macho. Foto: cortesía Ishwari Gutiérrez
Los especialistas consideraron la posibilidad de que la luciérnaga hubiese sido introducida en el Bosque de Chapultepec. Para descartar eso, el equipo consultó la Colección Nacional de Insectos. Ahí encontraron ejemplares que datan de 1955, recolectados en la colonia Nueva Santa María, en la alcaldía de Azcapotzalco, pero que no habían sido descritos por la ciencia.
Ese registro los llevó a inferir que la especie de luciérnaga hallada durante el primer Bioblitz fue común en el noroeste de la Ciudad de México, pero debido al crecimiento de la mancha urbana, su población se redujo. Todo indica que en la actualidad, el Bosque de Chapultepec es uno de los pocos sitios en donde la Photinus marisabinae logró persistir.
La Photinus marisabinae se suma a las dos especies de luciérnagas que ya se tenían identificadas en el Bosque de Chapultepec.
Para que la Photinus marisabinae quede oficialmente registrada como una nueva especie es necesario que los científicos que realizaron el hallazgo documenten en un artículo científico cómo sucedió. Después ese texto debe ser sometido a una “revisión de pares”, es decir, que otros especialistas validen lo que realizaron. Lo último es la publicación del artículo en una revista científica.

Edwin Domínguez, durante la búsqueda de luciérnagas en Chapultepec. Foto: cortesía Ishwari Gutiérrez

Ishwari Gutiérrez, durante la búsqueda de luciérnagas en Chapultepec. Foto: cortesía Iswari Gutiérrez
Ishwari Gutiérrez y Edwin Domínguez afinaron su mirada para convertirse en expertos en luciérnagas, gracias a las enseñanzas de su maestro, el doctor Santiago Zaragoza Caballero, quien lleva cerca de 30 años investigando la taxonomía y la biogeografía de los coleópteros, más conocidos como escarabajos. A esta orden de insectos pertenecen las luciérnagas.
De las cerca de 300 especies que se han documentado en México, el doctor Zaragoza ha identificado más del 60%. Él propuso cinco géneros, un subgénero y 203 especies nuevas.
Fue en el laboratorio del doctor Zaragoza Caballero, en el Instituto de Biología de la UNAM, donde Ishwari Gutiérrez, egresado de la Facultad de Ciencias, y Edwin Domínguez, de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, coincidieron hace varios años. Ahí afianzaron su interés por estos escarabajos nocturnos de la familia Lampyrida. Ahora ambos son miembros del Grupo de Especialistas en Luciérnagas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).

El doctor Santiago Zaragoza Caballero revisa la Colección Nacional de Insectos, del Instituto de Biología de la UNAM. Foto: cortesía Edwin Domínguez
Destellos que guardan enigmas
A las luciérnagas se les encuentra en todos los continentes, menos en la Antártida. Pueden llegar a medir hasta 25 milímetros y vivir alrededor de una semana.
En el caso de las más de 300 especies que se han identificado en México, aún existen muchos enigmas. “Para muchas de ellas no conocemos aún su distribución”, señala Gutiérrez.
El biólogo destaca algo que le maravilla de las luciérnagas: cada especie tiene un patrón particular de destello. Sin embargo, en el caso de las mexicanas “eso es lo que menos se conoce. Hacen falta muchos estudios sobre sus destellos”.

Luciérnagas en un bosque de Tlaxcala. Foto: cortesía Carmen Pacheco
Lo que sí se conoce en general es el por qué de su bioluminiscencia.
En el artículo científico “Evolución de la señal de destello, elección de pareja y depredación en luciérnagas”, los biólogos Sara M. Lewis y Christopher K. Cratsley explican que las luciérnagas cuentan con una molécula llamada “luciferina” que al contacto con el oxígeno reacciona y produce la luz característica de estos insectos.
Y si bien en algún tiempo, brillaban en su estado de larva, como un mecanismo de defensa para alejar a sus depredadores, su evolución llevó a que ese destello ahora solo lo utilicen para encontrar pareja.
Es por ello que la contaminación lumínica, la presencia de luz artificial en sus ecosistemas, hace que les sea más difícil comunicarse.
Otras amenazas para la existencia de las luciérnagas son el avance de la urbanización, el uso de pesticidas e insecticidas y el turismo no regulado en las áreas naturales donde se les encuentra.

El doctor Rodrigo Medellín, en la presentación del concurso que se realizó para nombrar a la nueva especie de luciérnaga. Foto: Luis Eduardo Escobar
Más BioBlitz para conocer a otros vecinos
Los científicos no exageran cuando destacan que haber encontrado una nueva especie de luciérnaga, en la primera sección de Chapultepec, fue algo insólito. Ahora los investigadores están realizando más estudios para determinar en qué áreas de Chapultepec se encuentra distribuida la Photinus mariasabinae.
Por ahora, no se hallaron ejemplares de esta especie durante la segunda edición del BioBlitz en la Ciudad de México, que se realizó en la segunda sección del Bosque de Chapultepec entre el 1 y 2 de septiembre de 2025.
Para el 2026 se planea realizar un BioBlitz en la tercera sección de Chapultepec. Otro espacio urbano en donde también se proyecta organizar este ejercicio es la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), en Ciudad Universitaria.
Los investigadores no descartan que así como se encontró una nueva especie de luciérnaga en Chapultepec, otros espacios de la Ciudad de México sean refugio de plantas o animales que la ciencia aún no describe.
 
		 
		
 
		 
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