Culiacán, Sin.- Abraham Mejía Ríos, de 18 años, solo quería pasar el día con su padre. Hacía semanas que no lo veía y el 5 de noviembre decidió visitarlo. El plan era sencillo: acompañarlo a trabajar y luego regresar juntos a casa.

Su padre, Abraham Mejía Carrasco, de 49 años, trabaja como transportista. Esa mañana debía operar una grúa en el Campo El Diez, una zona rural al sur de Culiacán. Hasta ahí llegó su hijo para acompañarlo. Pero ese encuentro familiar terminó convirtiéndose en un silencio largo, ambos fueron interceptados por hombres armados y desde entonces se desconoce su paradero.

En el Palacio de Gobierno los familiares pegaron fichas de búsqueda de ambos.

El viernes, familiares y amigos salieron a las calles. Llegaron primero al Palacio de Gobierno y después a la Fiscalía General del Estado, con fotografías en mano y un solo reclamo, que sean buscados y localizados con vida.

Si actuamos con tiempo, podemos rescatarlos con vida. Esa es la esperanza que guardo. Nunca imaginé pasar por algo así. El dolor, la desesperación y la angustia son indescriptibles. Por favor, ayúdenme”, dijo Wendy Margarita Ríos Ojeda, madre de Abraham hijo y exesposa de Abraham padre, frente a las puertas cerradas del Palacio de Gobierno.

Para la familia, no hay motivo que justifique su desaparición. Abraham Ríos es estudiante de Comercio Exterior, un joven tranquilo, dedicado y ajeno a cualquier problema. Su padre, un hombre trabajador, responsable y cariñoso.

Yo solo quiero que regrese mi papito”, dijo el hijo menor de Abraham Mejía Carrasco, abrazando una cartulina con el rostro de su padre y su medio hermano.

Los familiares aseguran que el tiempo es crucial, pero las respuestas no llegan. Dicen que las instituciones se mueven lento, que las promesas se repiten, que nadie busca como deberían.

Nosotros somos los que hemos estado tocando puertas; ellos no nos buscan a nosotros. Dicen que están integrando la averiguación, que es un proceso, pero el tiempo vale oro aquí”, reclamaron.

 

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