Mazatlán, Sin. – En Gran Acuario Mazatlán se trabaja cada día por su consolidación como un espacio verdaderamente incluyente, donde todas las personas, sin importar su condición o diversidad funcional puedan disfrutar, aprender y crecer.
La misión del Gran Acuario, va más allá de mostrar la riqueza del mundo marino, busca eliminar las barreras del entorno y construir una cultura de respeto, empatía y participación. Por ello, de manera gradual, guías y anfitriones reciben capacitación para atender a la gran diversidad de exploradores. Al mismo tiempo, busca integrar a las personas con discapacidad como colaboradores, o apoyarlas en su formación laboral, como los jóvenes del CAM 25 laboral.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que más de 1,300 millones de personas, es decir, una de cada seis en el mundo, viven con alguna discapacidad importante. En el Gran Acuario Mazatlán entienden que la discapacidad no es una enfermedad, sino una condición que puede superarse si eliminamos las barreras físicas, sociales y culturales. Con ese compromiso, se trabaja día a día, de la mano con los colaboradores y visitantes, aprendiendo juntos a ser más sensibles, más humanos, y a reconocer el valor que cada persona aporta a la sociedad.
Como parte de esta filosofía, se han implementado diversas actividades incluyentes y formativas, tanto entre colaboradores y sus familias como con los exploradores como Misión Tortuga, campamentos temáticos, recorridos especiales, talleres de capacitación, y acciones de integración familiar como la liberación de tortugas o la limpieza de playas.
La Mtra. Andrea Toledo, Gerente de Educación para la Conservación del Gran Acuario comenta las enseñanzas que dejó el campamento inclusivo en los participantes “fomentar la empatía hacia estas personas con alguna discapacidad, esa fue la gran oportunidad, que ellos supieran y lo vivieran, los conocieran, y que son igual que nosotros, que tienen las mismas capacidades, las mismas oportunidades y los mismos derechos. Pues las niñas y los niños aprendieron a dibujar con los pies, hicieron cuadros increíbles, tuvieron la oportunidad de ver a una chica escribir braille con una máquina de Perkins, escuchar música con una conferencista ciega, conocer a un chico que se fue a Suiza a estudiar porque él supo que era un niño autista y ahora es un joven súper exitoso. Fueron un ejemplo para las acampantes y los acampantes.”
Cada una de estas experiencias, refuerza el compromiso de Gran Acuario por crear un entorno donde todos puedan sentirse orgullosos de pertenecer, compartir y cuidar de nuestro planeta. Porque aquí, todos son bienvenidos, ya sea como visitantes o como parte del equipo. La inclusión aquí no es una meta, sino un camino para recorrer cada día. Un camino que inspira, emociona, transforma actitudes y voluntades, siempre con respeto hacia los demás y hacia nuestro medio ambiente.

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