Los operativos con resultados positivos en Sinaloa que han llevado a la detención y consignación de grupos de supuestos sicarios del narcotráfico, sus arsenales de guerra y en algunos casos a importantes personas generadoras de violencia, mejoran la expectativa de seguridad pública y denotan mayor organización y logística de militares y policías en el combate al crimen organizado.

El miércoles la fuerza pública conjunta detuvo a 14 hombres, entre ellos a tres de origen extranjero, durante un operativo realizado en Navolato que también aseguró armamento y municiones de uso exclusivo del Ejército, mientras que el 15 de noviembre al intervenir para sofocar en un enfrentamiento entre civiles armados, en El Guasimal sindicatura de Imala, fueron aprehendidos 9 presuntos delincuentes y cinco localizados sin vida.

Esto da cuenta de más efectividad de parte del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Estatal Preventiva, Guardia Nacional, Ejército Mexicano, Secretaría de Marina, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Fiscalía General de la República y la Fiscalía General del Estado, derivados de las acciones acordadas en la Mesa de Seguridad.

Sin dejar de ponderar la situación de violencia que continúa en Sinaloa desde que el 9 de septiembre de 2024 estalló la guerra entre grupos locales del narcotráfico, es preciso destacar aciertos que son señales de aliento en medio del pesimismo y desconfianza en sinaloenses que en estos momentos intentan retomar los quehaceres lícitos y los espacios públicos.

Las acciones para la seguridad pública cuentan con los elementos capacitados, tecnología adecuada y tareas de inteligencia para lograr la pacificación de Sinaloa, si las políticas públicas y voluntades de gobernantes se fijan tal meta. El operativo en Navolato, sumado a recientes resultados similares, refuerza la hipótesis y la esperanza social en que sí es posible colocar el Estado de derecho dominando sobre la fuerza criminal.