Culiacán, Sin.- La periodista, académica Rosalinda Gámez Gastélum recibió el Premio México de Periodismo, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (FAPERMEX) y el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (CONALIPE), por su artículo Trabajar bajo fuego, publicado en Revista ESPEJO. El texto aborda el síndrome de burnout entre periodistas y trabajadores que laboran en el actual contexto de narcoviolencia en Sinaloa.
Gámez compartió en entrevista sentirse contenta y emocionada por el reconocimiento, al considerar que este tipo de galardones funcionan como un impulso para seguir escribiendo y produciendo desde las letras.
Destacó que la nominación no fue iniciativa propia, sino que provino de colegas del gremio, particularmente de Elisa Pérez Garmendia, presidenta de la Asociación de Comunicadores y gerente comercial de TV Azteca en Sinaloa.
“Fue una sorpresa muy grande y una enorme gratitud que me postularan y haberlo ganado porque visibiliza cómo nos sentimos los periodistas”, expresó.
Para la académica, el premio no solo reconoce su trabajo individual, sino también el de todo el equipo de ESPEJO. Además, subrayó que el artículo permitió visibilizar el desgaste emocional que viven periodistas, profesores universitarios y trabajadores de empresas públicas y privadas, quienes desde hace más de un año laboran bajo un clima de violencia constante.
“Estamos cansados, hartos, a veces asfixiados y desmotivados. Aunque la violencia no siempre nos toca directamente, sí afecta nuestra salud emocional y nuestra productividad”, señaló.
La autora explicó que uno de los puntos más preocupantes es la normalización de la violencia entre periodistas, sobre todo en quienes cubren la fuente policiaca.
“Muchos ya no se sorprenden ante escenas extremadamente graves. Hemos perdido la capacidad de asombro y eso nos deshumaniza”, comentó.
Gámez también coincidió con organizaciones como Artículo 19 respecto a la falta de protocolos de seguridad para coberturas de riesgo en Sinaloa. Afirmó que la entidad enfrenta una guerra atípica donde no se respetan códigos mínimos como proteger a la prensa, hospitales o escuelas.
“Nos cayó esta situación sin preparación; no estábamos formados para cubrir un conflicto armado. Aquí trabajamos con el Jesús en la boca, como lo escribí en mi artículo”, dijo.
La periodista adelantó que continuará investigando temas relacionados con las condiciones laborales del gremio, la precarización, el impacto emocional del trabajo y la violencia, tanto en Sinaloa como en el resto del país.
“Mi intención es seguir aportando desde la investigación y el periodismo a la comprensión de estos fenómenos que afectan la vida y la salud de quienes ejercen el oficio”, afirmó.
Gámez agradeció a Revista ESPEJO por el acompañamiento y reiteró que el premio representa no solo un logro personal, sino un reconocimiento colectivo a un oficio que, en medio de la violencia, continúa trabajando bajo fuego.
Aquí puedes leer el articulo de Rosy Gámez Trabajar bajo fuego
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