Por: Marlene León, directora de Iniciativa Sinaloa, A.C.
Hace 15 días comenzó en Sinaloa una ola de violencia que ha dejado decenas asesinatos, desapariciones forzadas y desplazados; es decir, una crisis de derechos humanos, según el defensor de derechos humanos Óscar Loza.
Por si esto no fuera poco, este escenario violento ha sido el idóneo para que las autoridades desinformen, informen de manera tardía o bien, manejen la información de seguridad con total discrecionalidad poniendo en riesgo a la ciudadanía entera, a tal grado que la propia población ha activado auto confinamientos cual si de pandemia se tratara.
Ejemplo de ello, han sido las declaraciones desafortunadas por parte del presidente de la república quien aseveró que la información difundida es “de sensacionalismos, de alarma, para inducir miedo a la población, todo esto promovido por nuestros adversarios, así de sencillo (…) La verdad, es una campaña que intenta desprestigiar al gobierno que represento y a mi persona, y no han podido ni podrán, porque el pueblo de México es mucha pieza” minimizando de manera grave la situación.
Ante este panorama de incertidumbre, han sido los propios medios de comunicación o las redes sociales quienes han jugado un rol activo para tratar de esclarecer cada hecho que se va suscitando dentro de esta “guerra” activa. Sin embargo dicha labor periodística, en una entidad que por sí misma ya era de riesgo ejercerla, el peligro ha incrementado de manera exponencial.
Por esta razón y en el marco de la situación de violencia desbordada en la entidad ARTICLE 19 e Iniciativa Sinaloa activaron, desde el pasado miércoles 18 de septiembre, y hasta nuevo aviso, la Red Rompe el Miedo (RRM) en el estado de Sinaloa.
Aunque los objetivos de esta activación son 1) documentar las agresiones hacia la prensa de manera totalmente confidencial, 2) generar apoyos de emergencia urgentes en conjunto con el Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa, así como 3) abordar de manera preventiva protocolos de seguridad para la prensa, es importante mencionar que, ante una violencia desbordada, se necesitan impulsar otro tipo de acciones por parte de las autoridades para evitar afectar la libertad de expresión y caer en posibles zonas de silencio.
Pues, en un contexto de delincuencia organizada, el gremio periodístico se vuelve aún más vulnerable no solo ante la situación de riesgo frente grupos armados si no también ante un gobierno que permanece indolente y que promueve campañas de desprestigio desde lo federal.
Es por ello que se necesitan impulsar acciones que incluya la coordinación entre las instituciones donde entreguen información pronta, confiable y verificada, así como también garantizar la seguridad debida al momento de ir a realizar coberturas en sindicaturas, ya que de lo contrario estos lugares pasan a convertirse en zonas de silencio al no contar con la presencia de medios de comunicación que cubran la situación de inseguridad como una medida de autoprotección activada por el propio gremio periodístico.
Recordemos que, ante un contexto de vacío de información oficial, la importancia de la labor periodística radica en que la ciudadanía tenga acceso a información pronta, oportuna y confiable y con ello pueda tomar decisiones informadas dentro de una violencia generalizada, y tristemente, indefinida.
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