A pesar de las buenas posiciones que obtuvieron las ciudades sinaloenses en el índice de competitividad urbana 2023, es necesario evaluar los resultados en su justa dimensión, con la intención de sacar un mayor provecho a la evaluación, y tomar las previsiones adecuadas para mantener las fortalezas y corregir los puntos débiles.

En primer lugar hay que decir, que si bien Mazatlán y Culiacán se sitúan en el segundo y tercer lugar de las ciudades más competitivas de México, esto es en referencia a un grupo de ciudades intermedias, con una población de entre 500 mil y un millón de habitantes.

Esto significa que ni la capital del estado, ni nuestro principal puerto turístico, se encuentran todavía en un nivel competitivo de la talla de las grandes ciudades del país, como lo son Monterrey, Querétaro o Guadalajara. Sino que más bien fueron evaluadas en comparación con el desempeño de ciudades como Durango, Hermosillo, Villahermosa y Tampico, lo cual no está mal, pero hay que dejarlo claro.
En el caso específico de Culiacán, es necesario mencionar que su principal debilidad es su funcionamiento institucional: Sistema político, Gobierno y Derecho. En este rubro, se deben tomar medidas para detener las agresiones a periodistas, atender el robo de vehículos, disminuir la tasa de homicidios y mejorar la percepción de seguridad; transparentar la información presupuestal, fomentar la participación ciudadana, la competencia electoral, así como la gobernanza de la ciudad en conjunto con las organizaciones de la sociedad civil.

En lo referente a las condiciones de vida en la ciudad y el medio ambiente, la capital debe controlar la expansión de la mancha urbana, fomentar la vivienda vertical, controlar los accidentes de tránsito, invertir en transporte público, mejorar el manejo de residuos sólidos,  y hacer un uso eficiente en el uso del agua y los recursos energéticos. Como se percibe, hay mucho por atender, y de nada sirven las cuentas alegres.

Mazatlán también tiene retos por delante. Siendo una ciudad turística que depende fundamentalmente de los recursos naturales, su principal desafío es en los aspectos relacionados con el medio ambiente. En este sentido, la principal tarea de los gobiernos del puerto es reducir el uso excesivo en el consumo del agua, controlar la intensidad energética de las actividades energéticas y aplicar medidas para evitar el desecho excesivo de residuos sólidos.

Ahora bien, los aspectos positivos de las ciudades sinaloenses están, aparentemente, en el funcionamiento de la economía. Tanto Mazatlán, como Culiacán, ocupan los primeros dos puestos en este subíndice, por lo que ambas ciudades manifiestan fortalezas en el otorgamiento de créditos a las empresas, el tamaño del mercado hipotecario y el crecimiento de los sectores económicos.

En el rubro de lo social, Culiacán aparece especialmente bien evaluada. Principalmente en lo referente a la cobertura educativa, el número de empresas socialmente responsables, y equidad de género en la educación. Incluso en temas de salud, la capital obtiene una calificación aceptable.
Mazatlán por su parte, y siendo un puerto turístico, destaca en la apertura internacional, particularmente por ser un puerto, pero también por la ocupación hotelera, el número de cuartos de 4 y 5 estrellas, así como por el flujo de pasajeros del o hacia el extranjero.

Estos son los resultados más mesurados del índice de competitividad urbana 2023, en el que Sinaloa obtuvo una evaluación aceptable, pero que sería un error no advertir todo el trabajo que todavía falta por hacer en materia de desarrollo para las ciudades del estado.

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