¿Qué lleva a alguien a protestar?…
¿Qué lleva a unxs no, y a otrxs sí, a usar las protestas como herramienta para lograr la justicia?…
¿Cómo eligen la “forma” de protestar, el lugar, el día, la hora?…
¿Qué valida una protesta? ¿El número de asistentes? ¿Lo mediático de la misma? ¿Qué?…¿Qué?

A mí me queda claro que hay tantas respuestas a esas preguntas como tantas personas. En mi caso, busco involucrarme solo en aquellas luchas con las que me identifico; particularmente, cuando implica exponerme. Por temor es que tomo esas precauciones.

Cuando hemos hablado de manifestarnos, es bien común que mis propuestas no sean las más votadas, que, en colectiva, elijamos otras formas, no las mías… va un ejemplo:

Hace semanas, la directora (funcionaria estatal, por cierto) de cierto lugar, durante una entrevista se le fue la lengua. Nada muy alejado que otras declaraciones de ella, solo que, en las condiciones actuales de la ciudad/estado, calan más.

En esta ocasión, un grupo de DDHH y periodistas -molestxs- pensábamos en cómo hacerle saber tanto de nuestra molestia, como de que esos comentarios –“comentarios pedorros” así les bauticé yo– eran los que había que evitar, por estigmatizantes y revictimizantes.

En ese momento, inició un intenso debate sobre el ¿Cómo?; ¿Cómo hacerle saber a la directora? Había certezas: una genuina molestia y preocupación por lo dicho, como un interés por que no se repitiera.

Ese ¿Cómo?, se respondió desde todas las voces, solo que no era una misma respuesta. Aquí es donde se ve la pluralidad.

Se barajiaron algunas opciones, entre ellas:
+ Hacer un posicionamiento conjunto, firmarlo, hacerlo del conocimiento público.
+ Hacer un posicionamiento conjunto, firmarlo y entregarlo a la directora; sin hacerlo público, quesque para no mostrar ruptura entre los gremios y la dependencia de gobierno.
+ Buscar una reunión con la directora para hacerle saber de viva voz por quienes asistieran, tanto las molestias como las sugerencias.
+ Comprar una alcancía, entregársela en las manos y decirle: “tenga directora; para que cuando sienta unas inmensas ganas de decir una pendejada como las que ha dicho, tenga donde guardárselas. Para que aquí se ahorre las pendejadas que quiere decir”.

A ver, adivinen cual fue mi propuesta. En efecto mis lectorxs consentidxs; yo propuse lo de la alcancía. Ahora, adivinen cual propuesta fue la menos votada; así es, la mía. Nomás mi voto y el de una compa, shales. Con decirles que hubo quien dijo que mi propuesta nos rebajaba a sabrá Dios que abismo social y que no estaba a la altura de nuestras trayectorias, se mamó el compa, vea. Pero pues es muy su opinión, se vale.

Total, ganó lo de la reunión.

Se juntaron con la funcionaria y pues yo no fui. Principalmente porque no llevaría la alcancía y por corajuda. Eso sí, al parecer fue más provechoso eso de la reunión que lo que pudo ser lo de la alcancía. Aún así, daría un kilo de coricos de La Janda por haber visto la cara de la funcionaria al recibir la alcancía.

Hoy sabiendo y reconociendo que, la reunión resultó ser muy provechosa y que como acción colectiva logró lo que se quería, no por eso dejo de acariciar la idea de la alcancía.

Y es que allí, en la entraña, en el corazón, en la tripa, en el buche, en el pecho, en el cuero, en el cerebro, en el culo, en la verija, es donde se engendran las manifestaciones. Es por eso que, una misma no reaccionaría igual en todo momento, aun tratándose del mismo agravio.

Y es por eso, que, visto desde la distancia, desde el privilegio, desde la prisa, desde la certidumbre, desde el aire acondicionado, desde la pantalla de un cel, ciertas luchas nos parecen hasta innecesarias. Y lo son, al menos para quienes desde fuera lo juzgamos. Pero NO para quienes desde el dolor han decidido dedicarles ese esfuerzo a manifestarse.

Vamos siendo tantito menos ojetes, es posible. Viniendo de mí, que soy tan reteojeta, parece blasfemia, pero, una también hace ese esfuerzo diario, plebes; por eso me animo a pedírselos y por eso sé que es posible.

Tres pesos de empatía para quienes, seguramente habiendo recorrido otros caminos en busca de justicia, hoy toma las calles, los parques y plazas.

Palestina libre desde rio hasta el mar

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