Por: Luis Daniel Rodríguez, Investigador de Mexicanos Primero Sinaloa
X/Twitter: @MexicanosloSin @LuisDanielRguez
El Presupuesto de Egresos 2026 para Sinaloa confirma una realidad que se repite con frecuencia en el debate público: el aumento de recursos, por sí mismo, no garantiza mejores condiciones para ejercer el derecho a aprender. Aunque el gasto educativo aprobado supera los 37 mil 195 millones de pesos, y representa casi la mitad (47.5%) del gasto público estatal, la pregunta central sigue siendo cómo se asignan esos recursos y qué problemas buscan atender.
Desde Mexicanos Primero Sinaloa se ha insistido en que el presupuesto no debe analizarse únicamente por su crecimiento nominal, sino por su capacidad para responder a los desafíos del sistema educativo, especialmente en un contexto marcado por la violencia y la desigualdad social. Bajo esta premisa, el análisis del Presupuesto Educativo 2026 se concentró en las siguientes cuatro dimensiones clave.
- En cuanto a equidad e inclusión, el aumento de 24.8 % en términos reales al Telebachillerato Comunitario representa la posibilidad de ampliar la oferta de educación media superior en comunidades con acceso limitado y fortalecer las trayectorias escolares de jóvenes en contextos rurales y marginados. Sin embargo, este avance convive con recortes significativos, como lo son al Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial que registra una reducción de –36.2 %, y el apoyo educativo a población migrante que disminuye –3.4 %. Estas reducciones afectan el acompañamiento hacia estudiantes que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación.
- En desarrollo profesional docente, los incrementos reales a las escuelas formadoras fortalecen la formación inicial y reconocen su papel en la mejora del sistema educativo. Este avance, sin embargo, convive con el recorte de –4.6 % al Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP), que debilita la formación continua y el acompañamiento de las y los maestros en servicio. Ambos componentes atienden etapas distintas de la trayectoria profesional, por lo que avanzar en la entrada al sistema mientras se reduce el apoyo a quienes ya están frente a grupo, deja incompleta la apuesta por la revalorización del magisterio.
- Por otra parte, en primera infancia, el presupuesto contempla incrementos en partidas destinadas a guarderías y Centros de Atención Infantil, lo que permite sostener servicios existentes de los niños menores de tres años. Sin embargo, el Programa de Expansión de la Educación Inicial enfrenta un recorte de –2.8 %, reduciendo la capacidad institucional para ampliar la cobertura y consolidar servicios integrales de protección y desarrollo infantil. Esta decisión es especialmente relevante si se considera que las desigualdades educativas se originan desde los primeros años de vida.
- Finalmente, en infraestructura escolar, si bien se tiene un aumento de 27.1 % en los recursos que ISIFE destinará para el nivel de educación básica, este avance se ve limitado por los recortes en infraestructura de media superior (-10.1%) y superior (-27.6%), así como en componentes clave como el mejoramiento de infraestructura escolar (-32.4%) y el de aires acondicionados (-3.4%). Lo anterior dificulta que las escuelas en Sinaloa puedan contar con condiciones adecuadas para propiciar el aprendizaje de los estudiantes.
En conjunto, el análisis del Presupuesto Educativo 2026 aprobado por el Congreso del Estado de Sinaloa muestra avances puntuales, junto con retrocesos en áreas estratégicas para el derecho a aprender. Esta configuración refleja decisiones que aún requieren ajuste, especialmente para evitar que la asignación de recursos debilite componentes clave del sistema educativo de cara a la construcción presupuestal de los próximos años.

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