Quiero que esos impolutos cumplan con sus promesas. Quiero que dejen de reproducirme espectaculares con modelos sonrientes en cada esquina, que dejen de bombardearme con su bienestar de cajita. Que ese verde y perfecto mundo, con plantas en la ventana, donde prometen una vida feliz en un impagable departamento, en un edificio de 20 pisos, está muy muy alejado de la realidad que escasamente compramos cada día.

Quiero que cursar la universidad me permita un sustento. Que con doctorado me acepten los intelectuales, que el curso de inglés me convierta en bilingüe, que aprobar materias me dé conocimiento, que el honoris causa me haga honorable, que ser educado me garantice respeto, que cumplir la ley me otorgue garantías, que decir la verdad no me criminalice, que el candidato —por caridad— no me subestime, que a quien roba se le llame ratero, que la inocencia infantil no se arrebate, que la quincena dure diez días, que el ruido desaparezca, que —por caridad— recobremos la calma. Que las palabras vuelvan a usarse…

Imploro que la seguridad me guarde. Que la alarma ahuyente a los intrusos, que la chapa de seguridad me resguarde, que la cámara registre a los ladrones, que el detergente elimine las manchas, que la felicidad del libro de autoayuda me dure al menos dos días, que el huevo orgánico no tenga hormonas, que el impermeabilizante evite goteras, que el cereal no me estriña, que el tomate tenga sabor, que el arroz no sea sintético, que el maíz me dé tortillas, que la salsa no use saborizantes, que el fungicida no me intoxique, que la leche no se cuaje… que el pueblo mágico no me engañe, que los retenes no me siembren, que la mota no me embrutezca, que la pantalla no me enajene…

 

Quiero una sonrisa blanca por usar su pasta de dientes, que el shampoo embellezca mi cabello, que el maquillaje deje mi piel lozana, que el desodorante elimine los malos olores, que el tinte borre mis canas, que el implante sea de por vida, que el botox no me deforme, que el aclarado quite mis manchas, que el alaciado no se me enrosque, que el depilado no me rebrote, que la dieta no me rebote, que el acrílico alargue mis uñas, que el quema grasa me reduzca, que el photoshop muestre mi alma, que la inteligencia artificial me regrese a la humana y me recuerde lo fácil que me enajeno…

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