Por Aitana Rodríguez / @Aitanaerg

El Día Internacional de la Educación, tiene como objetivo recordar que ésta es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva, que desempeña un papel fundamental en el fomento de la paz y el desarrollo de la sociedad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La educación fue reconocida por la comunidad internacional como esencial en el éxito de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, puntualmente en el cumplimiento del objetivo: “garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

“Frente a la escalada del cambio climático, la erosión democrática, las desigualdades persistentes, la creciente discriminación, los discursos de odio, la violencia y los conflictos en el mundo, la educación emerge como una poderosa herramienta para abordar y prevenir estos retos en el futuro” declara la UNESCO.

Pero… ¿Cuál es el contexto de la educación en México?

Hagamos un recuento.

La evaluación de la educación en cada país debe medirse con cuidado, ya que depende de su contexto específico en términos de economía y política.  En el caso de México, Néstor López, coordinador de Investigación y Desarrollo del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE), señaló en 2019 que el país enfrentaba a un gran desafío: “garantizar el derecho a la educación en un contexto de profundas desigualdades estructurales y de gran diversidad cultural e identitaria”.

Con la llegada de la pandemia en 2020, los desafíos que se señalaron fueron exponenciados y el rezago educativo también sufrió un incremento considerable.  El aumento de las desigualdades en el traslado de la educación presencial a la modalidad online se tradujo en mayor deserción de los alumnos y las alumnas. Pues tan sólo en 2019-2020, 740 mil (2.2%) no concluyeron el ciclo escolar: de los cuales, el 58.9% fue por alguna razón asociada a la COVID-19 y 8.9% por falta de dinero o recursos, según datos de la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (Covid-Ed) 2020. Situación que se mantuvo durante el ciclo escolar  2020-2021, ya que sólo el 60.6% de la población de 3 a 29 años se inscribieron nuevamente a la escuela. Algunas de las razones fueron que sus tutores no tenían trabajo, carecían de dispositivos o conexión a internet o consideraban que las clases a distancia eran poco funcionales para el aprendizaje, según datos de esta misma encuesta.

Del mismo modo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señaló en 2021 que durante la pandemia los y las mexicanas perdieron, en promedio, aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad. Afirmación que confirmó el Programa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para la Evaluación Internacional de Alumnos, o PISA 2022, la primera prueba estandarizada del rendimiento de los y las estudiantes desde 2019.

¿Qué nos dicen las evaluaciones?

A nivel internacional, en los resultados de PISA en 2022, México se posicionó como el tercer país peor evaluado de la OCDE en Matemáticas y Comprensión Lectora, y el país con el peor puntaje en Ciencia. Además, en Matemáticas, el país retrocedió a niveles similares a los de 2003. Hay una caída de (-) 24 puntos en comparación con 2009 y de (-) 14 en comparación con 2018. Aunque el retroceso fue significativo a escala global, México estuvo por debajo del promedio de la OCDE en todas las asignaturas evaluadas.

Recuperado de la ficha informativa de los resultados de PISA 2022, México. 05 de diciembre del 2023. Versión interactiva.

Por otro lado, a nivel nacional, la evaluación diagnóstica del aprendizaje de las y los alumnos de educación básica 2022-2023 realizada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) concluye que los resultados obtenidos en lectura, matemática y formación cívica y ética muestran bajos desempeños con resultados reprobatorios, tanto en los niveles de primaria como secundaria.

Aunque este es un brevísimo resumen del aspecto meramente académico, la deficiencia en los resultados, como se mencionó al principio, tiene repercusiones individuales y sociales. El investigador Pablo Clark, del IMCO, asegura que: “las habilidades que las personas desarrollan en la escuela son la base del resto de su vida, en particular con relación a sus ingresos futuros, movilidad social, salud y participación democrática”.

Desigualdad educativa en México

“México necesita un sistema educativo que genere en sus estudiantes las habilidades necesarias para el futuro, pero también uno que garantice la igualdad educativa en términos de acceso, permanencia y calidad en el país”. Informe de la IMCO 2024.

Según el informe de la IMCO publicado este mes declara que:  6.4 millones de niños, niñas y jóvenes de los 3 a los 18 años no asisten a la escuela.  La mitad de la población que es estudiante y que no logran acceder a la educación formal pertenecen a algún grupo en situación de vulnerabilidad, tal es el caso de las poblaciones indígenas, personas con discapacidad, población rural y personas afrodescendientes. Además,  3 de cada 10 hablantes de lenguas indígenas están fuera del sistema educativo.

Además, la desigualdad aumenta cuando se trata de acceso a educación superior. En el informe “Índice De Progreso Social México 2015-2022” realizado por la organización “México, ¿cómo vamos?”, declara que: “uno de los retos más importantes en el país es la descentralización de la educación superior de la capital del país, así como, cerrar las brechas de género en escolaridad y acceso a posgrados. El acceso a la educación superior registra una desigualdad muy notoria entre la capital y el resto del país”.

Asimismo, se señala que sólo 1 de cada 3 personas que inician la primaria logrará llegar a la universidad; esta cifra se reduce a 4 de cada 100 en personas con discapacidad y 3 de cada 100 en aquellos que hablan lengua indígena.

El nivel socioeconómico de los alumnos y las alumnas influye en la desigualdad educativa, ya que volviendo a los resultados de PISA 2022, aquellos estudiantes que pertenecen al 20% de los hogares de ingreso más altos, superaron a aquellos estudiantes del 20% de los hogares con menos ingresos en Matemáticas por 59 puntos, diferencia que equivale a tres grados de escolaridad.

Hablemos de presupuesto…

El financiamiento público que el gobierno destina a la educación es una herramienta política fundamental para beneficiar a personas con menores condiciones socioeconómicas. Pero en el caso de México, según los datos del estudio “Panorama de la educación 2023: Indicadores de la OCDE”, se considera como el país con menor inversión destinada hacia la población que va a la escuela, con un gasto a menor de 4,000 USD (el promedio en la OCDE es de 11 400 USD).

Aunque en 2024 el gasto en educación incrementó con respecto al 2023 en un 2.9%, IMCO y la organización México, ¿cómo vamos?  expresan que es insuficiente para abordar el rezago educativo. A pesar de que es el presupuesto destinado a la educación más alto del sexenio, es (-) 36% menor en comparación con el 2015, ya que el presupuesto de MEJOREDU institución que suplió a Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) recibe (-) 62% del presupuesto en comparación con el INEE.

Finalmente, cabe mencionar que México gasta únicamente 2.96% de su PIB en educación, a pesar de que el Marco de Acción Educación 2030 propone destinar al menos 4% a 6% del PIB.

“La calidad de la educación no debe verse comprometida por la falta de recursos, pues sin educación, México difícilmente desarrollará el talento que necesita para alcanzar una mayor competitividad. A pesar de la implementación de importantes reformas educativas, las asignaciones presupuestarias resultan insuficientes para afrontar los desafíos educativos del país”, Centro de Investigación de Política Pública.

***

Este trabajo fue publicado originalmente en Zona Docs, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.