Culiacan, Sinaloa.- Los ciudadanos de Culiacán tienen razón en desconfiar del perfil que exhiben los policías municipales, pero una realidad es que el entorno no les ayuda para nada, reconocieron ciudadanos relacionados al tema de la seguridad.

Luego de preguntar a los culichis ¿cómo debería de ser un policía en Culiacán?, ESPEJO recogió diversos comentarios que evidenciaron que la ciudadanía ve a los policías municipales como corruptos y relacionados con (o por lo menos con gusto por) el crimen organizado y la narcocultura.

Mediante un sondeo realizado de manera presencial y a través de redes sociales, se obtuvieron comentarios como el que “En Culiacán no hay policías, son punteros con uniforme” o “Mientras que ya sabes quien controle a la Policía Municipal, sinceramente no importa. Y que conste que no estoy descubriendo el hilo oscuro”.

Y las cifras de percepción del INEGI confirman está desconfianza ciudadana.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, en Sinaloa las policías de tránsito y municipal son las que menos confianza generan entre la ciudadanía, así como las más percibidas como corruptas. Una tendencia que, según cifras de la Envipe 2023, también se repite a nivel nacional.

En este sentido Óscar Loza Ochoa añade que “el entorno no ayuda” a las policías para que estas realicen un mejor trabajo de cara a la ciudadanía.

“Yo digo que está fundado esas expresiones que dan los ciudadanos con respecto a la policía y bueno, tenemos un entorno que no invita para que los policías hagan un trabajo de acuerdo a la formación que se les imparte”, opinó al señalar que desconfía de que lo que se enseña en el aula sea definitivo en la carrera de los policías.

 

Por otro lado, el Coordinador General del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) y miembro del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Miguel Calderón Quévedo, reveló a ESPEJO que a pesar de que el nuevo Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica (MNPyJC) cumple ya cuatro años de haber sido aprobado y de que este ha sido constantemente promovido por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública (SESESP), prácticamente ningún municipio de Sinaloa ha mostrado avances relevantes en su implementación.

“No, no tenemos avances especiales más allá del análisis del observar que pasa en otros lugares; no ha habido un municipio actualmente en el estado de Sinaloa que plantee una ruta crítica para la aplicación de este nuevo modelo”, lamentó.

Cambios en el modelo

 

Al llegar al poder, la administración del morenista Rubén Rocha Moya decretó la creación de la Universidad de la Policía (Unipol) como una manera en profesionalizar la formación a los nuevos elementos policiales en el hasta entonces Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Publica (INECIPE).

A este respecto Loza Ochoa indica que le parece muy importante que los nuevos elementos policiales formados en Sinaloa tengan una buena curricula académica, que los profesores sean competentes e incluso que el rector de la Unipol sea una persona con prestigio y trayectoria en el tema de la seguridad y justicia, “pero no lo creo yo determinante para lo que sucede en la calle”, dijo. Y remató señalando que “los mismos policías lo decían cuando la Unipol era academia nada más. Decían que cuando ellos en la calle habían intentado hacer lo que en el aula les habían enseñado sus propios compañeros les decían: Mira, allá en las aulas era una cosa, aquí la vida real es otra aquí tienes que comportarte como todos lo hacemos”.

Respecto a estas malas prácticas, el defensor de los derechos humanos asegura que desde la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa (CDDHS) se han documentado abusos de autoridad como maltrato verbal y físico y detenciones arbitrarias. “Entonces por fuera todas aquellas clases de ética que les enseñaron en el aula y el comportamiento es diferente”, aseguró.

Pero además de la creación de la Unipol en el 2021, a nivel nacional en el 2019 el Consejo Nacional de Seguridad aprobó el llamado Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica (MNPyJC), el cual establece un nuevo paradigma y protocolos de atención por parte de las instituciones de seguridad. En concreto, “una policía de mayor proximidad social, que eduque, que esté cerca de la gente y que de alguna manera sea parte sea percibida como parte de la comunidad. En el nuevo modelo y en su operación deben ser percibidos también como vecinos, como padres de familia, como miembros de una comunidad que está inquieta en y ocupada en que las cosas mejoren en la armonía social”, opinó el Coordinador General del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), Miguel Calderón Quévedo.

Entre sus objetivos, el MNPyJC se plantea un esquema de policía orientada a la solución de problemas, con elementos capaces de dar respuesta estratégica por medio del análisis de patrones, así como capaces de identificar problemas de seguridad en términos específicos y no en términos generales. El modelo además propone acciones concretas como que la vigilancia y patrullajes se realicen de manera estratégica, dar correcta atención a las víctimas del delito e incluso la recepción de denuncias por parte de los elementos municipales.

Sin embargo Calderón Quévedo, también miembro del Consejo Nacional de Seguridad, lamentó que Sinaloa no presenta ningún avance en la aplicación de este modelo. 

“Hay acuerdos específicos de la de las reuniones que hemos tenido en el Consejo Estatal de Seguridad Pública en donde se hace un llamado a la aplicación del modelo, pero después de ese llamado no, no hemos visto acciones concretas de las autoridades municipales para su aplicación”, lamentó.

 

En octubre del 2023, Miguel Calderón Quévedo y una comitiva de autoridades municipales y estatales entre las que mencionó a los alcaldes de Guasave y Salvador Alvarado, el Secretario del Ayuntamiento de Culiacán y las subsecretarias de las mujeres y de seguridad pública estatal, Conzuelo Gutiérrez y Yeraldine Bonilla Valverde, visitaron el estado de Nuevo León para revisar de primera mano los avances que municipios neoleonenses, como Escobedo o San Pedro Garza García, llevaban en la implementación del MNPyJC. “Fue una comitiva interesante”, reconoció.

Fue ahí, abundó, donde él mismo y las autoridades se dieron cuenta de que Sinaloa se encuentra rezagado en este tema. “No solamente el del modelo de Justicia Cívica sino al modelo de operación policial, sobre todo observando cómo opera la Policía de San Pedro García, que más allá de los recursos que tiene disponible pues tiene una manera de operar apegada a los lineamientos en los criterios de de este modelo”, dijo.

“Novedoso para el caso de Sinaloa pero que en otros lugares del país pues ya llevan cierto avance en su operación”, reconoció.

 

Justicia Cívica vs tribunales de barandilla

 

Un punto importante tocado tanto por Óscar Loza como por Miguel Calderón, e incluso por el rector de la Universidad de la Policía, Óscar Fidel González Mendívil  durante un reporte pasado, es la implementación de mecanismos de solución de controversías que dejen atrás a los infames tribunales de barandilla.

A este respecto Óscar Loza Ochoa denunció como actualmente existe un serio problema con los tribunales de barandilla, pues actualmente los jueces solo hacen comparecer a los ciudadanos detenidos, pero no al policía, cuando quizá este actuó con abuso de autoridad.

“En el caso de las policías preventivas hay un serio problema, detienen a alguien y lo llevan a barandilla, hay un juez y ese juez hace comparecer al acusado pero no al policía. Entonces, pues normalmente se le impone una multa y yo digo que el juez tiene que escuchar a las dos partes y tiene que decidir quién tiene la razón y en qué medida la tiene, porque bien puede ser que cae en el abuso de autoridad y que el detenido tenga que salir libre sin pagar ninguna multa”, explicó.

 

Por otro lado, Miguel Calderón abundó al señalar que una parte clave de la implementación del nuevo modelo es precisamente la sustitución de estos tribunales de barandilla por unos con enfoque de justicia cívica. “De la parte del modelo de Justicia Cívica se estarían sustituyendo a los históricos tribunales de barandillas. En el nuevo modelo de justicia prácticamente es un tema que no es necesariamente punitivo sino más bien de de resarcir daños; un poco de ponerse de acuerdo entre vecinos, entre quien comete una falta y quién es la víctima de esa falta y de sacar tarjetas amarillas un poco a lo largo del tiempo tener un registro del buen comportamiento cívico de una persona, de un vecino, de un municipio, de una ciudad”, puntualizó.

“Y ¿quién tendrá el poder para ir cambiando esta situación poco a poco?”, se le cuestionó a Loza a este respecto.

“Yo hablo de dos cosas, la voluntad que haya desde los jefes, y no hablo solo de los jefes de policías, la voluntad que expresa el presidente municipal, el Cabildo, y el seguimiento que le den a esa preocupación. Que no solamente declaren con respecto al tratamiento que debe haber ante los ciudadanos; la otra parte, pues es la ciudadanía, la ciudadanía no debe quedarse callada, la ciudadanía debe hablar, no permitir ninguna mala actitud o acción de parte de la autoridad policial para poder que se abatan ese tipo de de actitudes que vienen a dañar la convivencia social y particularmente los derechos humanos de cada una de las personas”.

 

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