Culiacán, Sin.- El arquitecto Felipe Leal considera que el futuro de las ciudades esta en el pasado, es decir, en rescatar el patrimonio arquitectónico de las ciudades, o lo poco queda de ellas si hablamos del centro histórico de Culiacán.

“Yo creo que parte de la modernidad es que el futuro se entiende como toda una serie de construcciones en los extremos, en las periferias, yo creo que eso está mal. Yo creo el fututo está muchas veces en el pasado, el futuro está en rescatar lo que queda, es poco, pero lo poco que queda lo podríamos recuperar para funciones de carácter colectivo como universidades, bibliotecas, centros culturales”, explicó.

Este académico especializado en urbanismo es reconocido por haber intervenido en la recuperación del centro histórico de la Ciudad de México mediante la creación de calles peatonales hacia el Zócalo, la reconstrucción de la Alameda Central y la Plaza de la República del Monumento a la Revolución.

De esta manera, Felipe Leal se ha convertido en un especialista en transformar edificios patrimoniales en proyectos culturales.

Durante su visita a Culiacán, se le comentó el proceso de desaparición de la arquitectura histórica del primer cuadro de la ciudad y el poco fomento que hay por parte de autoridades para impulsar la preservación de dichos inmuebles y hacer conciencia entre los particulares.

Por el contrario, se observa un fenómeno muy focalizado en el centro, el de derribar los viejos edificios para hacerlos estacionamientos o sitios más rentables; mientras que otra estrategia de dueños de edificios históricos es simplemente dejarlos abandonados para que se derrumben por falta de mantenimiento con el tiempo.

Hay que recordar que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) únicamente protege las edificaciones construidas antes de 1900 mediante la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, por lo que los edificios y casas de fechas posteriores están prácticamente condenadas a desaparecer en Culiacán.

“Es un problema muy grave, es una práctica depredadora de la parte central de la ciudad de Culiacán, es una señal de alarma. Ahí se deberían involucrarse los gobiernos, el ISIC, para crear conciencia con los propietarios”, opinó el arquitecto sobre este problema en lo local.

Al respecto, Felipe Leal argumentó que hay muchas formas en las cuales se puede vincular el futuro partiendo del pasado. Explica que la modernidad urbana no es únicamente hacer más centros comerciales, nuevos fraccionamientos o recintos industriales que abonen a la productividad, sino también poder rescatar partes del pasado.

“¿Qué debe hacer Culiacán para mantener ese espíritu? O sea, el vivir hoy con la memoria del pasado, de eso se trata, habitar la memoria. Se puede habitar y ser totalmente moderno. Ahí está Venecia. Entonces, yo creo que es un juego de tiempos, no es lineal”, manifestó.

“Habitar la memoria”

Felipe Leal fue invitado por la Casa del Maquío A.C. el próximo 24 de enero para charlar sobre la historia de la colonia Chapultepec, así como la casa donde habitó la familia Clouthier y que hoy es un espacio cultural.

“El tema ‘Habitar la memoria’ es un poco cómo las construcciones de las ciudades, las vidas familiares, pues forman parte de la memoria, el cómo puedes habitar la memoria. Habitamos la memoria en la casa donde vivían nuestros ancestros, estas habitando esa memoria, aunque tu vida sigue siempre hay esa narrativa, ¿quiénes vivieron aquí? ¿Quién la construyó?”, explicó.

“La platica se va dirigir en tres fases. La memoria urbana, un poco la memoria de Culiacán, lo que es la memoria de la Chapultepec, un poco la historia urbana de Culiacán y después las características de esa colonia, que reproducía esquemas de otras colonias de la Ciudad de México, analizando la arquitectura de los años 60, una arquitectura bastante transparente, con las rejas muy bajas, que permitían desde el exterior ver el interior, diseños que hoy en día ya no existen porque nos hemos protegido de sobremanera”, comentó.

Indicó que la idea es hacer conciencia de cómo estamos habitando tanto memorias propias, como memorias de otros. Hablará del caso de la Casa del Maquío, que para él es un ejemplo de cómo se puede habitar en ella.

“Y después del devenir de esa casa, que se destina ya como un espacio cultural, justamente es un ejemplo de cómo se puede habitar la memoria, la memoria de Culiacán de los sesenta, de ese fraccionamiento, que hablaba de otro momento”, expuso.