Culiacán, Sin.- Ante las carencias que se hacen visibles todavía en algunas zonas agrícolas del estado de Sinaloa en relación a los trabajadores del campo, en los últimos años ha surgido la necesidad de elevar las condiciones laborales y sociales por parte de las grandes asociaciones de productores.

Un claro ejemplo de buenas prácticas empresariales por parte de la Asociación de Agricultores de Río Culiacán (AARC), son las que promueven a través de su institución de asistencia privada, Pro Familia de Jornaleros IAP.

En el presente, esta organización tiene una capacidad de atender anualmente hasta 43 mil 800 jornaleros migrantes tan solo en el valle de Culiacán y Navolato, distribuidos entre sus 82 albergues que abarcan una zona de 90 campos agrícolas.

“Pro Familia de Jornaleros surge a raíz de las necesidades que hay en el sector, sobre todo la parte de los trabajadores migrantes que vienen a Sinaloa a trabajar en los campos, los jornaleros, se empiezan a notar una serie de carencias desde hace muchos años con la que venía esta gente”, explicó el presidente de la AARC, Enrique Riveros.

Derivado de este contexto en el agro sinaloense, se empezó a tratar como agricultores organizados y responsables de solventar y de ir resolviendo poco a poco estas problemáticas, refiriéndose al caso de las llamadas cuarterías. Sin embargo, reprochó, que desde que el Gobierno Federal retiró los apoyos dirigidos al campo, ahora los agricultores han tenido que sortear estas exigencias con sus propios ingresos.

“Entonces, desde hace muchos años se empezaron diversos programas, uno de ellos era el programa de vivienda dentro de los campos, donde había apoyos de Gobierno del Estado y Gobierno Federal, era tripartito junto con el agricultor, ponían un tercio cada quien, y se construían viviendas”, recordó.

En lo que respecta a los agremiados de la AARC, Enrique Riveros sostiene que las condiciones actuales distan mucho de hace 20 años: “¡imagínate como estaban en ese entonces!”.

De esta manera, nació Pro Familia de Jornaleros IAP en 2015 bajo la directriz de cinco ejes: Educación, Salud, Deporte, Nutrición y un eje de Responsabilidad Social. Entre sus programas destacan los desayunos y comidas calientes para niños y niñas de hasta 14 años, torneos permanentes deportivos, cursos de primeros auxilios para el personal encargado de guardería, talleres educativos sobre los derechos de la niñez, entre otros.

Todo esto aunado a los derechos laborales a los que tienen acceso los jornaleros al firmar un contrato en algún campo agrícola de la AARC. Enrique Riveros da a conocer que, para empezar, se les trae de su lugar de origen con el pasaje incluido, al llegar se les proporciona un cuarto junto con su familia si es necesario, los pisos en los albergues son de concreto y las instalaciones cumplen con todos los estándares.

Hay áreas de comedor, los campos cuentan con clínicas aparte de estar asegurados en el IMSS, además de contar con guarderías. Informa que la población de entre 5 y 14 años en los campos agrícolas de la AARC son de un aproximado de 8 mil al año o por ciclo agrícola.

“Por parte de Pro Familia se tienen trabajadoras sociales de planta en cada una de las clínicas que están ahí para asistir a cualquiera de los jornaleros de estas agrícolas, para que se lleve a cabo sus trámites de la mejor manera. Se capacitan a todas las trabajadoras sociales, se capacita sobre el buen uso de agroquímicos, hacemos capacitaciones de las cocinas”, expone.

 

“Otra de las cosas que logró Pro Familia de Jornaleros fue que cuando llegaban los niños migrantes, el ciclo productivo aquí pues empieza… pon que lleguen en octubre y se van en mayo, entonces no terminaban su ciclo escolar. Hicimos un convenio con la SEP para homologar este ciclo escolar, entonces los niños, aunque lleguen terminando uno y se vayan antes de que termine el otro, se les da su título de que cursaron el año”, precisa.

El presidente de la AARC reconoció que estas medidas en las mejoras laborales comenzaron desde que el comercio global empezó a exigir certificaciones, ya no nada más en el tema de la inocuidad de los productos sinaloenses, sino en todo el trabajo social de los agricultores, además del buen manejo del medio ambiente.

Indica que estas certificaciones finalmente son necesarias para que los productores puedan exportar sus alimentos, “y no tanto por las leyes mexicanas que el gobierno obliga a cumplir”.

Sobre la reciente reforma a la Ley Federal del Trabajo en relación a los trabajadores agrícolas, el dirigente enfatizó que los agremiados de la AARC, a través de Pro Familia de Jornaleros IAP ya venían cumpliendo con esas disposiciones, por lo que serán productores de otras zonas del estado y del país los que tendrán que mejorar sus prestaciones laborales.

“Todos esos servicios que viene a ‘revolucionar el gobierno’, a exigirlo que los hagamos, la gran mayoría ya los hacemos. Hay temas en los que son muy difícil, hay cultivos que es muy difícil por la cantidad de empleados que vas a tener. Y hay que recordar que este es un trabajo de hace muchos años y de mucha inversión. Entonces, no lo podemos hacer de la noche a la mañana, en ningún momento estamos tratando de quitarnos responsabilidades, pero si estamos tratando de que si esto se va lograr, que se logre de una manera objetiva”, expuso.

En cuanto al financiamiento de los programas asistenciales de la institución, informó que se recaudan mediante cuotas que pagan los horticultores en base al volumen de su producción, posteriormente la AARC, por medio de Pro Familia de Jornaleros, redirecciona los recursos.

“Lo que hace Pro Familia es tratar de organizar las acciones individuales de cada una de las agrícolas: lo que tratamos de hacer es organizarlas y juntarlas todas y de llevar un orden”.

TAMBIÉN LEE: