Por Patricia Ramírez / Causa Natura Media

México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador busca que sus programas sociales estén en la Constitución. Las bases de Jóvenes Construyendo el Futuro, las pensiones del Bienestar para adultos mayores, personas con discapacidad y estudiantes de familias de bajos ingresos, Sembrando Vida y Bienpesca, fueron incluidas en el paquete de 20 iniciativas de reformas (18 constitucionales y dos legales) presentadas el pasado 5 de febrero.

La propuesta se presenta durante el proceso electoral a meses de que el mandatario concluya su sexenio. Sin embargo, diversos analistas cuestionan si será posible que consiga la aprobación del Congreso de la Unión.

 “La viabilidad al día de hoy existe, aunque para algunos de estos programas no es claro el dinero de donde va saliendo… En general es una apuesta complicada. No parece que lo vaya a lograr en términos de posicionar todas sus reformas y de que sean aprobadas”, explicó Marco Arellano Toledo, politólogo y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

En entrevista con Causa Natura Media, Arellano señaló cuatro problemas para elevar los programas sociales a rango constitucional: rigidez, presión en las finanzas públicas, inequidad y limitación de autonomía para los siguientes gobiernos.

En el caso de la rigidez, explicó el politólogo, existe el riesgo de que los programas se vuelven inflexibles en un futuro ante nuevas necesidades que surjan para las poblaciones que reciben los apoyos. También podría darse una presión en las finanzas, ya que se requerirá de una asignación de presupuesto significativa y sostenida a largo plazo. Lo que puede llevar a un tercer problema que es la inequidad en un futuro sobre si se beneficia más a ciertos grupos de la población.

“Hoy sabemos que estas personas necesitan estos apoyos, mañana no sabemos si estas personas y otras más los necesitarán o si de estas que reciben los apoyos probablemente ya no será necesario o habrá necesidad de cambiar el foco. Hay un problema de inequidad porque tú asignas a rango constitucional lo que hoy es tu diagnóstico de un problema de pobreza en el país, pero a futuro no lo sabes porque puede cambiar”, apuntó Arellano.

Asimismo, el especialista dijo que estos tres problemas pueden derivar en un cuarto que es la limitación de autonomía del siguiente gobierno, ya que la capacidad de decisión de presidentes sucesores quedaría ajustada a los programas sociales que ya estén por decreto constitucional.

Presidente López Obrador durante la presentación de las iniciativas de reforma. Foto: Gobierno de México.

Bienpesca, una deuda con los pescadores

 

Una de las cinco propuestas de reforma que incluyen los programas sociales del presidente López Obrador abarca los programas Sembrando Vida y Bienpesca, dos subsidios que durante este sexenio se enfocaron en los productores campesinos y pesqueros de pequeña escala.

“Los campesinos y pescadores seguirán recibiendo el apoyo directo del programa Producción para el Bienestar. Se mantendrán precios de garantía para la compraventa de alimentos básicos y se continuará entregando fertilizante gratuito a todos los pequeños productores del país para cumplir con un acto básico de justicia: que coman los que nos dan de comer”, dijo el presidente.

 

Sin embargo, Bienpesca, que consiste en la entrega de 7 mil 500 pesos al año para pescadores, ha sido un programa criticado por las cooperativas pesqueras del país. Principalmente por fallas en el padrón al señalar que no todos los beneficiarios son pescadores.

“Si fuera un programa bien ejecutado tendría un padrón de pescadores reales, que supiera quiénes somos, qué estamos pescando, dónde estamos trabajando, pero es un programa que no tiene claras las estrategias de cómo aplicarse, porque al final de cuentas sí hay mucha necesidad en el sector, pero no estamos encontrando la fórmula para hacer que funcione”, señaló Yanett Castro, presidenta de la cooperativa “Almejeras de Santa Cruz”, en Altata, Sinaloa, y presidenta de la Red de Mujeres de la Pesca en México “Marea Sostenible”.

Castro añadió que también sigue pendiente la inclusión de quienes forman parte del sector pesquero a través de la cadena de valor, principalmente mujeres, ya que Bienpesca se enfoca en los trabajadores que están en el mar y deja fuera a quienes forman parte de las comunidades pesqueras y están en la cadena de valor con trabajos que van desde la preproducción hasta la posproducción.

Antes de Bienpesca existían alrededor de 12 subsidios que eran entregados para diferentes necesidades como combustible, inspección y vigilancia, modernización de la flota pesquera y ordenamiento pesquero.

El dinero llegaba a las cooperativas que agrupan a los pescadores y se dividía según las necesidades. Sin embargo, el gobierno de López Obrador buscó eliminar a los intermediarios y comenzó la entrega mediante Bienpesca de manera directa a cada trabajador.

Para varios pescadores esto significó un cambio en su forma de organización y, actualmente, hay quienes consideran que debería regresar el modelo anterior. Aunque para otras trabajadoras como Yanett Castro, la apuesta debería estar en el futuro de la pesca sustentable y en adaptar las necesidades de los apoyos a las regiones pesqueras.

“Ese dicho de ‘darle un pescado para comer ahora, enseñarle a pescar para comer mañana’ no lo ha aplicado la ley con los pescadores”, dijo Castro.

 

Marco Arellano concuerda con la focalización de los programas sociales. Ya que, en el caso de Bienpesca, hay pescadores que tienen más oportunidades por estar en zonas de desarrollo como las turísticas, pero también son beneficiarios quienes están en puertos o bahías más alejadas de los polos de producción.

“La visión de la mayoría de los órganos internacionales es que los programas asistencialistas de corte universal como los del presidente López Obrador son programas que fomentan una pereza institucional y a nivel social. ¿Qué significa esto? Que se dan los recursos, pero no apalancan el desarrollo de las personas. Por el contrario, los de corte focalizado como si hay una investigación y se caracterizan los grupos a los que se les tiene que entregar los apoyos, cuando estos los reciben, se ha observado en distintos estudios si transforman la vida, la rama de producción o el proceso económico”, explicó Arellano.

Si bien el sumar a programas sociales como Bienpesca a la Constitución podría requerir una revisión sobre los montos y la periodicidad que quedarán establecidos en leyes secundarias, para pescadoras como Yanett Castro es necesario buscar otras soluciones a los problemas de la pesca como la falta de seguridad social, la sobrepesca o la captura ilegal.

“Ciertamente no hay en las Cámaras de Diputados o Senadores gente que entienda bien al sistema pesquero… El sector es bueno y el apoyo es muy necesario, pero ha estado mal enfocado. Mientras no se tengan las reglas claras de cómo funciona el programa, va a seguir siendo un conflicto”, concluyó.

 

*Esta información fue publicada originalmente en Causa Natura Media.

También te puede interesar: