Culiacán.- Isabel (nombre modificado por petición), es una joven que recién egresada de su carrera y con menos de un año de experiencia profesional, vivió en carne propia las consecuencias del agotamiento laboral conocido como burnout.

Al poco tiempo de haber ingresado a la empresa, ésta se vio inmersa en una gran expansión, obligando a los empleados a aumentar su carga de trabajo para alcanzar metas ambiciosas.

El peso de estas expectativas y los días laborables sin descanso comenzaron a afectar la salud de Isabel, ocasionándole noches de insomnio, dolores intensos en el pecho y episodios de estrés. En una ocasión, el dolor en el pecho la llevó a buscar atención médica de emergencia por temor a que fuera un infarto. Sin embargo, los médicos diagnosticaron que su malestar era resultado del estrés extremo al que estaba sometida.

“Las manos y pies se me empezaron a engarrotar, el pulso del corazón estaba muy rápido, un brazo se me entumió, no controlaba movimientos y perdí el conocimiento por segundos, varios médicos me rodearon, me dieron algo para bajar pulsaciones, me estuvieron checando el pulso, habían pensado que me estaba dando un infarto, al final, me dijeron que era estrés”, narró.

 

El estrés y la presión a la que estaba sometida en su trabajo cobraron un alto precio en su salud mental y física. Su historia es un testimonio de los desafíos que enfrentan trabajadores en entornos laborales exigentes y sin protocolos para cuidar el bienestar emocional de sus empleados.

De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),  en México al menos el 75% de los trabajadores padece fatiga por estrés laboral, superando a China y Estados Unidos.

El burnout o agotamiento laboral ocasiona reducción en la productividad, descenso en la calidad de vida, problemas de salud física y/o mental, trastornos de depresión y ansiedad, problemas familiares, riesgos de alcoholismo y otras adicciones.

La gravedad y alta presencia en las y los mexicanos llevó a que en 2023, los padecimientos como burnout, depresión, ansiedad e insomnio fueran reconocidos como padecimientos laborales en la Ley Federal del Trabajo. Además, de la existencia de la NOM 035 que “establece elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo”.

Sin embargo, a pesar del impacto negativo del burnout en la salud y el bienestar de los trabajadores, así como en la rentabilidad de las empresas, muchos centros de trabajo aún no están abordando de manera adecuada este problema.

 

El psicólogo de empresas, Gnozin Navarro Barreras, mencionó a Espejo que aún hay mucho desconocimiento por parte de las y los empleadores sobre las graves implicaciones que tiene este padecimiento, lo que lleva a que no sea atendido adecuadamente.

“No lo atienden normalmente, y no es porque no exista voluntad para hacerlo, sino que no existe plena conciencia del impacto del estrés en el estado financiero”, dijo.

 

Una empresa donde sus empleados están agotados mental y físicamente, puede tener pérdidas financieras muy graves, pues el burnout ocasiona ausentismo, mal ambiente laboral, rotación de personal, baja productividad y poca innovación. Además, puede dañar la reputación de una empresa.

“Todo eso tiene un impacto elevado en la rentabilidad de la empresa. Si de por sí la empresa se encuentra enfrentada en una carrera contra los gastos y el burnout genera gastos no considerados en el presupuesto (…) merma mucho. El burnout puede matar a las empresas por falta de innovación”, expresó.

 

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la economía mundial pierde cerca de billón de dólares al año debido a la depresión y la ansiedad. Antes de la pandemia del Covid-19, se había calculado que los transtornos mentales costarán a la economía mundial 16 billones de dólares en 2030 si no se atienden adecuadamente.

Navarro Barreras, explicó que  esta problemática que se alcanza a apreciar en las finanzas de los centros de trabajo, lamentablemente suele percibirse como un problema individual del trabajador y no como un tema que debe ser visto desde la empresa.

“Hay mucha desorganización, ignorancia, falta de conciencia y sensibilidad tanto de las personas como de los individuos”, dijo.

 

Por su parte, Sergio Álvarez Torres, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) en Culiacán, mencionó que si una empresa quiere ser exitosa debe tener una cultura donde se busque el bienestar del colaborador, pues de lo contrario, se enfrentará al temido estrés laboral que tiene afectaciones profundas en la empresa.

“Las empresas que no están trabajando para mejorar su rendimiento desde la parte humana, pues están pagando por ineficiencia, por conflictos, multas, pero sobre todo porque los colaboradores se están yendo a otras empresas y cada vez cuesta más encontrar a las personas adecuadas para las organizaciones”, expresó.

 

Dijo que de las 400 centros de trabajo afiliados a Canacintra, algunos de ellos ya están tomando medidas para prevenir y atender el burnout laboral, tal como lo solicita la NOM 035.

“Algunas empresas de los afiliados están contratando servicios externos de personas que cumplen con esta certificación y en el ejercicio hacen evaluaciones cada tanto tiempo y algunas personas que tienen un problema familiar o un problema que no se haya resuelto tienen la posibilidad de tener terapia”, dijo.

 

Añadió que las empresas están trabajando con certificaciones de cultura para cuidar la parte laboral, lo cual se refleja en la baja rotación de personal y el valor de marca.

¿Qué pueden hacer las empresas para combatir el estrés laboral?

Para evitar los problemas de rentabilidad que se asocian al burnout laboral, es necesario que los centros de trabajo cuenten con recursos y estrategias para detectar y enfrentar el estrés en los centros de trabajo.

En este sentido, Álvarez Torres explicó que “es un tema donde hay que comprometerse a tener al colaborador en primer lugar, a tener una cultura de confianza, a estar generando celebración de logros, a que la empresa crea en los directivos y sobretodo en los indicadores donde vienen las retribuciones y el valor que le das al colaborador en cuanto a los extras que no tienen que ver con el sueldo y que tienen que ver con el salario emocional”.

Algunas medidas que las empresas pueden tomar para evitar esta problemática son:

  • Concientizar y educar a empleados y jefes sobre el burnout laboral.
  • Tener flexibilidad laboral. Para ello se pueden brindar opciones de trabajo remoto o contar con horarios flexibles.
  • Contar con programas de bienestar y salud mental para que las y los empleados puedan manejar el estrés.
  • Capacitar a los líderes y gerentes para identificar los signos de agotamiento y proporcionar herramientas para apoyar a los empleados en situaciones de estrés laboral.
  • Fomentar un ambiente de trabajo positivo.

 

Según explicaron los expertos en el tema, el hecho de que las empresas reconozcan la necesidad de generar un bienestar emocional en las y los colaboradores, y actúen bajo esa premisa, puede impactar de manera positiva en su rentabilidad y valor de marca.

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