En la capital de Sinaloa, tierra fértil y llena de tradiciones agrícolas, se encuentra Rancho Ayuné SA de CV, una empresa familiar que este 15 de marzo celebra 19 años de arduo trabajo y dedicación, dirigida por Irma Alicia Ríos Núñez y sus hermanos, esta compañía no solo cultiva frijol y garbanzo, también ha incursionado con éxito en el mundo de la fresa.

Con el deseo de diversificar su producción, surgió la idea de sembrar fresas bajo el nombre de “La Fresa de Ayuné”, una iniciativa que nació del reconocimiento que ya tenían en la región por la calidad de sus productos. Con el objetivo de diferenciar este nuevo proyecto, decidieron registrar la marca para separarla así de su línea principal de productos.

En entrevista para Espejo Negocios, Irma Ríos reconoce que el cultivo de la fresa ha experimentado un notable auge en Sinaloa, siendo aún una opción relativamente poco común entre los productores locales, hecho que les brinda la oportunidad de obtener márgenes de ganancia diferenciados, en comparación con otros cultivos más tradicionales como el tomate o la cebolla, cuyo mercado está más saturado.

La fresa, cuya producción inicia 40 o 45 días después de su plantación, se presenta como un negocio rentable, aunque sumamente delicado. Irma enfatiza la importancia de los cuidados necesarios para garantizar la calidad del producto, pues cualquier descuido puede llevar a su rápido deterioro. Además, destaca el valor agregado que ofrece la fresa congelada, cuya vida útil se extiende hasta un año, en contraste con la fruta fresca que apenas dura unos pocos días en el refrigerador.

“Esta planta la empezamos a principios de noviembre, es una plantita que se impactarían de ver que está bien chiquitita y de repente empiezas a ver arbustos que para cuando logra un tamaño digamos de que empieza a florear y estamos hablando que en 40 días ya podemos tener producción, es una cosa increíble. Estoy hablando de cuatro o cinco cubetas (el primer corte)”.

 

Anteriormente, la fresa solía importarse de regiones como Guanajuato, Irapuato y Guadalajara, e incluso de California para el mercado de exportación. Sin embargo, el auge de la producción local ha cambiado este panorama y menciona que hay estados como Jalisco que ya incursionan en la siembra de fresa, tanto para consumo nacional como internacional.

En el caso de Sinaloa, la temporada de fresa inicia desde principios de noviembre hasta finales de mayo, de tal manera que la cosecha se comercializa entre diciembre y principios de junio. Las ventas posteriores a esta fecha, explica, se traen de otras entidades como Guadalajara, Irapuato, o Baja California, zonas donde el clima les permite continuar más tiempo con la producción.

“Ha habido como este auge en la salud y precisamente creo que por eso es el crecimiento que tenemos en fresa, en varios estados donde podemos, aquí Sinaloa me dice la gente ¿cómo que siembran fresa aquí en Sinaloa, aquí en Culiacán? Sí, les digo, hay gente que tiene 10 años aquí en Culiacán sembrando fresa, no sabíamos, les digo que yo tengo poco, unos cinco o seis años que me enteré y quise hacer pruebas precisamente para ver si los terrenos nos daban para eso”, refiere.

 

Para asegurar el éxito de su cultivo, Irma y su equipo han realizado diversas pruebas con diferentes variedades de fresas, lo que les ha permitido identificar aquellas que mejor se adaptan al clima y al suelo de sus terrenos. Entre estas variedades destacan Camino Real y Frontera, cuyos frutos han demostrado tener el tamaño, sabor y consistencia deseables para el mercado local.

Cuenta que los cuidados necesarios para el cultivo de la fresa son minuciosos y constantes, desde la selección de plantas certificadas hasta la aplicación de fertilizantes y el control de plagas. Irma emplea un equipo de trabajadores capacitados, que se encargan de cada etapa del proceso con dedicación y precisión.

“Estamos haciendo pruebas con insectos benéficos, hay gente aquí en Sinaloa que ya tiene fresa orgánica, es una forma es de ir pasando de la agricultura convencional a una fresa orgánica que es lo que pretendemos nosotros también, ahorita estamos haciendo pruebas con algunos productos ya que son orgánicos para ver qué tal nos funcionan aquí y no hemos visto mucha diferencia con respecto a lo convencional, ni en precios, que antes se mencionaba que tener un producto orgánico era muy costoso, ahora me imagino que el mercado ha cambiado todo eso porque ya nos estamos dando cuenta que usar productos orgánicos funciona de la misma manera que el convencional y los precios son bastante similares”, explica.

 

A pesar de los desafíos inherentes al cultivo de la fresa, Irma se muestra optimista y satisfecha con los resultados obtenidos hasta el momento. Su experiencia demuestra que con el conocimiento adecuado y el compromiso necesario el cultivo de la fresa puede ser una empresa gratificante y exitosa que contribuye al desarrollo económico y social de la región.

Con casi dos décadas de trayectoria, Rancho Ayuné SA de CV continúa su labor con pasión y determinación, y ahora lleva consigo el sabor único y la calidad inigualable de “La Fresa de Ayuné” a los hogares de Culiacán y con pruebas en proceso para lograr ir más allá.

Un viaje desde la nutrición hasta la innovación de las fresas

 

La apasionada productora de fresas dice que es un cultivo que siempre tuvo en mente con la inquietud de sembrar. Recuerda que en una ocasión cuando su hija mayor tenía cerca de cuatro años le pidió que le comprara fresas, pero por desconfianza en la inocuidad le dijo que esperara, que algún día le sembraría algunas plantas para que pudiera comer hasta saciarse, 14 años después su hija recapitula y le agradece que de alguna manera le haya cumplido esa promesa.

Revela el intricado proceso que impulsa la transformación del sabor de esta fruta icónica. Con una visión que se extiende más allá de las simples técnicas de cultivo, se sumerge en un mundo donde la fertilización y la nutrición se entrelazan para definir el gusto final de cada bocado.

“En el sabor de la fruta tiene que ver la fertilización, tiene que ver la nutrición que le aplicas a las plantas. Puedes tener una fresa grande, artificialmente engordada, pero hueca de sabor. Es la variedad del tamaño que importa, pero, sobre todo, cómo las nutres””, explica Irma. Dice que, con una perspectiva enfocada en la calidad y la seguridad alimentaria, ella y su equipo colaboran con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) en la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas.

 

Explica que el agua utilizada en el riego, es sometida a rigurosos controles de calidad, o que garantiza que cada fresa esté libre de contaminantes para ofrecer una opción segura y saludable para los consumidores. Pero el compromiso de Irma va más allá de la nutrición y la seguridad. Con un ojo puesto en el futuro, ella y su equipo exploran nuevas aspiraciones con la producción de fresas congeladas, esto coordinados con expertos de la Secretaría de Economía para extender la vida útil de este preciado fruto.

“Estamos trabajando en ver cuánto es su vida congelada y todas estas cuestiones en el CIAD”, comparte Irma, destaca la importancia de la investigación y la innovación en su campo. Sin embargo, el camino hacia el éxito no está exento de desafíos, reconoce la naturaleza impredecible del mercado y la necesidad constante de adaptación. “De un año a otro hay bastantes cambios”, reflexiona. “Tenemos que ir innovando”.

Con una mezcla de pasión y pragmatismo, Irma alienta a otros a seguir sus pasos en el mundo del emprendimiento. Reconoce los tropiezos inevitables en el camino, pero enfatiza la importancia de mantener una actitud resiliente y aprender de cada experiencia. “Te vas a caer y te vas a levantar“, testifica. “Lo importante es que tu actitud te haga seguir de pie y seguir adelante“.

Desde el cuidado de cada planta hasta la exploración de nuevos horizontes en la industria, Irma Ríos representa el espíritu de innovación y dedicación que impulsa la transformación del sabor de las fresas sinaloenses. En sus manos, esta fruta se convierte en un símbolo de calidad, seguridad y perseverancia en el campo agrícola del país.

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