En el mundo del emprendimiento, la perseverancia, dedicación y una visión clara son un gran diferenciador para que una historia esté marcada por el éxito. David Abel Inzunza Hernández, socio fundador de TINTEC lo comprendió desde el principio de su camino empresarial, que no ha sido un viaje rápido, sino más bien un recorrido lleno de obstáculos y aprendizajes.

En entrevista para Espejo Negocios contó cómo se embarcó en la aventura de crear su propia empresa en 2008, cuando el negocio comenzó como una tienda de equipos de cómputo, aunque desde ese momento vislumbraba un horizonte de cambio. Con el tiempo, el enfoque de la empresa se modificó, transformándose en un taller especializado en impresoras y sus necesidades.

El giro hacia las impresoras surgió de la observación de una brecha en el mercado. “Nos dimos cuenta de que había una decadencia en el mercado y que no había quien se dedicara exclusivamente a las impresoras”, recuerda David. “Vimos la oportunidad y fuimos por ello”. Inspirado por la idea de ser su propio jefe, entendió que el camino hacia el éxito estaría lleno de desafíos, pero siempre con una mentalidad arraigada en esa filosofía empresarial de que cuando tienes una meta, que quieres hacer algo, tienes que estar consciente de que todo fruto requiere tiempo para que crezca.

 

“Todo árbol que da fruta tiene su tiempo, toda empresa tiene su tiempo también, esas empresas mágicas que de la noche a la mañana te quieren dar mucho dinero o el éxito no son muy comunes o no son reales, siempre tienes que ir con una meta fija y si tú quieres pasar de ser empleado a ser tu propio jefe tienes que fijarte el objetivo, pero tienes que saber que va a estar complicado”, reflexiona.

 

El primer punto de inflexión llegó con el descubrimiento del sistema de tinta continua. Este innovador método, aún poco común en México en ese momento, proporcionaba una solución rentable y eficiente para la recarga de cartuchos de tinta. David recuerda con emoción el día en que probó por primera vez este sistema. “No se acababa la tinta”, exclama. Esa experiencia marcó el inicio de una nueva era para TINTEC.

Sin embargo, el éxito no vino sin desafíos. A medida que el sistema de tinta continua ganaba popularidad, surgió una competencia feroz, especialmente cuando las marcas líderes decidieron adoptar este modelo de negocio. “El verdadero reto comenzó cuando las marcas se dieron cuenta de que se les estaba yendo una gran cantidad de mercado a los cartuchos rellenables”, explica

La clave, según David, ha sido la flexibilidad y la perseverancia. “Hemos tenido que buscar una evolución entre todo esto”, admite. TINTEC se transformó de vendedor a taller de soporte técnico, adaptándose continuamente a las demandas cambiantes del mercado. Esta adaptabilidad, combinada con una filosofía centrada en el ahorro del cliente, ha sido fundamental para la supervivencia y el crecimiento de la empresa.

 

La resiliencia de TINTEC y cómo se reinventó en el mercado de impresoras|1

 

TINTEC, fundada por David y su esposa, pasó por un periodo tumultuoso entre 2010 y 2012. Abrieron un negocio de impresión sin tener la experiencia necesaria, lo que resultó en una pérdida financiera considerable. “Fue una maestría muy cara”, admitió David. “Pero aprendimos una carrera completa de cómo no hacer las cosas”.

Para Inzunza Hernández, tener un objetivo claro era fundamental. “Muchas veces inicias un proyecto sin un objetivo definido,” explica. “Es como decir ‘voy a vender esquites’, pero ¿cuál es tu objetivo real? Sin un objetivo claro, es difícil mantenerse motivado frente a las adversidades.”

Con este pensamiento en mente, adoptó una estrategia de fijar objetivos realistas y alcanzables. “Pequeños objetivos son clave,” enfatiza. “A veces, el objetivo general puede parecer abrumador, pero desglosarlo en metas más pequeñas lo hace más manejable y te permite celebrar cada logro en el camino.”

Cuando el mercado de las impresoras experimentó un cambio sísmico con la introducción de sistemas de tinta por parte de las marcas, la capacidad de TINTEC para adaptarse se puso a prueba nuevamente. Recuerda el momento en que se enteró de esta disrupción. “Me asustó tanto cuando salió”, confesó. “Pensé que probablemente esto se acabaría para nosotros”.

Con determinación y un enfoque claro, TINTEC hoy en día es reconocida por su innovación y compromiso con la excelencia, pero en su historial David tiene el recordatorio de que el éxito empresarial no se logra de la noche a la mañana, sino a través de una combinación de factores.

 

El que marca un antes y un después, recuerda, fue esa evolución en el mercado de impresoras, cuando en su inexperiencia se dejó llevar por la guerra mental que se le presentó. “En mi acelere, agarro boletos, me voy a Hong Kong a una expo y empiezo a ver qué más puedo traer de allá. Traje muchas cosas que se quedaron ahí, en importación unas, otras no se usaron… pero eso no nos tambaleo tanto, pero aquí (en mi cabeza sí), no en la empresa”.

 

Cuando llegaron los sistemas nuevos de impresoras, en lugar de rendirse, David vio esta transformación como una oportunidad para reinventarse. Con un cambio de perspectiva, TINTEC se fortaleció en el soporte técnico, convirtiéndose en líder del mercado local de inyección de tinta. “Fue un reto”, admitió, “pero ahora tenemos otro producto estrella que es el soporte”. Hoy en día, son un testimonio de cómo la adaptabilidad y la perseverancia pueden convertir los desafíos en oportunidades.

 

La empatía y la excelencia en el servicio técnico

 

David forjó un negocio desde la esencia misma de la empatía y la calidad en el servicio técnico. Con un corazón comprometido, TINTEC valora cada interacción como una oportunidad para construir relaciones auténticas: han cultivado una cultura centrada en el cliente y la honestidad.

 

“Imagina que el cliente es tu tío o primo”, instruye David a su equipo. “Atiéndelo con esa cercanía y empatía genuina, y se irá contento”. Esta premisa básica ha sido el cimiento sobre la que se ha construido el éxito de la empresa.

 

Con más de 15 años en el mercado han alcanzado una madurez empresarial que se traduce en un servicio técnico excepcional y una atención al cliente sin igual como parte de su propuesta. La compañía ha sabido diferenciarse no solo por la calidad de los equipos que vende, sino también por el soporte técnico integral que ofrecen con el compromiso de brindar no solo productos, sino soluciones completas y acompañamiento a sus clientes.

“La impresora que vendo la puede encontrar en cualquier tienda, pero el soporte que ofrecemos es único”, destaca David. Con una visión clara del valor agregado que aportan, han consolidado una base de clientes leales que valoran no solo la calidad de los productos, sino también la confiabilidad del servicio postventa.

A medida que TINTEC ha crecido, David ha mantenido su enfoque en la excelencia operativa y la satisfacción del cliente. Con dos sucursales en Culiacán y Mazatlán, y un equipo de aproximadamente 20 empleados altamente capacitados y especializados, la empresa ha logrado mantener altos estándares de calidad en todas sus operaciones.

Hoy en día, TINTEC se ha convertido en el taller de cabecera para muchos clientes, gracias a su reputación de honestidad, empatía y excelencia en el servicio al cliente. “Creo que parte del éxito, aparte de ser constante y flexible, es la honestidad y la empatía hacia el cliente”, reflexiona David.

Recientemente han dado un paso audaz hacia la diversificación de su negocio, incursionando en la venta de equipos de gran formato para impresión de lonas y vinilos. Este nuevo giro no solo amplía su oferta de productos, sino que también fortalece su posición en el mercado y abre nuevas oportunidades de crecimiento a largo plazo.

 

“Es más satisfactorio el sentimiento al final del día cuando tú obtienes el resultado de algo que tú quieres si tienes un objetivo fijo que sepas que va a haber muchas trabas,” comenta David. “Una empresa es como un río, siempre fluye hacia su destino final, pero encuentra obstáculos en el camino. Sin embargo, nunca deja de avanzar.”

 

Responsabilidad social

 

El viaje de TINTEC hacia la resiliencia empresarial también incluyó la participación en organizaciones como Canacintra. “Entrar a Canacintra nos ayudó mucho a ver el panorama de cómo están las otras empresas”, compartió David. “Nos dimos cuenta de que hay otros que están sufriendo lo mismo”, pero también fue ahí donde sumaron otro proyecto a la empresa en materia de responsabilidad social.

David cuenta que llevan a cabo una propuesta de la misma cámara, que se trabaja en alianza con otro socio que traía la inquietud de reciclar baterías, en un principio lo vieron como algo pequeño, un botecito para echar baterías, así que lo implementaron a tal grado que ahorita ya los clientes ven que hay ahí ese medio de reciclaje y llegan con baterías, de modo que fue creciendo eso del reciclado y va de la mano con lo que hacen ellos de las impresoras.

 

“La basura tecnológica es un problema muy grande, y la verdad es que la mayoría de la estructura de la impresora es reciclable y lo que más contamina es lo que no es reciclable que siempre va y se tira el basurero. Entonces lo que nosotros hacemos es separar las piezas”.

 

Explica que se trata por lo regular de tres componentes: plásticos, fierro y tecnología, que se pueden desechar por separado, reutilizan electrónica y separan fierro y plástico para generar una huella ambiental menos perjudicial y esa es la manera en que TINTEC  pone su granito de arena para que haya menos contaminación por parte de su industria.