Culiacán, Sinaloa.- En los últimos años, el turismo sustentable ha ganado terreno como una forma responsable y respetuosa de disfrutar de la naturaleza. En este contexto, el avistamiento de cocodrilos en el Parque Las Riberas surge como un potencial atractivo turístico para Culiacán, la capital del estado de Sinaloa.

Aunque este recurso natural ha sido subestimado durante mucho tiempo, su aprovechamiento podría impulsar el turismo sostenible en la región, siguiendo ejemplos exitosos como Wotoch Aayin, La Casa del Cocodrilo, en Campeche.

La aprobación del decreto por el Congreso del Estado de Sinaloa para fomentar el turismo sustentable abre un abanico de oportunidades para el desarrollo económico y social de la región, además, el gobierno estatal, mediante programas de incentivos y reconocimientos, puede estimular la inversión en proyectos turísticos que respeten y conserven el medio ambiente.

Aprovechar la población de cocodrilos de manera responsable y planificada puede generar beneficios económicos y sociales a largo plazo, siempre y cuando se lleve a cabo una gestión adecuada que priorice la conservación del medio ambiente, en un entorno seguro y guiado por expertos, advirtió Sergio Leonel Lizama Góngora, guía administrador de Wotoch Aayin y mercadólogo de profesión.

En entrevista para Espejo Negocios contó que el centro ecoturístico, de conservación y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre ubicado en la comunidad de Isla Arena, Calkiní, Campeche, dentro del área Natural Protegida Reserva de la Biósfera Ría Celestún surgió en el año 2000 con el fin de rescatar y reproducir el cocodrilo Moreletii que se hallaba en peligro de extinción.

Sin embargo, no fue hasta 2008 cundo obtuvieron la UMA (Unidad de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento sustentable de la vida silvestre) para operar legalmente y poder brindar servicios turísticos sostenibles de alta calidad que les permitieran obtener recursos para subsistir. Actualmente en la reserva cuentan con un aproximado de 800 ejemplares de diferentes edades y aunque su permiso es de hasta 1200 no quieren sobrepasar la capacidad del centro.

“Nosotros aprovechamos al cocodrilo en carne, piel, grasa y productos que se hacen, tenemos un restaurante en donde ofrecemos la carne de cocodrilo como un atractivo turístico, una comida exótica y sustentablemente porque viene de nuestra propia granja, eso atrae a mucha gente que tiene la curiosidad de poder probar el cocodrilo, hacemos platillos a base de la carne a mojo de ajo, a la mantequilla, nachos de cocodrilo, costillas de cocodrilo bbq, a la valentina”.

 

Sergio Lizama dijo que en su caso, empezaron el proyecto también como centro cultural debido a la necesidad económica que tenían, porque en México no existen apoyos directos hacia las UMAS y en la necesidad de poder darle un enfoque diferente para obtener recursos para alimentar a los cocodrilos fue una forma en la cual empezaron a poder adquirir un capital o un recurso, a través del turismo, de que la gente empezara a entrar a ver a los cocodrilos, con el restaurante, y de adaptar ciertos espacios de la UMA como un atractivo turístico.

En el caso de Culiacán, explicó que la especie Acutus es de un cocodrilo más grande, del cual no hay como tal un aprovechamiento, pero se podría delimitar un sendero para el avistamiento de las especies, con piletas o jaulas y empezar a rescatar especies. Por ser especies muy grandes, que llegan a medir hasta cinco metros, es importante, dijo, concientizar a la gente, que se interese por su concentración, encontrar guías que se puedan interesar en la interpretación ambiental con los cocodrilos, estudiar acerca de los cocodrilos.

“Ustedes tienen una zona que no es ahora natural protegida y eso les ayudaría a desarrollar de cierta manera un poco más fácil o más rápido, lo que es una UMA de conservación del cocodrilo, son animales que tenemos que aprender a convivir con ellos. El Gobierno puede hacer un proyecto de conservación en la cual el cocodrilo Acutus vea a la gente, conocer que es parte de su entorno y que la gente tiene que evitar alimentarlos porque cuando les pierden el miedo a los humanos son animales que atacan”, detalló.

 

 

Implicaciones de este turismo sostenible en Culiacán

 

El avistamiento de cocodrilos en el Parque Las Riberas tiene el potencial de convertirse en un atractivo turístico emblemático de Culiacán, la conservación de la biodiversidad, la creación de empleos en el sector turístico y el impulsar el desarrollo económico de la región de manera sostenible y responsable. Sin embargo, es crucial abordar los posibles limitantes, como la necesidad de inversión en infraestructura y capacitación de personal, establecer medidas de conservación adecuadas, así como educación y políticas de gestión de visitantes.

Ernesto Zazueta Zazueta, presidente de la asociación de zoológicos, criaderos y acuarios de México (AZCARM) dijo que la población de cocodrilos cada vez es mayor y el hecho de que hayan bajado a un río que se ubica a la mitad de la ciudad se debe a un desequilibrio ecológico, por la creciente mancha urbana, lo que propicia que haya comida y animales como perros que los cocodrilos aprovechan para alimentan de ellos.

De ahí que, para ver el tema como un aspecto turístico se requiere de demasiada educación social, porque si la ciudadanía no se les acerca, no los alimentan, no los atacan, los cocodrilos no van a atacar, sin embargo, para que se dé esta adaptación se requiere de mucha capacitación, tiempo, e inversión para educar a la gente sobre el respeto hacia esta fauna silvestre, insistió.

“Por falta de educación la gente los trata de agarrar, los quieren humanizar y no son mascotas, son animales silvestres y eso realmente es un problema que mucha gente que cree que los puedan humanizar y que al ratito quieran convivir con ellos y no se puede. Lo primero que se tiene que hacer es trabajar muy duro con la población y en base a eso tomar decisiones, pero los que toman las decisiones son los de SEMARNAT”, señaló.

 

Por su parte, Sergio Lizama explicó que los cocodrilos son animales que atacan cuando le pierden el miedo al humano y esto sucede cuando se les alimenta, ya que ven al humano como depredador lo que provoca que sean más agresivos, que hay pruebas en poblaciones de cocodrilos en la vida silvestre que no son alimentados contra otros que han sido alimentados.

Además, destacó, se tendría que tomar en cuenta que el río se convertiría en un área peligrosa para nadar o realizar actividades donde estén los cocodrilos.

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