Culiacán, Sinaloa.- La fórmula al Senado por Morena en Sinaloa tiene un programa definido. Ligado a y apoyando la candidatura de Claudia Sheinbaum, Imelda Castro Castro y Enrique Inzunza Cázarez tienen claro que se sumarán a la agenda de propuestas de la candidata a la presidencia por Morena en lo que Cázarez nombra como un “constitucionalismo del bienestar”.
Y a pesar de contar con buenos números en diversas encuestas, el dúo morenista dice no querer ‘andar con cuentas alegres’, pues tienen también claro que su estrategia nacional abarca la necesidad de que sus aliados, PT y Partido Verde, obtengan buenos números para alcanzar la mayoría calificada en ambas cámaras legislativas. Una estrategia conocida como “Plan C”, que implica obtener la mayoría de puestos en el Senado y la Cámara de diputados para tratar de realizar reformas a nivel constitucional que forman parte del paquete de propuestas de la candidata a la Presidencia.
En lo local, señalan, cada partido tendrá su propia estrategia.
¿Pero quiénes son Imelda Castro y Enrique Inzunza y qué prometen que harán por Sinaloa de llegar al Senado de la República?
Una vida caminando por la izquierda
“Nosotros venimos de la izquierda desde hace muchos años, varias décadas”, recuerda Imelda Castro, quién actualmente busca la reelección al Senado de la República.
Nacida en Agua Caliente de Cebada, un poblado de Sinaloa municipio, pero criada en la comunidad de Batamote, Guasave, Imelda Castro ha sido partícipe de la vida pública desde sus tiempos de estudiante. Primero como líder estudiantil al ser consejera universitaria y, más tarde, acompañando a movimientos como la Alianza Campesina y El Barzón.
Licenciada y Maestra en Ciencias Políticas, Castro Castro militó durante casi 30 años en el Partido de la Revolución Democrática. En este transcurso fue candidata en distintas ocasiones, alcanzando dos veces una diputación local bajo las siglas del PRD, esto en tiempos donde la representación de los partidos de izquierda en el Congreso de Sinaloa era prácticamente inexistente.
A ella, recuerda, le tocó vivir la ruptura de figuras como Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo con el régimen del PRI a finales de los 90’s, lo que dice “le abrió una grieta irreversible donde las cosas ya no fueron iguales en nuestro país”.
“En ese entonces nosotros estábamos estudiando la preparatoria y logramos, dentro de la izquierda, que nuestro candidato presidencial, Alberto Castillo, declinara para abrir paso a esa grieta que estaba habiendo en el régimen político”, rememoró.
Fue hasta el 2017, previo al tsunami de Morena en 2018, que Castro Castro decide tomar la oportunidad de llegar al Senado bajo estas siglas en compañía del hoy Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
Actualmente, destaca, es parte del 9% de las senadoras y senadores de Morena que el partido les permitió buscar la reelección; situación que más que un lastre, ve como un privilegio al ser tomada en cuenta por el partido para seguir en la cámara federal. Desde ahí, asegura Castro, contribuyó y seguirá contribuyendo a la Cuarta Transformación.
Entre sus contribuciones durante estos seis años de labor legislativa, Castro Castro resume los resultados de la Cuarta Transformación en su conjunto, en un solo indicador: el de la pobreza.
“Ya hay datos muy claros, más de 6 millones de personas en México salieron de la pobreza. Creo que para nosotros ese es el gran triunfo”, dijo.
“Es esa parte, que la gente viva mejor, que la gente sienta el bienestar, que la gente sepa que se combate la corrupción, que se combate la impunidad, pues esa es la gran satisfacción que tenemos”, aseguró.
La senadora permanece en el discurso federal que asegura la disminución de la corrupción con el llamado “plan de austeridad republicana”, y que el dinero público ha servido para atender los problemas de la gente a través de los programas sociales.
Desafortunadamente, añadió, el trabajo no está completo, pues aun existe un poder (el judicial) que se resiste a la transparencia y la austeridad. Es por esto que una de las búsquedas de Morena a nivel federal será el lograr el llamado Plan C. “Queremos tener la mayoría calificada para que se pueda reformar el poder judicial y entonces realmente combatir la corrupción”, explicó.
Para ella, otro de los grandes retos es el profundizar en la política social de los programas federales.
Ejemplos de esto serían un Sistema Nacional de Cuidados y las becas “Para Empezar” como dos nuevos programas de transferencias directas de recursos que serán de las principales políticas públicas del próximo sexenio.
“Esta va a ser una de las principales políticas públicas del próximo sexenio, porque estamos hablando de más de 22 millones de mujeres que cuidan a los niños, que cuidan a las niñas, que cuidan su adultos mayores, que cuidan a las personas enfermas y van a recibir un apoyo del gobierno de Claudia”, prometió.
“Hay muchos programas que vienen, el segundo piso de la cuarta transformación y a nosotros nos da mucho gusto que la gente vea una campaña de propuestas; mientras la oposición tiene una campaña sucia que le apuesta a las mentiras, nosotros estamos buscando que la gente conozca las propuestas de Claudia Sheinbaum, que nosotros estamos también respaldando por supuesto”, puntualizó.
De la sierra a los juzgados
Enrique Inzunza Cázares ha hecho su trayectoria en el Poder Judicial de Sinaloa. Ahí logró ser presidente del Supremo Tribunal de Justicia en 10 ocasiones, hasta que solicitó su jubilación temprana para asumir las labores de la Secretaría General de Gobierno en la administración de Rubén Rocha Moya.
Nació en Batequitas, Badiraguato. De niño fue vecino de Rocha Moya y durante su juventud migró a Culiacán para vivir en la casa del hoy gobernador del Estado e ingresar a la Universidad Autónoma de Sinaloa para estudiar derecho. Ahí logró la recomendación de un profesor para trabajar en el Poder Judicial local.
La candidatura al Senado es la primera elección en la que participa de manera activa, colocándose en la segunda posición de la fórmula junto con Imelda Castro.
“Enrique Inzunza es un sinaloense que nació en una comunidad rural en Batequitas, Badiraguato, que desde niño apenas pudo tener en sus manos un instrumento de labranza, cumplió tareas de labores del campo; que desde la niñez tuvo que colaborar con sus padres, mi padre especialmente, para contribuir al sustento de la familia”, cuenta sobre sus orígenes, en donde le tocó ser el cuarto de siete hermanos.
Inzunza reflexiona y es consciente de que su historia es la misma que la de miles de infantes que, desde la sierra de Sinaloa, ha sufrido innumerables dificultades primero para subsistir y después para lograr una educación universitaria. Durante la secundaria, cuenta, caminaba todos los días seis kilómetros para ir y regresar a la escuela.
Ya en Culiacán, tuvo que trabajar de todo para costear su educación. Hasta de taquero.
“Esa es mi trayectoria y por supuesto quiero llegar a ese lado porque soy un honrado, soy un hombre que se ha hecho desde la cultura del esfuerzo, el trabajo honrado y mi formación en leyes, mi experiencia durante 25 años dentro de la Judicatura del Estado, dentro de la cual tuve la distinción de mis compañeros y compañeras magistrados de ser casi 11 años su presidente hasta mi jubilación, creo que me permiten aportar en este momento”, se promocionó.
“Como jurista tengo una visión de la política de la acción de gobierno, como un elemento que tiene que tener un solo propósito: la satisfacción de los derechos humanos”, asegura Inzunza respecto a su intención de llegar al Senado de la República.
Agrega que ve como una misión personal el consolidar el “Estado de Bienestar en México”, un lema Lopezobradorista.
“Asegurar para todas y todos un piso mínimo de bienestar que asegure desde ahí que se puedan cumplir otros derechos básicos como el acceso a la educación, a la cultura, desde luego el emprendedurismo…”, menciona.
Para lograrlo, prosigue, se tienen que llevar a la constitución los programas federales, algo que bautizó como un “Constitucionalismo del Bienestar”. Esos programas, sin embargo, requerirán el incremento de impuestos. No hay una propuesta por escrito, ni mucho menos una iniciativa, pero dice que actualmente todas las democracias consolidadas tienen impuestos altos.
“Son impuestos que pagan fundamentalmente quienes generan la actividad productiva en la más alta esfera”, expresa.
“Nosotros creemos que el Estado sí debe de intervenir para asegurarle a las personas sus derechos. Nuestra concepción del Estado es como un órgano una institución garantizadora de la satisfacción de derechos y tiene que intervenir en el proceso económico para efectos de corregir los excesos. Eso es eso está ocurriendo ahora en el mundo, y podemos decir que Andrés Manuel López Obrador es un pionero”, cuenta.
Sobre los señalamientos de la oposición en torno a que el apoyo de la federación no llegó a Sinaloa, Inzunza asegura que sí llegó pero que este se enfocó más al sur del estado, puesto que “la acción política del gobierno transformador se ha volcado más hacia allá porque las comunidades del sur sureste son las que tienen los rezagos más ancestrales”.
“Por ahí se ha iniciado y hoy hay un piso mínimo con los programas sociales constitucionalizados. Pero nuestra perspectiva es constitucionalizar más”, añadió.
“Finalmente creo que el principal renglón que distingue la 4T es justamente la construcción de un país de abajo hacia arriba… Está probado que cuando se logra afianzar el estado de bienestar hay condiciones también para el desarrollo económico”, puntualizó.
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