Culiacán, Sinaloa.- La palabra “lesbiana” no debe horrorizar, no tiene nada de malo, y quienes sean lesbianas deben reconocerse como tal, aun cuando todavía hay quienes discriminan y hasta les ven como “costales de boxeo”, señalaron participantes en el conversatorio Visibilidad Lésbica en la Sociedad Sinaloense” realizado en el Congreso del Estado de Sinaloa.

El conversatorio fue organizado por la Comisión de Igualdad, Género, Diversidad Sexual e Inclusión, tuvo lugar este viernes en el salón Constituyentes de 1917, y se realizó en el marco del Día de la Visibilidad Lésbica.

En su mensaje de bienvenida, la presidenta de dicha Comisión, Silvia Ortiz Castro, reconoció que hacer visible la comunidad lésbica es una lucha de muchos años, por lo que el Congreso del Estado busca con este evento apoyar esta lucha.

“El Congreso está atento a reconocer la historia y la lucha de los pueblos más vulnerables y desprotegidos, apoya la creación, diseño y elaboración de este conversatorio”, expresó.

 

Como moderadora del conversatorio participó la diputada Nio Masiel Sainz Garduño, vocal de la Comisión de Igualdad, Género, Diversidad Sexual e Inclusión.

La inauguración del conversatorio estuvo a cargo de la titular de la Secretaría de las Mujeres, Conzuelo Gutiérrez Gutiérrez, quien brindó un reconocimiento al Congreso del Estado por la apertura de este espacio que convoca a hablar de distintos temas que son fundamentales para la construcción de las libertades de las mujeres.

“Hay una deuda pendiente con las mujeres, y en especial con la comunidad de las mujeres lesbianas”, reconoció.

 

Claudia Zazueta Armenta, encargada del Área de Capacitación de COMPAVIFM, quien participó como ponente, recordó que todavía antes de iniciar el año 2000 causaba horror hablar de lesbianismo.

Expuso que justo en ese año decidió “salir del clóset” y se declaró lesbiana, pero lamentó que todavía haya expresiones en contra de quienes tienen esta definición sexual, pues les toman como costal de box.

Justo por este rechazo, observó que al igual que ella, quienes se reconocen como lesbianas en determinado momento piensan en el suicidio.

Ana Isabel Sánchez Osuna, especialista en Diversidad Sexual –también ponente– observó que en el caso de Sinaloa persiste una cultura en la que las mujeres deben pintarse y vestirse de manera tal que se vean muy femeninas.

Coincidió en que años atrás eran más marcados los reclamos a las lesbianas, sobre todo en su etapa infantil por sus lenguajes, sus expresiones corporales y hasta por las cosas con que jugaban.

Esta situación, expuso, lleva a las niñas y jóvenes lesbianas a pensar que no todo está bien con ellas y entonces empiezan a buscar a personas similares a ella.

Yésica Astorga, experta en Desarrollo y Crecimiento Personal, se autodefinió también como lesbiana, desde los 13 años, cuando se enamoró de otra adolescente.

Fue a raíz de ello, dijo, que inició un proceso de educación de las personas que estaban a su alrededor.

Sin embargo, aseguró que ya se ha normalizado el salir del clóset, y propuso trabajar en la educación de las personas que viven alrededor de las lesbianas, ya que en  México la educación sexual es prácticamente nula.

Dana Echavarría Robledo, activista por los derechos de la comunidad LGBT+,  quien se autodefinió como mujer trans lesbiana, coincidió en que la palabra lesbiana sigue siendo fuerte, sobre todo en el nivel de educación básica.

En su caso, confesó que hay mucha gente que no le reconoce como mujer, y mucho menos como trans. Sobre todo cuando no conoce más lesbianas transexuales.

Mariel Vega Yee, Jefa del Departamento de Diversidad Sexual y Grupos Vulnerables de SEMUJERES, también ponente, consideró que hay una deuda histórica gigante con las mujeres y los cuerpos feminizados, sobre todo con las mujeres que desafían el mandato sexual y se declaran como lesbianas.

Expuso que para quienes son lesbianas les resulta muy difícil declararse públicamente como tales por temor a golpes, amenazas y hasta la expulsión del seno familiar.

Sin embargo, aseguró que en la realidad las mujeres lesbianas existen y por tanto se les debe reconocer como parte de la sociedad.