Culiacán, Sinaloa.- Yaritza Karely Arellano Hernández, una joven sinaloense de 27 años, se marchó a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, el 12 de marzo para buscar un mejor empleo, pero 12 días después fue desaparecida.

“Todavía platicamos el día 24, pero luego le escribía, le mandaba mensajes y me dejaba como leído, en visto. Pasaron tres días así, con mensajes que me dejaba en visto. Le llamaba y me mandaba a buzón, a mí ya se me hizo extraño”, dijo la señora Martha Leticia Hernández, madre de Yaritza.

Yaritza tomó camino a Monterrey el 12 de marzo. Dejó dicho a su madre que se iba de Culiacán para irse con su amiga Vianey López, una joven a la que conoció y con quien se puso de acuerdo para buscar un mejor ingreso.

La joven de 27 años es madre de una niña de 6. Esa niña vive ahora con la señora Martha Leticia, a la espera de tener una comunicación con su madre.

“Ella trabajaba antes en una cremería, estaba buscando un mejor empleo. Una vez le ofrecieron uno, pero era estar en la calle, casa por casa y no le gustó. Cuando le salió esto se fue con su amiga”, dijo la señora, quien ahora carga una libreta con anotaciones, números de teléfono y nombres de personas a las que ha contactado para tratar de localizar a su hija.

 

Cuando partió hacia Monterrey, Yaritza contó a su madre que trataría de tener una mayor estabilidad, que había hecho un contacto que le prometía tener ganancias importantes en la región norte del País.

Durante 12 días contó sobre sus andanzas en la capital de Nuevo León, pero al final dejó de atender las llamadas y mensajes. La hija de Yaritza pedía hablar con ella, que le contara más historias del lugar, pero ya no sucedió.

La señora Martha se preocupó, le era extraño que no contestara los mensajes y llamadas durante el fin de semana. La ansiedad incrementó cuando se dio cuenta que los padres de Vianey habían lanzado fichas de búsqueda para tratar de localizarla.

“Llamé a la comisión local de búsqueda allá en Monterrey, hice la denuncia y se abrió un expediente. Aquí también puse una denuncia en la fiscalía de desapariciones, pero me dijeron que todo lo atenderían allá en Monterrey”, dijo la señora.

 

En la libreta de contactos cuenta con un sin fin de números telefónicos de la Fiscalía de Nuevo León.

“He pedido que me comuniquen con el agente del ministerio público que tiene mi caso, pero es día que no sé su nombre”, aseguró la señora.

“(…) Yo no puedo irme de aquí (Culiacán) a ciegas, porque tengo miedo de que algo me pase… me han hablado desde números de Monterrey y me han dicho cosas”.

El rastro de Yaritza lleva a Nuevo Laredo

 

La señora Martha usa su teléfono como herramienta de búsqueda. Lleva la fotografía de su hija, la ficha de búsqueda y ha hecho una agenda de contactos esenciales para tejer una red de apoyo que le ayude a buscar.

Recién contactó con una activista en la ciudad de Monterrey para tratar de dar con el número de su expediente o, al menos, el nombre del investigador que lleva su caso.

Sus redes le han permitido saber que su hija llegó a Nuevo Laredo, Tamaulipas. Eso también se lo confirmó la fiscalía de ese estado.

“Me dicen que la fiscalía de Monterrey le pidió colaboración, porque en la sábana de llamadas se pudo ubicar a mi hija en Nuevo Laredo”, explicó la señora.

Esa información la corroboró con los padres de Vianey, quienes le confirmaron que un día antes de dejar de tener comunicación con ambas pudieron saber que quien les propuso una oferta laboral se las llevó a esa zona fronteriza.

La señora Martha ahora espera poder conectar con la Fiscalía de Monterrey y dar con el investigador del caso de su hija, tener más información sobre el expediente y poder reunir a los fiscales de Nuevo León y Tamaulipas para tratar de que su caso avance.

“Yo solo pido al presidente de México y al gobernador de Nuevo León que me escuchen. Necesito saber de mi hija”, dijo la señora.

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