Patentizando la falta de respeto a ciudadanos que poseen la aptitud de diferenciar entre la propuesta y la denostación, en los debates de candidatos realizados ayer dominó el ataque al contrario desperdiciando el escenario valioso que les aportó el Instituto Nacional Electoral para conocer los proyectos, voluntades y capacidades como elemento detonador o inhibidor del voto libre y reflexionado.

En el evento nacional las candidatas Claudia Sheinbaum, de la alianza Seguimos Haciendo Historia, y Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México, derrocharon la oportunidad de esbozar el proyecto de nación que proponen, al aferrarse a las acusaciones una contra otra sin más prueba que la palabras desgastadas en campañas que en ninguna circunstancia estimulan el sufragio sino lo ahuyentan.

Mientras tanto en Sinaloa también predominó la táctica de eliminar los planteamientos estructurales para cederle todo el pódium a la descalificación y la acusación, aun sabiendo que el debate carece de la función de ministerio público para recibir querellas que, con tal gravedad de las denuncias, amerite la acción de fiscalías y tribunales judiciales.

 

Los candidatos a la presidencia de México y al senado por Sinaloa trasladaron sus cuartos de guerra a un foro que el INE les brindó con la posibilidad de que los electores sepan quiénes les piden el voto, objetivo que se logró de manera distorsionada pues predominaron los referentes negativos, la campaña negra, que la población en edad de sufragar sabe identificar y suele castigar al momento de estar frente a las urnas electorales.

Tales desfiguros hicieron posible que quien mejor cumpliera con la exposición de propuestas fuera el candidato presidencial del Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, o que el candidato a senador por el Partido del Trabajo, Jesús Estrada Ferreiro, no llevara ideas propias sino que se dedicó a tomar nota de las presentadas por los demás candidatos para usarlas, así dijo, en su campaña. Sin ganadores en los debates nacional y local, la que sí se alzó con la derrota es la democracia reducida a riña incivilizada y decadente.

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