Culiacán, Sin.- El Día de las Madres se conmemora en muchos sentidos en Sinaloa y seguramente en otras regiones del país. Mientras que para algunas es motivo de visibilizar su lucha por la ausencia de un familiar desaparecido, algunos sectores comerciales imploran un respiro en sus ventas.
Otra costumbre muy arraigada es la de visitar la tumba de las madres o abuelas que se adelantaron en el camino de la vida en los panteones municipales. Sin embargo, lo más tradicional es reunirse en torno a la figura materna ya sea en su hogar o en algún restaurante, en compañía del núcleo familiar mientras se degustan platillos.
Desde los primeros rayos de sol las calles del primer cuadro de la ciudad se tornan de colores, principalmente rojizo, guinda o tinto, ya sea por los arreglos florales o ramos que van paseando en sus manos los transeúntes.
Para obsequios alusivos a esta festividad también se opta por parafernalia más sintética, ya sea globos inflados de helio con alguna leyenda, o bien, flores artificiales.
Celso Vázquez, vendedor tradicional de flores de Florería La Principal, platicó que sus expectativas de ventas para este día son de 30 por ciento. Dice que hubieran espero más, pero la verdad es que ha estado solo, pese a que comenzaron a vender los arreglos desde el 8 de mayo.
“Está solo y ni modo, hay que echarle ganas, vamos a estar hasta que terminemos hasta las 7 u 8 de la noche”, mencionó.
“Le hablamos al público de Culiacán para que venga al Mercado de las Flores, porque si van a otras florerías de lujo tal vez les salga más caro. Y aquí no, puedes comprar de 100 pesos, 200 pesos, vendemos poquito y mucho”, sostuvo.
Este comerciante de flores explicó que este día no es tan bueno como San Valentín para la venta de flores, y mucho menos en comparación al Día de Muertos, que son expectativas de 50 por ciento o más, “ese sí es día bueno. ¿Quién no tiene un muertito?”, se cuestiona.
Desde ese punto de la calle Rubí donde se encuentra el Mercado de las Flores se escuchaba el sonido de los instrumentos de vientos de la música regional sinaloense. Venían del interior del Mercado Garmendia y se trataba de un obsequio de los mismos locatarios hacia las madres comerciantes de este recinto tradicional de Culiacán.
Francisco Manuel Palomera, presidente del Mercado Garmendia, consideró que las expectativas de ventas para quienes agremian este centro comercial son las mismas a las de cualquier otro día, ya que comentó que los culichis y los mexicanos hacen fiesta por cualquier motivo.
“Día de las Madres, Día del Amor y la Amistad, Día del Padre, día de todo. Realmente toda la gente viene al mercado a consumir porque sabe que le gusta lo bueno, lo fresco, lo nuevo, la atención y más que nada por los precios considerables al público”, destacó.
El líder de los locatarios del Garmendia detalló que aquí todos venden independientemente del giro que sea porque una cosa lleva a otra cosa. Es decir, si un culichi viene por su carne para asar se va a las verduras para las salsitas, de repente se va a la cremería para las quesadillas y termina en el local de los platos y vasos desechables para no lavar loza.
“Es una cadenita de ventas, aquí no tenemos expectativas que nomás uno sí y otros no. Cuando venden uno vendemos todos: somos una unión por ese lado”, defendió.
En cuanto a la música de tambora, Francisco Manuel Palomera explicó que este es un presente que la administración del Mercado Garmendia viene haciendo cada 10 de Mayo desde hace muchos años, previo a una cooperación entre todos los comerciantes hombres.
Otro punto de encuentro como se mencionó al inicio son los panteones. Uno de los de mayor afluencia por ser de los más viejos de Culiacán es el Panteón Civil Municipal, sobre la avenida Gabriel Leyva.
Desde temprana hora uno de los carriles de esa vialidad ya se encontraba acordonado por los elementos de tránsito, debido a que es un día que el Ayuntamiento otorga permisos para puestos ambulantes.
De igual modo, al igual que Día de Muertos, los colores opacos grises y blancos de las tumbas comienzan a colorearse por los arreglos florales y las vestimentas de los familiares que acuden a honrar la memoria de sus madres. El ritual es llegar con sus baldes de agua, quitar la tierra que se acumula durante meses, barrer y trapear. Posteriormente, sentarse por algunas horas mientras se consumen algunos aperitivos y se recuerda a la difunta.
Como se notó desde el Mercado Garmendia, el Día de las Madres es una festividad esperada también para los músicos regionales. Una de las costumbres muy arraigadas en los panteones por muchos culichis es la de contratar a los conjuntos denominados chirrines, esto con el propósito de honrar a las madres con las piezas que más les gustaba en vida.
Eleazar Villezcas Vázquez, un acordeonista que se encontraba en el Panteón Civil, comentó que este día es bueno para ellos porque mucha gente los manda tocar, pese a que para el final de la jornada sí quedan muy agotados, compartió.
“Vamos a estar aquí hasta que nos cansemos, aquí nos vamos a quedar todo el día, incluso en la tarde hay quienes nos quieren contratar y ya estamos muy cansados y les decimos que no. Hay que darle hasta donde se pueda.
El músico explicó que las personas los contratan desde por una canción o inclusive por una hora. De este modo, el Día de las Madres se convierte en un día bueno para algunos sectores productivos de la localidad, restaurantes, comerciantes, músicos, floristas, como dijo Francisco Manuel Palomera, cualquier día es bueno para festejar y recordar.
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