Sinaloa.- La tala de manglar para la actividad acuícola, así como la sobreexplotación pesquera y acidificación del agua, son de los principales problemas en las costas sinaloenses, las cuales abarcan el 5.5% de las costas nacionales y producen el 17.1 por ciento de la producción pesquera nacional.
En conjunto, estas problemáticas afectan de gran manera tanto a la biodiversidad como a la producción pesquera estatal, pues al contar con 11 ríos y sus respectivas desembocaduras, el estado es rico en zonas de estuarios, zonas de transición entre agua dulce y salada que generan un ambiente ideal para la reproducción de gran cantidad de organismos acuáticos. Los estuarios son como las guarderías de los mares.
“Es por eso que nuestras costas sinaloenses son tan buenas para la acuicultura”, comentó al respecto el biólogo acuicultor y docente, Alejandro Bórquez durante un webinar con el título de “¿Qué está pasando en las costas sinaloenses?”, como parte de los trabajos previos a la Cumbre Climática Juvenil de Sinaloa 2024.
Durante la misma, el docente explicó que la tala de manglar y la actividad acuícola están destruyendo este tipo de ecosistemas y al mismo tiempo generando diversas afectaciones que abarcan desde la disminución de las capturas pesqueras hasta el incremento de riesgos por inundaciones al quitar la barrera natural para tormentas y huracanes que supone la vegetación de manglar.
“Los manglares tienen la capacidad de consumir carbono y de generar un ecosistema único… Todas las ramificaciones que el manglar genera entre sus raíces son lugares idóneos para el desarrollo de organismos acuáticos y en el caso de tsunamis o huracanes, se ha demostrado que aquellas poblaciones detrás de manglares tienen cierta protección gracias a ellos”,abundó.
Como ejemplo de esta situación, el biólogo compartió imágenes satelitales de Playa Colorada, en Angostura, las cuales muestran la afectación a la bahía tras los años del boom acuícola, el cual ubicó a principios de los años 2000. “La acuacultura se va adentrando, el llano se hizo mucho más grande y ahora está generando está destrucción de manglares”, lamentó.
Entre 1990 y 2021, la producción de camarón en granjas acuícolas pasó de 4 mil 371 toneladas a 182 mil 110 toneladas,superando por mucho a lo obtenido mediante la pesca en mar abierto y esteros y bahías.
Esto supone otra afectación a los esteros, pues al incrementar la producción también incrementan los desechos generados y arrojados desde las granjas al mar. “Esta producción genera desechos biológicos, pues al estar cautivos los camarones todo se sedimenta y se va al suelo; y al momento de desaguar los estanques no hay un trato de estas aguas”, explicó. Está materia orgánica arrojada a las costas sin tratar genera un descenso en el oxígeno y mortandad de especies en aguas costeras.
A pesar de esta situación, el biólogo invitó a no satanizar la actividad acuícola, pues actualmente está es indispensable para satisfacer la demanda de productos pesqueros de la población. Al contrario, indicó, es necesario sumarse a iniciativas ciudadanas que busquen sensibilizar sobre este tema a través de educación y acción comunitaria.
LO DIJO: “No es una coincidencia que hoy en día tengamos problemáticas pesqueras, que en las comunidades están luchando por la riqueza que antes existía en grandes cantidades. Es más bien una problemática que nosotros mismos hemos generado”.
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