Sinaloa.- “El Estado mexicano se dio cuenta que lejos de enjuiciar, de matar… la mejor forma de atacar o erradicar un movimiento es a través de las desapariciones”, dijo Camacho.

En la década de 1970 se creó la “brigada blanca”, integrada por militares y policías civiles, la cual se utilizó para una sola “misión”: acabar con la brigada roja del comunismo.

Se trató de uno de los momentos más atroces de la historia en México. Esa brigada blanca desapareció, torturó y asesinó a decenas de personas en distintas regiones del País, entre ellas Guerrero, Chihuahua y Sinaloa.

Camacho es una sobreviviente de ese proceso que fue llamado por el Estado como “guerra sucia”. También lo fue su esposo José Manuel Alapizco Lizárraga, solo que él fue torturado y asesinado en Culiacán. Distintos testimonios, entre ellos el de Camacho, revelaron que fue torturado y desangrado hasta su muerte.

Durante cinco décadas, Camacho se ha dedicado al activismo, se convirtió en historiadora y ha luchado contra el Estado. su caso llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el gobierno de México tuvo que ofrecer una disculpa pública.

En todo este tiempo ha podido comprender algo más: las desapariciones forzadas son un método que los grupos criminales aprendieron de las fuerzas del Estado.

“Los miembros que ya habían pulido y perfeccionado la forma de borrar cualquier huella, que demuestre un secuestro, que demuestre un asesinato, entonces la mejor forma que ellos encontraron, porque es peor que si mataras a alguien porque te quedas con la incertidumbre de qué pasó con mi familiar, y también saben que está la impunidad”, dijo la activista.

 

Solo que estos crímenes ya no son tan simples de perpetrar, prosiguió Camacho. Ahora se tiene tecnología forense y capacitación especial para investigadores, aunque eso también ha llevado a que las desapariciones sean hayan convertido en crímenes más sofisticados.

“Ahora ya vez cada día perfeccionan ultimamente. Luego de que los desaparecen, que sabrá Dios a dónde van, qué pasa, los están calcinando aquí en Culiacán, es increíble”, señaló.

 

De acuerdo con datos de la Fiscalía General de Sinaloa, otorgados a través de solicitudes de información, entre 2017 y 2021 hubo hasta 88 personas con registro de desaparición que fueron localizados calcinados. Otros 111 fueron encontrados con heridas en la cabeza, con el llamado “tiro de gracia”.

Eso es porque si no hay evidencia, hay impunidad. Ha crecido tanto y no podemos negarlo, no podemos ponernos una venda en los ojos, porque claramente el crimen organizado está coludido con las autoridades”, aseguró.

En estos procesos criminales han sido utilizados en mayor manera por grupos criminales, continuó la activista, pero siguen siendo utilizados por grupos políticos y gubernamentales.

Como muestra, recordó, debe verse hacia el pasado reciente, en las elecciones de 2021, cuando grupos criminales desaparecieron a militantes y operadores de promoción del voto del PRI durante el día de las elecciones. Entre esas personas estuvo Paola Gárate, actual presidenta del PRI Sinaloa. Ocurrió una elección donde Morena ganó de manera contundente, con más de 18 puntos de diferencia. Fueron más de 50 desapariciones y, aunque existe denuncia ante fiscalías, el caso sigue sin resolverse.

“Es todo un aparato donde está coludido el Estado con el crimen organizado. En el que están las autoridades, la Sedena, la Guardia Nacional y la que quieras llame como se llame”.

 

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