Por Manuel Zamora*
- Primer acto – La aurora del desarrollo: Noviembre de 2017, la #SENER y el #CENACE celebraban la entrada de 2,369 millones de dólares en los tres años siguientes gracias a la #Tercera #Subasta de #Largo #Plazo.
- Segundo acto – El ocaso anunciado: Julio 2018, Andrés Manuel #López #Obrador es elegido en las urnas como presidente electo.
- Tercer acto – La debacle de un sueño anhelado: 31 Enero 2019, dos meses después de asumir la presidencia de AMLO, el #CENACE canceló la cuarta Subasta de Largo Plazo 2018.
La Inversión Extranjera Directa (IED) en la teoría es incubadora de generación de empleos, captación de divisas y con ello se estimula la competencia empresarial, el desarrollo y se incentiva el uso de nuevas tecnologías.
A partir de los inicios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) en enero 2016, periodo en el que, por cierto, también comencé mi trayectoria en la industria eléctrica, se comenzaron a plantear y afinar Manuales de Prácticas de Mercado, así como Guías Operativas y Criterios de Operación.
El MEM parecía construir los pininos de una industria eléctrica incipiente en aras de detonar una vasta canasta de inversiones que generarían gran cantidad de empleos, cadenas de valor que se apoyarían de otras industrias; así como competencia, desarrollo e introducción de nuevas tecnologías, como ya fue mencionado que es uno de los beneficios de la IED.
Tan solo a finales de 2017 y resultado de la Tercera Subasta de Largo Plazo (SLP), la autoridad energética en México vislumbraba para los próximos tres años una inversión de 2,369 mdd o, en pesos mexicanos al tipo de cambio de mediados de 2022, la cantidad de $47,380,000,000. De las tres SLP, la captación de inversión fue de más de 8,969 mdd.
La incorporación de capacidad de generación de energía eléctrica fue paulatina a lo largo de los años subsecuentes a 2016. Como señalé algunas líneas atrás, la IED es un catalizador del desarrollo y mediante esta entrada de recursos, derivado de las SLP, se agregaron diversas Centrales Eléctricas al Sistema Eléctrico Nacional. Esto se aprecia en la gráfica mostrada sobre todo en 2017 y 2018, periodos en los que se incorporó el grueso de capacidad seleccionada en las SLP.
A raíz de la elección del actual presidente de México, en 2018, se comenzó a sazonar una serie de cambios de paradigma en diversos sectores en el país, entre ellos el energético, lo cual, además de incertidumbre, trajo consigo desconfianza privada y desinversión.
Lo anterior lo visualizamos en la gráfica de manera muy clara, pues, ya con la nueva administración en turno, en enero 2019, se canceló la 4a SLP. Posterior a ello, se aprecia una disminución de la IED e, inclusive, se reflejan tres trimestres de desinversión; el más importante fue el 4o trimestre 2020, cuando salieron 420 mdd de México. A pesar de que, mediante los tribunales se suspendieron algunos frenos regulatorios, las SLP no se reanudaron y la incertidumbre en el sector (y en muchos otros sectores) continúa.
La demanda de energía eléctrica crece anualmente en función de la cantidad de empresas nuevas, y de sus necesidades internas. En el contexto del nearshoring, así como del dinamismo industrial que tiene México por su papel comercial y estratégico con Estados Unidos, es preciso contar con una capacidad instalada de generación de energía eléctrica que crezca a las mismas tasas, o más, con las que crece esta demanda de energía.
No obstante, la capacidad instalada no ha crecido, sino por lo contrario, se ha estancado y eso ha provocado que el margen de reserva operativa (brecha existente entre la capacidad disponible y la demanda de energía eléctrica) se reduzca en días de alta demanda, los cuales son típicamente aquellos en los que se presentan escenarios de muy altas temperatura. Esta reducción de margen de reserva operativa ocasiona que se produzcan cortes de energía abruptos o cortes de energía programados y seccionados. Estos últimos son agendados por el CENACE para cortar la energía eléctrica en determinadas regiones durante unos pocos minutos y después otra zona aledaña y así sucesivamente. Esta estrategia se utiliza para no cortar la energía eléctrica en una sola zona durante un tiempo prolongado.
Las subastas, aparte de traer competitividad, también funcionaban como un incentivo para atraer inversión en energías renovables. Estos incentivos se terminaron con la cancelación de las subastas. Lo cual, aunado con los trámites regulatorios ante la CRE y el CENACE, ha ralentizado la entrada de capacidad instalada de generación de energía eléctrica, lo cual, a su vez, deteriora la oferta para cumplir con las necesidades de energía.
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Por Manuel Zamora, Economista, analista senior del mercado eléctrico mayorista en México. Actualmente lidera el equipo de análisis de mercado y el equipo de infraestructura de datos en un proveedor privado calificado. Anteriormente, monitoreó durante cinco años, desde sus inicios, el mercado eléctrico mayorista mexicano en el Monitor Independiente de Mercado.
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