La asignación de posiciones legislativas de representación proporcional a los dirigentes estatales de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional, Sinaloense y Movimiento Ciudadano denuncia la desmedida ambición que desde las cúpulas de estas siglas descobija a las militancias y aquellos que realizan esfuerzos sobresalientes para mantener activas a organizaciones políticas en franco debilitamiento en materia electoral.

Los intereses de cabecillas de la partidocracia están muy por encima sobre todo de jóvenes y mujeres que sudan la camiseta en el activismo proselitista, dándole sustento a la paradoja donde el esfuerzo resulta castigado y la ineptitud de los cabecillas para ganar elecciones es gratificada no obstante que dicho agandalle contribuye a la pérdida de la confianza en partidos que convierten las elecciones constitucionales en botín de unos cuantos, inclusive sirviéndose de derrotas aplastantes.

En la Cámara de Senadores serán beneficiados por el esquema plurinominal los líderes nacionales del PRI, Alejandro Moreno; del PAN, Marko Cortés y de MC, Dante Delgado, mientras que en Sinaloa llegan por la misma vía al Congreso del Estado las y los dirigentes Paola Gárate, priista; Roxana Rubio, panista; Víctor Antonio Corrales Burgueño, pasista, y Sergio Torres, emecista.

El absurdo consiste en que la formación de nuevos liderazgos políticos que traigan propuestas y esperanzas renovadas no será desde el desempeño de cargos de gobierno o de representación popular en legislaturas, ya que estas posiciones las reservan para camarillas de poder que al tener el sartén por el mango y la cuchara más grande se autoasignan lo mejor del bufet electoral y hasta por las migajas se pelean.

La elección reciente demolió la suposición de que solamente los pobres cobijados por los programas sociales le dieron el voto a Morena pues está comprobado que ciudadanos de todos los segmentos sociales y de edades, principalmente jóvenes, mujeres y electores de la clase media, sufragaron buscando alternativas frente a partidos que remarcan viejos tiempos y agravios.

No entendió la partidocracia arcaica que al asignar las posiciones plurinominales a sus cabecillas revalidó los errores y codicias que le significaron el 2 de junio el contundente desplazamiento en el sentido del voto.

 

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