Frente a otro jueves terrible y extraño que pone a Culiacán en estado de incertidumbres prolongadas, miedos latentes y exigencia de investigaciones ministeriales rápidas y creíbles, solamente el conocimiento de la realidad legal hará que desvanezcan las bastantes hipótesis que la noche de ayer comenzaron a correr en medio del azoro y la consternación por una jornada larga y tensa.

En Sinaloa escalan a niveles impensables los desafíos a la capacidad de asombro de la ciudadania, pues tanto la detención en Texas, Estados Unidos, del emblemático jefe del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García, y de Joaquín Guzmán López, otro de los hijos del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, que será juzgado por la justicia de aquel país, así como el ataque a balazos que le quitó la vida a Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y creador y líder del Partido Sinaloense, desquician la posibilidad de extraer en el caos conclusiones racionales.

La aprehensión de “El Mayo” tomó por sorpresa a los gobiernos de México y Estados Unidos por lo poco creíble que resultan las versiones de que Zambada abandonara el cinturón de seguridad que le significan el Valle del Río San Lorenzo y sus fortalezas en la sierra del centro de Sinaloa, o que aceptara subirse a un avión con engaños para ofrecérselo en bandeja de plata a las autoridades antidrogas estadounidenses.

 

En lo que corresponde al ataque que hirió a Cuén Ojeda y de allí derivó su muerte, las fiscaĺías del estado y la nacional están obligadas a identificar, detener y consignar a los responsables de las autorías intelectual y material del asesinato, para evitar que se expandan conjeturas ajenas a las que determine la ciencia forense y criminalística. El tiempo transcurrirá aprisa exigiendo la verdad sea cual sea.

La fiscal general Sara Bruna Quiñónez salió hoy en la madrugada a declarar que la institución ministerial actuó de inmediato realizando los actos de investigación que permitan esclarecer este hecho y ofreció: “Estaremos informando a la sociedad de Sinaloa con oportunidad y transparencia los avances de la investigación”, y el procurador general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, confirmó los arrestos de Zambada y Guzmán sin profundizar en los detalles al respecto.

A los sinaloenses en general corresponde en ambos hechos la acción de contener mayores repercusiones de afectacion general que emergerían de la desinformación y la rumorología, permitiendo que la única versión que prevalezca sea la que aporten las instituciones de procuración e impartición de justicia con base a pesquisas y pruebas fehacientes.

 

Sólo la verdad hará posible que los sinaloenses transiten de la burbuja de intranquilidad a la seguridad de que estos hechos no significan peligro para las familias y los quehaceres legítimos de éstas. Detrás de episodios de violencia en recintos de la UAS que escalan al atentado contra el ex rector, y del arresto de Zambada con narrativas poco convincentes, la función firme y creíble de la ley es la única manera de recuperar las expectativas fincadas en el Estado de derecho en Sinaloa.

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