Sinaloa.- Durante la mañana de este sábado, el abogado de Ismael Zambada, alias “El Mayo”, dio a conocer una carta del narcotraficante en la que se menciona que la versión oficial sobre la muerte de Héctor Melesio Cuén Ojeda es errónea. Ante esto, la Fiscalía de Sinaloa anunció que mantendría la hipótesis de robo de vehículo como una de las principales líneas de investigación en el homicidio del exrector de la UAS y fundador del Partido Sinaloense.
“Estoy consciente de que la versión oficial de las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió. Fue asesinado a la misma hora, y en el mismo lugar, donde yo fui secuestrado. Héctor Cuen era amigo mío desde hacía mucho tiempo, y lamento profundamente su muerte”, se lee en la carta firmado por el El Mayo Zambada.
Sara Bruna Quiñónez Estrada, Fiscal General del Estado, aclaró que la investigación está siendo llevada a cabo por un equipo completo de ministeriales, peritos e investigadores. Aunque no se descartan otras posibles líneas de investigación, el robo de vehículo sigue siendo la hipótesis principal, basada en el testimonio del principal testigo, quien es un amigo cercano de la familia Cuén, así como en pruebas videográficas y periciales.
Durante la inauguración del Hospital General “Bernardo J. Gastélum”, donde estuvieron presentes Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, declaró que no tiene relación con el narcotraficante, después de que este mencionara en la carta que se reuniría con él y con Cuén. Además, pidió que la Fiscalía General de la República tomara el caso del maestro.
“Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado… Me dijeron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, también estaría presente en la reunión Iván Guzmán Salazar.”
Ante esta solicitud, la Fiscalía de Sinaloa informó que no presenta objeción alguna a que se realice este traspaso.
En la carta, el capo también menciona que llevaba a cuatro personas para que lo protegieran, entre ellas a José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa.
“Me acompañaban cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo.”
El oficial en cuestión es un agente activo que estaba de vacaciones del 15 al 30 de julio de 2024. La familia del policía presentó una denuncia por su desaparición el 28 de julio, tras su partida para visitar a sus padres en la sindicatura de Culiacáncito el 25 de julio.
Qué dice la carta de el Mayo Zambada dónde habla de Cuén
Desde que me trajeron en avión a los Estados Unidos desde México el 25 de julio de 2024, ha habido muchos informes inexactos en los medios de comunicación de ambos países. En esta declaración brindaré los hechos reales de lo que sucedió ese día. Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a los Estados Unidos. Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y llevado a los Estados Unidos a la fuerza y contra mi voluntad. A continuación, se detallan los hechos.
Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado. Conocía una disputa entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, excongresista federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución. . Me dijeron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, en la reunión también estaría Iván Guzmán Salazar.
El 25 de julio fui al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, a las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión. La reunión estaba programada para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo.
Mientras caminaba hacia el lugar de la reunión, vi a Héctor Cuen y a uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una sala que tenía una mesa llena de frutas. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, lo seguí sin dudarlo. Me llevaron a otra sala que estaba a oscuras.
Tan pronto como puse un pie dentro de esa habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me agredió, me tiró al suelo y me puso una capucha de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y esposaron, luego me obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante toda esta terrible experiencia, fui sometido a abusos físicos, lo que resultó en
Sufrí lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Luego me llevaron a un lugar de aterrizaje, a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado.
Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. No había nadie más a bordo del avión excepto Joaquín, el piloto y yo.
El vuelo duró aproximadamente entre 2:30y 3 horas, sin ninguna parada, hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde agentes federales de Estados Unidos tomaron mi custodia. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es total e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país a la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad.
Tengo entendido que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robarle su camioneta. Eso no fue lo que ocurrió. Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron a mí. Héctor Cuen era amigo mío desde hacía mucho tiempo y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, de quienes nadie ha vuelto a saber nada desde entonces.
Creo que es importante que se sepa la verdad. Esto es lo que ocurrió, y no las historias falsas que circulan. Hago un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro a Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día.
También hago un llamado a los sinaloenses a que ejerzan la moderación y mantengan la paz en nuestro estado. Nada se puede resolver con la violencia. Ya hemos pasado por eso antes y todos perdemos.
– Ismael Mayo Zambada
Más notas sobre Cuén y el Mayo Zambada
“No tenemos complicidad con nadie”: Rocha Moya sobre carta de Zambada
“Iba a reunión con Cuén y Rocha”: Zambada
El día de su muerte, Cuén había sido citado por unos abogados, pero estos nunca llegaron
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.