Las altas temperaturas de Culiacán modifican la demanda del consumidor, disminuyen el tránsito de personas en las calles y aumentan los costos operativos de los comercios. Sus ventas llegan a caer hasta un 80% en los meses más calurosos del año, aseguran.

Para nadie es un secreto que, durante la mayor parte del año, un clima sofocante azota la ciudad y sus alrededores. El calor asfixiante de la capital sinaloense no solo es potencialmente peligroso para la gente, también podría estar teniendo efectos nocivos para las ventas de muchos negocios.

Para conocer la magnitud y vertientes de esta afectación, hemos salido a la calle a hablar con los locatarios y comerciantes en Culiacán, donde se concentra cerca del 45% de las unidades económicas de Sinaloa según los últimos censos económicos disponibles del INEGI.

Quizá una de las mejores maneras de conocer las fluctuaciones en la presencia de gente en las calles, sea preguntando a las personas que gestionan los estacionamientos públicos. Para este reportaje, consultamos a tres de estos, ubicados en distintos puntos del sector centro. Todos concordaron en que el comienzo de la temporada más calurosa representa, efectivamente, una reducción considerable de circulación en el Primer Cuadro de la ciudad.

De acuerdo con quienes allí laboran, la cantidad de gente que acude se contrae ampliamente, hasta en un 50%. Señalan que, durante esta temporada, los periodos más ajetreados suelen ser las mañanas, al haber quienes aprovechan antes de que el calor llegue a su punto máximo para realizar sus diligencias.

“Pues si, claro. Claro que baja. Y más a estas horas (mediodía), ¿quién va a querer venir a pasearse o a comprar nada con este calorón? Lo que ves, es nomás la gente que trabaja acá en el centro”, aseveró uno de los entrevistados sobre la afluencia de personas.

 

En el caso de dicho sector, la poca afluencia de personas es el principal motivo de una desaceleración general en la actividad comercial. Así lo asegura Óscar Sánchez, presidente de la Unión de Locatarios del Centro de Culiacán.

Él confirma que, con la llegada del calor, las ventas presentan una disminución profunda.

“La gente tiende a no salir de sus casas, menos salir a los centros comerciales a realizar sus compras. Esto nos lleva a que los meses de junio, julio y agosto sean de los más bajos en materia de comercialización de productos. Julio es el peor mes”, señala.

 

Menciona que los bajos niveles de venta de estos meses reportan ingresos apenas suficientes para sufragar los gastos operativos de los negocios, gastos que, además, ven un incremento en la temporada de calor.

Lo anterior se debe a que el consumo de electricidad se dispara por la inevitable necesidad de mantener los sistemas de refrigeración encendidos, a máxima potencia, durante largos periodos ininterrumpidos de tiempo. “Esto origina incrementos importantes en los gastos de energía eléctrica, si no tienes ventas, te va minando las utilidades”, explica.

El efecto del calor en las ventas se amplifica por el periodo vacacional y las lluvias, que reducen aún más la cantidad de personas que acuden presencialmente a los negocios. El presidente de la unión calcula el volumen del efecto:

“Se reduce hasta en un 80% la comercialización de productos, especialmente en el centro de la ciudad”

 

De acuerdo con datos del INEGI en su Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales, los Ingresos totales por suministro de bienes y servicios al por menor en Sinaloa durante junio, julio y agosto han estado por debajo del promedio mensual de los últimos 3 años. El mejor mes de este indicador es diciembre, mientras febrero es el más débil.

sinaloa comercio minorista ingresos verano inegi

Aunque el verano no conlleva los peores meses del año para los ingresos del sector minorista, sí muestran una disminución con respecto al promedio mensual de todo el año. Esto nos indica que la afectación de los comercios se debe más a cambios en el consumo que a una caída significativa del mismo.

¿Quiénes ganan y quiénes pierden por el calor en Culiacán?

 

La subida de temperaturas no afecta de forma homogénea a todos los negocios. Dependiendo del giro, un comercio se puede ver perjudicado o beneficiado, en mayor o menor magnitud. Esto de acuerdo a los locatarios entrevistados, que arrojaron resultados mixtos dependiendo del tipo de negocio.

De una veintena de locales, puestos callejeros, vendedores y boutiques, la mayoría de encuestados declaró percibir que el calor sí afecta, en algún modo u otro, sus ventas. Otra buena porción aseguró no notar una afectación considerable, aunque todos reconocieron, por lo menos, cierto grado de desaceleración reciente por otros factores, como el alza en los precios y alta competencia.

El porcentaje de negocios que notó cambios en sus ventas por el calor es del 60%. De estos, el 65% observó decrementos y el resto incrementos.

Entre los casos que aseguraron experimentar una subida en sus ventas estuvieron restaurantes y cafeterías, mariscos, vendedores de fruta y raspados.

Por otro lado, quienes reportaron bajas en su actividad fueron tiendas de ropa, de regalos, bares nocturnos, puestos de comida y estacionamientos públicos.

Culiacán, comercios locales, calor

Los negocios y puestos comerciales que apuntan a los niños, de los más afectados por el binomio de periodo vacacional y altas temperaturas, de acuerdo con locatarios.

El secretario de economía del Estado de Sinaloa, Javier Gaxiola Coppel, compartió la apreciación de que la temporada de calor significa una reducción de la cantidad de gente en la calle, y que esto provoca una pequeña baja en el volumen de compras y gasto en esparcimiento. Señaló, además, a los comercios en línea y restaurantes con servicio a domicilio como ejemplos de negocios que se ven beneficiados por el aumento de las temperaturas en Culiacán.

 

¿Cómo están lidiando los negocios con las altas temperaturas?

 

Óscar Sánchez comenta que, para contrarrestar los aumentos en el gasto operativo antes descrito y la baja en sus utilidades, las pequeñas y medianas empresas tienen que tomar acciones en pro de su subsistencia.

Entre estas, está la suspensión en la contratación de personal, o incluso separarse de una parte de su plantilla de trabajadores. Se busca reducir al mínimo los costos de cualquier forma, para lo que se restringe la inversión en general. El esfuerzo por abaratar la operación podría comprometer la calidad de los servicios que se ofrecen.

La falta de venta significa, además, que los empleados de los comercios perciben menos ingresos.

Los negocios también buscan adaptarse lo máximo posible al cambio en la demanda. Esto lo intentan, según declaran los propios locatarios, cambiando sus horarios de servicio, abriendo y cerrando más temprano. También hay quienes modifican su oferta, vendiendo productos diferentes según la temporada.

Sánchez asegura que un factor determinante para aligerar la presión sobre los comercios, por motivo del cambio de clima, es la mejora del servicio de transporte público. Desde su punto de vista, el hecho de que haya tantas unidades sin aire acondicionado disuade aún más a las personas de salir a consumir. Él expone:

“La mayor parte de la población que se dirige al centro de la ciudad lo hace en el transporte público. Normalmente, en las fechas de calor, cuando no hay clases, los usuarios tienden a no venir porque los camiones no tienen aire acondicionado”

 

Más información sobre el Comercio en Sinaloa

Por bajas ventas, 3 mil comercios están en riesgo de cerrar en Culiacán: ULCC

El ‘boom’ de las Tiendas Chinas en Sinaloa: Un éxito comercial

Redes sociales y comercio electrónico: Oportunidades y retos