Por Cristina Ibarra

Sinaloa.- En las últimas semanas, hemos visto incrementos considerables del precio de la gasolina, ante lo que muchos reaccionan con preocupación y buscan alguna explicación para ello, al tiempo que vinculan al incremento de muchos bienes y servicios, especialmente de los alimentos, con esta variable. Debido a este tipo de reacciones, los políticos tienden a prometer siempre gasolina más barata, como en el caso de López Obrador, que prometió gasolina de 10 pesos por litro y que ya hizo un compromiso adelantado para que la presidente electa Dra. Claudia Sheinbaum firme un decreto para fijar un precio máximo. Muchas son las voces y opiniones en este tema, sin embargo, es necesario comprender de qué depende el precio de las gasolinas y reflexionar sobre su evolución reciente.

La reforma energética 2013

 

Previo a la reforma energética de 2013, PEMEX era el único distribuidor de gasolinas en México, y el precio no estaba liberado, es decir, PEMEX debía seguir el lineamiento de precios máximos, lo que de alguna manera ayudaba a contener su precio.

Sin embargo, esto generaba pérdidas millonarias para PEMEX, pues sus insumos para producción, compras de gasolinas o venta de petróleo tenían una importante variación en función del tipo de cambio. De ahí que desde el 2007 se iniciaron los impopulares gasolinazos para poco a poco reducir esta carga a PEMEX.

 

El incremento en la demanda y la limitada capacidad de la paraestatal para abastecerla llevó a que en la reforma energética se estableciera, entre otras cosas, 1) Que otras empresas pudieran proveer gasolina, 2) Que el precio de las gasolinas fuese establecido libremente por las empresas, 3) Que empresas privadas pudieran explotar el petróleo, sin perder el control del Estado, para incrementar la producción sin seguir endeudando a PEMEX.

Estas reformas derivaron en una perspectiva muy optimista en los mercados financieros con relación a la paraestatal, la petrolera más endeudada del mundo. Tanto fue así que PEMEX logró colocar mayor deuda a precios bajos en el mercado Japonés, cosa que ha continuado, y justo hace una semana se hizo una nueva emisión bonos Samurai.

Los precios y la reforma

 

Aunque la reforma no logró todos sus objetivos, puede decirse que fue el inicio para disminuir la presión sobre PEMEX, y que esta administración continuó para disminuir su endeudamiento, aunque su situación sigue sin mejorar significativamente.

Además, una de las promesas más importantes fue la reducción o fluctuación del precio, no solo alza sino también a la baja, pues se prometió que la gasolina fluctuaría con el precio del tipo de cambio, cuya cotización ha presentado variaciones significativas, pero no a la par del precio de las gasolinas.

A manera de comparación, en el gráfico se muestra que el crecimiento en el precio de la gasolina magna en este sexenio ha sido menor. Aunque, por otro lado, el precio del diésel, que afecta directamente a los productores, sí se ha disparado pasando de $5.70 en 2006 a $25.40 en junio 2024, creciendo 4.4 veces, en comparación con 3.5 de la gasolina magna. Además, el diésel para sectores productivos también ha subido, lo que explica en parte la alta inflación en alimentos en este sexenio.

La competencia y la liberalización progresiva ayudaron a disminuir el crecimiento en los precios. Sin embargo, la gasolina aún goza de incentivos fiscales que permiten que su precio no suba mucho o incluso baje, o sea más barata en frontera, si SHCP así lo considera necesario, lo que se logra a través de renuncias recaudatorias. Las renuncias recaudatorias significan que SHCP deja de recaudar un impuesto especial conocido como IEPS.

Derivado de la pandemia y del crecimiento histórico de la inflación 2023, la SHCP dejó de recaudar una parte muy importante del IEPS, 477 mil mdp en 2022 y 446 mil mdp en 2023, lo que provino en su mayoría de la renuncia al impuesto en gasolinas. Estas renuncias disminuyeron para el 2024, ya que existe un históricamente alto déficit fiscal y haciendo insostenible seguir renunciando a esos ingresos.

En resumen

 

Se observa así que, en los últimos años, a pesar de los altibajos del precio del dólar, la gasolina ha tenido incrementos menores que en otros sexenios, como resultado de la liberalización de los precios y la presencia de otras empresas. En este sentido, los apoyos financieros a PEMEX, no han tenido efectos significativos en los precios, pues sigue importando gasolinas y no ha logrado la producción prometida.

En suma, la gasolina seguirá subiendo por la decisión de SHCP de dejar de renunciar a la recaudación del IEPS, y en vista de la situación fiscal, sería un desacierto fijar precios máximos, pues ello derivaría en salida de empresas y, por lo tanto, pérdidas para el empleo, menor producción y precios más altos.

***

Esta es una colaboración de Cristina Isabel Ibarra, presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, para Espejo Negocios.