Culiacán, Sin.- La carga burocrática de las empresas en Sinaloa, así como la lentitud en los trámites y permisos, podría estar afectando la actividad económica del estado, pues entorpecen la inversión y operación de los negocios mientras grava sus finanzas. Así lo expresan dirigentes de cámaras empresariales y directivos, entre otros expertos.

En la ciudad de Culiacán, donde se concentra la mayor parte de las unidades económicas del estado, se ha notado una insuficiencia en los servicios de atención regulatoria, que tardan ingentes periodos de tiempo en atender los diversos tipos de solicitudes y permisos que necesita el sector empresarial para desempeñar sus funciones.

El expresidente de la Federación Nacional de la Asociación Mexicana de Contadores Públicos, Adalberto Sánchez, declara que trámites como el de permiso de venta de alcohol o permisos de construcción pueden llegar a prolongarse hasta varios años. Esta demora no solo afecta económicamente a quienes ya han invertido en dichos sectores, sino que también se desincentivan las nuevas inversiones por la falta de certeza.

Según México Evalúa, nuestro país carece de un marco regulatorio estable, transparente y eficiente, que fomente la confianza en los inversionistas y reduzca la incertidumbre a la hora de realizar trámites complejos y reduzcan la burocracia.

 

Ante el planteamiento del problema, la presidenta de la Cámara Nacional del Comercio en Culiacán, Lupita Zavala, aseguró que el exceso de burocracia y la falta de agilidad en los procesos regulatorios afecta negativamente la economía del estado, y opina que deberían flexibilizarse. “Hace años estos trámites no eran tan complicados, era todo más fácil” afirma.

Este no es un problema exclusivo local. México ha sido señalado como uno de los países con los procesos burocráticos más largos para las empresas de toda América Latina. En el 2023, se colocó en el tercer lugar entre los sistemas más costosos y lentos de toda la región en el estudio de la empresa de servicios financieros corporativos Mercator by Citco.

Sectores empresariales más afectados

 

En general, el abrir una empresa en México o formalizar una existente, no es una tarea fácil. Supone una carga, tanto burocrática como económica, para la que muchos emprendedores y autoempleados no tienen el conocimiento ni los recursos para asimilar. Este es, de hecho, uno de los motivos que explican el alto índice de informalidad en el país, que termina afectando las finanzas públicas debido a la elusión fiscal.

De acuerdo con la investigación realizada por Atlas Network, en México las empresas ya activas dedican, en promedio, 506 horas anuales en realizar los trámites necesarios para su funcionamiento. El sector primario, con 619 horas anuales, es el que invierte más tiempo.

Algunos sectores a los cuales se les impone una mayor carga burocrática para cumplir con el marco regulatorio son los restaurantes, instituciones educativas y hoteles. Además, están todos aquellos identificados como actividades vulnerables en la ley anti lavado de dinero, como los desarrollos urbanos, venta de autos, joyería, servicios financieros y criptomonedas, por mencionar algunas.

En general, incluyendo todos los giros, sectores y tamaños de empresa, la Confederación Patronal de México realizó una encuesta entre sus afiliados en todo el país, y se determinó que estos invierten un promedio de 106 horas al mes para atender el marco regulatorio.

A las organizaciones que más tiempo les demanda son, lógicamente, las empresas más grandes. Aquellas con más de 250 trabajadores dedican un promedio mensual de 374 horas. En contraste, las micro, con menos de 10 colaboradores, emplean 39 horas al mes.

Tomando como base esta medición y usando el ingreso promedio por trabajador en el estado de Sinaloa, se estima que, al traducir el tiempo empleado a horas de trabajo, a las microempresas sinaloenses les cuesta 2 mil 274 pesos mensuales el atender sus trámites burocráticos. A las grandes, la cifra es de 21 mil 808 pesos.

De acuerdo con Elizabeth Cano Espinoza, contadora pública certificada y catedrática de la Facultad de Contaduría y Administración de la UAS (FCA), son las sociedades, empresas instituidas como personas morales, las que tienen una mayor regulación y carga administrativa.

El servicio tributario, de los principiles obstáculos

 

Adalberto Sánchez menciona que algunas de las diligencias que más tiempo demandan son las correspondientes a atender las obligaciones fiscales del empresario. Declara que las citas para tramitar o renovar la firma electrónica avanzada (FIEL), necesaria para emitir facturas y poder realizar ventas, son escasas, muy difíciles de conseguir. Esto puede devenir en pérdidas económicas para el negocio.

“Te quedas atorado. Si no tienes firma electrónica y no puedes elaborar los CFDI (comprobante fiscal digital) entonces, ¿cómo cobras? No vas a poder hacer nada. Muchas veces el empresario ni sabe eso”.

 

La espera para conseguir la firma electrónica puede extenderse hasta más de 15 días, asegura el contador. “Tienes que durar, nomás en eso, un mes. Si bien te va“, comenta.

El Índice de Burocracia de América Latina, en su edición 2022, encontró que muchas de las carencias de la administración tributaria en México son producto de la poca capacitación de su personal. Esto provoca que los contribuyentes tengan que realizar más de una visita y se sature el sistema de citas.

“Se observaron diferentes quejas sobre recortes al personal que ha orillado a la institución a designar a prestadores de servicio social (usualmente jóvenes entre 20 y 25 años) sin experiencia previa para atender de primera mano a los contribuyentes. Esto ocasiona retrasos en los trámites y aminora la eficiencia de las visitas al SAT; pues las personas deben regresar varias veces a realizar aclaraciones o completar sus procesos”, se lee en el informe.

 

La digitalización ha sido una solución insuficiente

 

Desde hace poco más de una década, con la democratización de la tecnología, se han hecho esfuerzos tanto a nivel federal como local para trasladar gran parte de los trámites a plataformas digitales, con el objetivo de que puedan realizarse sin asistir presencialmente a los centros de atención.

De acuerdo con Rodolfo Monreal Ávila, quien ejerce como coordinador general de Desarrollo Tecnológico y Proyectos Especiales, afirma que que el 54.5% de los sinaloenses ya hacen sus trámites ciudadanos por medios electrónicos.

“Definitivamente la tecnología ha sido un beneficio para todos, el gobierno recauda y lleva un registro más preciso, y para los ciudadanos también” dice Lauro Meléndrez, fundador y director general del Grupo Farmacón de 1997 a 2015.

Sin embargo, el empresario señala que sigue habiendo muchas áreas de oportunidad en este aspecto.

“Sí, hay trámites que todavía no están digitalizados, y que se prestan mucho para el burocratismo“, afirma.

 

Por otro lado, la calidad de las plataformas en línea de las distintas instancias gubernamentales aún deja mucho que desear. En el caso específico del portal del SAT, del que dependen varias de las operaciones cotidianas de muchos negocios, suele fallar constantemente. Así declara Cano Espinoza:

“No tenemos sistemas eficientes. Lo que a lo mejor realmente se hace en una o dos horas, puede tardar incluso días. Para que la página funcione, no marque error, me acepte documentos. Eso hace que se vaya entorpeciendo a los emprendedores, sobre todo, que es a quienes les urge“

 

La contadora explica que esta situación se repite con los sistemas de otras dependencias, como la del IMSS.

Por parte del gobierno de Sinaloa, existen esfuerzos por intentar palear el impacto que la burocracia excesiva acarrea a los emprendedores y micro empresarios que recién comienzan. Tal es el caso de la Unidad Rápida de Gestión Empresarial (URGE), que facilita servicios como registro de nombre de marca, de código de barras, logotipos, entre otros, a un precio preferente.

Así mismo, se ofrecen capacitaciones gratuitas por parte de la Secretaría de Economía del Estado para aprender a sobrellevar la tramitología que el negocio requiere, desde la creación de la empresa hasta su internacionalización, con talleres para aprender a exportar e importar mercancías.

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