Por: Cristina Ibarra
Sinaloa se enfrenta a una crisis hídrica prolongada que ha evidenciado problemas serios en la región del agua, aunado a una problemática de mercados para los cultivos sinaloenses. Ello exige cambios drásticos, de lo contrario la caída del valor de producción del sector agrícola seguirá como hasta ahora: en franca caída.
La crisis hídrica que se vive en Sinaloa dificulta la planeación de cultivos para el siguiente ciclo se siembre. Si bien, hubo altas expectativas por las recientes lluvias, es claro que estas aún no son suficientes para terminar el mes de septiembre con niveles mayores a los del año anterior. Y eso que haciendo una revisión histórica las presas sinaloenses han venido reduciendo su captación de agua en los últimos años, como se muestra en el gráfico, con información para 21 años.
Nuevos retos exigen cambios de fondo
La gobernanza del agua en México genera que una buena parte del recurso hídrico, 50% o más, se desperdicie principalmente debido a la falta de infraestructura, la deficiencia de la misma y la administración por parte de los módulos de riego.
Se han realizado estudios para comprobar que a pesar de que los módulos deberían cobrar cuotas de autosuficiencia, no lo hacen, lo que desemboca en que los módulos se encuentran en un estado no óptimo. Además, la falta de medición volumétrica y su correspondiente cobro también hace más ineficaz la gestión, llevándonos a la tragedia de los comunes, lo que es de todos no es de nadie.
Si bien, existen avances en este sentido, muchos líderes de productores han expresado que continúan con la idea de sembrar maíz. La pregunta es, cómo sembrar maíz si no hay agua, y si además la expectativa del precio de los granos es a mantenerse o incluso a disminuir.
Los peligros de la inercia
Es difícil salir de la inercia de seguir sembrando maíz en el estado, un estado con altos niveles de productividad, pero que acumula ya dos ciclos con pérdidas e imposibilidad de vender sus cosechas a precios que den mayor rentabilidad.
Según el Panorama Agroalimentario 2024 maíz de FIRA los últimos años la producción de maíz amarillo ha crecido y la tendencia se mantiene. Si bien el maíz de Sinaloa es blanco, se debe tener en cuenta que la demanda nacional alcanza alrededor de 18 millones de toneladas, y que ésta se ha mantenido estable, mientras que la producción se ha incrementado hasta unos 23 millones de toneladas, según estimó SADER en la publicación de balanza agroalimentaria publicada en diciembre de 2023. Así, el exceso de maíz blanco termina vendiéndose para uso pecuario, por tanto, a precio de maíz amarillo. Así ha sido por varios ciclos, sólo que los esquemas de ASERCA y problemas geopolíticos no habían hecho sentir este problema hasta apenas el ciclo 2022/2023.
Urge cambiar la estrategia
Este año apenas el 25 de agosto se hizo entrega del distrito de riego de la presa Picachos y ya se anunció la visita del presidente este 28 de septiembre para hacer entrega de los canales de riego en la presa Santa María, lo que significan 22 mil y 20 mil hectáreas de riego, respectivamente. Esta incorporación es sin duda una oportunidad de oro para dinamizar el crecimiento económico en el sur de Sinaloa, no obstante, sería un error repetir patrones, primero en la definición de cultivos y después en la administración del agua.
De continuar con la inercia, Sinaloa se arriesga a seguir acumulando pérdidas en el crecimiento del sector agrícola, que decreció en -6.7% en 2020, -1.7% en 2021 y -2.4% en 2022, último dato completo disponible en el INEGI.
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* Esta es una colaboración de Cristina Isabel Ibarra, presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, para Espejo Negocios.
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