En Sinaloa, se han dejado desatendidas las principales causas que propician un mercado laboral débil e incompetente en el contexto nacional. Las limitaciones en la variedad de actividades productivas que se desarrollan en el estado es la principal causa de estancamiento.
Frente a esa realidad, se precisan políticas públicas más agresivas que reparen estas condiciones, señala Jorge Ibarra, columnista y académico de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la UAS.
El mercado laboral, entendido como el conjunto de circunstancias en las que los trabajadores se desempeñan, contempla variables como la oferta y demanda de mano de obra, prestaciones salariales, condiciones laborales y tasa de desempleo. En algunos de estos rubros, Sinaloa se ha posicionado en los primeros lugares a nivel nacional en distintos índices. En otros, se nota una marcada deficiencia.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en su Índice de Competitividad Estatal 2024, colocó al mercado laboral sinaloense como el sexto mejor del país. Se resalta el alto ingreso promedio como uno de los principales motivos, además de la elevada inclusión de las mujeres en las actividades económicas pese a la alta disparidad salarial imperante en la mayoría de rubros.
El ICE 2024 toma como referencia un salario promedio de los trabajadores de tiempo completo de 11,196 pesos, que se posicionaba como uno de los más competitivos del país. Sin embargo, los datos oficiales de Data México muestran que, al segundo trimestre del año en curso, el salario mensual promedio de los sinaloenses es de 8,250 pesos. Usando esta cifra en la comparación del IMCO, Sinaloa queda como la octava más baja. La ya de por sí insuficiente cifra se reduce aún más al hablar solo del sector informal, donde el promedio es de 6,46o pesos al mes.
Pese a ubicarse en el décimo lugar nacional con el menos desempleo de acuerdo con el INEGI, desde enero a junio de 2024, el estado fracasó en las metas de creación de puestos de trabajo formal. No solo no se generaron nuevos empleos, sino que se observó un retroceso en el total de registros. Aparte de Sinaloa, los únicos estados que se reportaron en la misma situación durante dicho periodo fueron Tabasco, Veracruz, Michoacán, Morelos, Zacatecas y Campeche, según información del observatorio económico México, ¿Cómo Vamos?
Sinaloa fue el estado que más empleos formales perdió de enero a julio de 2024, con una caída de 22,762 puestos perdidos.
Con respecto a esta situación, la Dra. Rosa Delia Aguilar Carvajal, Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma de Sinaloa, miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, opina lo siguiente:
“Yo, que me encuentro en constante comunicación con egresados de educación superior pública y privada, veo como cada vez es más complicado encontrar un empleo que satisfaga las necesidades de superación del recién egresado”
Sinaloa, hasta el fondo de la tabla como la entidad donde más empleos formales se perdieron en los primeros 2 trimestres del 2024.
De acuerdo con Jorge Ibarra, las deficiencias salariales y de creación de empleo son las principales causas de lo que él aprecia como un mercado laboral sinaloense muy débil en el contexto nacional. Estos factores serían provocados, a su vez, por la limitada capacidad productiva del estado.
“Tenemos un mercado laboral muy poco competitivo en Sinaloa. Como sabemos, el mercado laboral está vinculado con la capacidad productiva de una región. Sinaloa es un estado con una capacidad productiva muy limitada, ya que su actividad económica está enfocada en eslabones muy débiles de las cadenas globales de producción”, señala en entrevista para Espejo.
Limitada actividad económica en Sinaloa: Ibarra
Según explica Ibarra, la actividad económica sinaloense se basa, en su mayoría, en el turismo, agroindustria, y el comercio al por menor. Estos son sectores que ofrecen remuneraciones muy bajas y que, por lo general, exigen muy poca calificación de su mano de obra. Es este marco de circunstancias el que propicia que en Sinaloa exista una economía laboral incompetente, con bajos sueldos y tendencia a la subcontratación por parte de las empresas.
En Sinaloa, la cantidad de empresas globales que pueden contratar al personal más calificado es muy reducida, lo que ha generado una fuga de talento, que se forma en la entidad, pero termina laborando fuera del estado.
“Quizá son Coppel, Ley, SuKarne, las empresas que emplean a los trabajadores mejor calificados. Pero fuera de eso no hay en nuestra entidad empresas fuertes, globales, de alcance internacional que puedan emplear a los mejores profesionistas. Que no es que no existan, sino que muchos se van a buscar oportunidades a otros lugares de México o incluso del mundo”, dice el académico.
Aguilar Carvajal hace el mismo apunte, al señalar que “la mayoría de los egresados tienen que emigrar a otros estados o países en búsqueda de oportunidades, u optar por seguir estudiando algún posgrado que sea garante de empleabilidad”.
Políticas públicas en Innovación e industrialización, claves para salir del agujero
Desde hace ya algunos años, académicos han señalado la inexistencia de una estrategia efectiva de industrialización en Sinaloa. La ausencia de esta en la política pública ha llevado al desaprovechamiento de oportunidades como el nearshoring, señalaba Luis Armando Becerra Pérez, especialista de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa desde el año pasado. Hasta ahora, el panorama no ha cambiado.
Jorge Ibarra retoma esta situación, y comenta que la innovación y desarrollo industrial son claves a tener en cuenta si se desea mejorar la competitividad estatal sinaloense.
“Sinaloa creo que tiene una formación de buenos profesionistas. Falta enlazarlo con una capacidad de innovación mucho más fuerte, con políticas mucho más agresivas para aprovechar las oportunidades que ofrece, por ejemplo, el nearshoring. Yo creo que en Sinaloa se ha olvidado en los últimos años una estrategia de industrialización”.
Declara que una tarea pendiente en el estado es encontrar el nicho industrial que le debe corresponder a Sinaloa. Con la inercia que han recibido sectores con un dinamismo menor, como el turismo o el desarrollo inmobiliario, se han olvidado otros nichos emergentes que podrían contribuir a ofrecer un mejor mercado laboral.
Las implicaciones que estas limitaciones tienen en la sociedad sinaloense podrían ser mucho más profundas de lo que parece a simple vista. Jorge Ibarra presenta las carencias del mercado laboral sinaloense como un factor que impulsa el crimen organizado en la entidad.
“Es un desaliento para muchos jóvenes que tienen que migrar hacia otros lados, o incluso lamentablemente ven en el crimen organizado una opción mucho más competitiva para acceder a una mejor calidad de vida”
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