Culiacán, Sin.- “En un cáncer lo primordial es la voluntad, tu estado de ánimo siempre debe de estar al cien, sino la depresión te puede tumbar”, reflexiona en retrospectiva Dinora Rojo, una sinaloense sobreviviente de cáncer de mama.
Tras un largo proceso de recuperación, ahora es parte de algunos grupos de apoyo para brindar acompañamiento a otras mujeres que vivieron las mismas circunstancias que ella.
En el marco del Mes de la Lucha contra el Cáncer de Mama, la señora Dinora compartió su testimonio para Espejo, siendo uno de las 2 pacientes que se diagnostican con esta enfermedad al día en Sinaloa, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud del Estado.
“Periódicamente yo asistía a hacerme estudios, los recomendados de toda la vida. Yo tenía apenas un mes de haberme hecho mi mastografía, cuando empecé a sentir una pulsaciones principalmente en las noches, antes de acostarme a dormir”, recuerda.
“Cuando yo me acostaba que era cuando mi cuerpo se relajaba sentía que algo se estaba abriendo espacio en mí, una pulsación en mi seno; asistí para revisión de nuevo”, comenta.
De vuelta en el hospital el radiólogo se sorprendió porque acababa de pasar su último chequeo; Dinora platicó sus síntomas, le volvieron hacer una mastografía y el médico detectó algo que no estaba apenas hace 30 días e iba creciendo.
No le quedó más que ir con el oncólogo, era la primera alarma; ahora tenían que hacerle una biopsia y desafortunadamente salió positivo.
“No lo compartí con mi familia hasta el día de la cirugía, por qué, porque tristemente el solo hecho de escuchar cáncer, la gente ya lo relaciona con la muerte. Mis papás son mayores y quise evitar ese trance”, detalla.
“El recibir la noticia de que tienes cáncer es como echarte un balde agua fría, obviamente lloré bastante pero eso mismo día, reflexione y dije: ‘me lo mandaste por algo Dios y pues vamos a darle para adelante’. Obviamente hay que empezar a acudir a citas médicas, empezar el proceso de las quimios, después radiaciones”, explica.
Sin embargo, pese que fue diagnosticada y tratada a tiempo, Dinora comenta que aun así el proceso de un cáncer de mama es muy agotador y desgastante físicamente para el cuerpo.
“Tu cuerpo empieza a cambiar desde el momento en que te dicen, hay que entrar a cirugía le vamos a quitar su pecho, se te va caer el cabello, en pocas palabras es quemar tu cuerpo por dentro: las quimios es como morir y revivir el mismo día”, considera.
Y así transcurrieron ocho quimios, una cada 21 días; posteriormente, 28 radiaciones todos los días, un procedimiento para quemar el área donde se tuvo el cáncer y así evitar que vuelva a aparecer.
Al final de eso, la recuperación física. Dinora recuerda que tras ese tratamiento su cuerpo quedó muy dañado físicamente, particularmente en ella su brazo derecho dejó de funcionar, quedó sin fuerza, dejó de hacer cosas por no poder utilizarlo: vino otro proceso, el de la rehabilitación fisiológica.
“Es poner en pausa tu vida, tuve que parar lo que son mis labores y dedicarme tiempo a mí para la recuperación, pero no por eso vas a decir que no voy hacer nada, porque eso te da para abajo. En un cáncer lo primordial es la voluntad, tu estado de ánimo siempre debe de estar al cien, ya que la depresión te puede tumbar”, advierte.
Dinora fue testigo de cómo una mujer que fue diagnosticada con cáncer de mama el mismo día que a ella ni siquiera llegó a su cirugía, el golpe emocional fue tan fuerte que no lo pudo sobrellevar.
Ya como sobreviviente e integrante de grupos de acompañamiento, asegura que es muy importante recibir ayuda psicológica en paralelo, con la finalidad de sanar las emociones: “tristemente lo que te lleva a agarrar un cáncer son las emociones”, considera.
“Todos estamos propensos a caer, no a todas se nos desarrolla, si depende mucho la alimentación y las emociones: las emociones son la raíz de la enfermedad. Si tú estás sano de tu alma no vas agarrar ninguna enfermedad, principalmente empiezas con rencores, porque no te desahogaste, porque no platicaste con la familia en el día a día, todo eso se va quedando y tu cuerpo lo reciente”, señala.
De esta manera, ahora invierte gran parte de su tiempo para compartir su testimonio junto con otras compañeras, tratar de ayudarlas a tener el menor miedo posible y que el proceso no sea tan difícil.
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