Sinaloa.- Los desplazamientos en las ciudades son muy diferentes cuando cae la noche, cambia totalmente la percepción del espacio, eleva el miedo en la oscuridad y los riesgos en zonas de inseguridad, y así lo menciona Mapasín.

En su análisis sobre este tema, la iniciativa ciudadana señala que las manifestaciones de violencia en algunas ciudades han transformado el miedo a estas zonas inseguras en un problema que afecta la calidad de vida de sus habitantes, de ahí la importancia de mantener iluminados los espacios públicos.

“La iluminación apropiada de los espacios públicos mejora la seguridad, reduce la delincuencia, facilita la movilidad, y crea un ambiente seguro y cómodo”, subraya el artículo.

 

Mapasin refiere que si bien cuando hablamos de espacio público notamos una gran diferencia de elementos urbanos en calles y banquetas, la luminaria que existe en las calles en su mayoría está enfocada para el auto, por lo que sugiere no olvidar que por las noches también transitan personas por la banqueta y ciclovías.

Enfatiza que una iluminación adecuada resalta los elementos urbanos de una ciudad, creando un entorno atractivo y agradable, pero también garantiza la seguridad de los ciudadanos mejorando la estética de los espacios públicos y contribuir a reducir los siniestros viales.

Las áreas más comunes y transitadas en las ciudades que no se debe olvidar la importancia de las luminarias son:

-Banquetas

-Calles

-Áreas residenciales

-Áreas de servicio

-Zonas comerciales

-Plazas y parques

A pesar de que este tipo de recurso tiene muchas ventajas, su exceso trae una serie de desafíos en las ciudades. Uno de los principales problemas del alumbrado público es la contaminación lumínica. La luz excesiva puede afectar negativamente a la fauna y la flora de las ciudades, así como interferir en la observación del cielo nocturno.

 

Alguna de las consecuencias de la contaminación lumínica son:

  • El consumo energético excesivo genera mayores cantidades de combustible, lo cual contribuye al cambio climático.
  • Derivado de la modificación de los ciclos biológicos de vida de los seres humanos, puede producir fatiga, insomnio o ansiedad, entre otros.
  • Altera los ciclos naturales de muchas especies, además de que afecta a las cadenas alimenticias en las que se ven implicados los animales nocturnos.

 

Las acciones a tomar en cuenta para estos casos son direccionar adecuadamente los puntos de iluminación si se encuentra en un área verde, las cuales son atractivas para las especies silvestres. Utilizar luces de baja intensidad y eficientes, incluyendo las luces que enfocan directamente al cielo, y crear conciencia sobre las consecuencias de la contaminación lumínica.

 

La importancia de las luminarias no solo radica en la seguridad pública

 

La publicación de Mapasin insiste que las luminarias utilizadas en los parques públicos, ciclovías y zonas peatonales deben garantizar el máximo confort y seguridad a los usuarios, y destaca que una de las características importantes es que se encuentran instaladas en postes bajos.

“La luminaria que podemos localizar en los espacios son para los usuarios del automóvil, con la diferencia de que este mobiliario se encuentra a una altura y distancia superior a las que se encuentran en espacios públicos, creando tramos oscuros o ciegos entre luminarias sobre la calle, lo cual concentra un espacio inseguro para los peatones y los ciclistas”, advierte.

 

En conclusión, refiere, la importancia de las calles bien iluminadas permiten a los usuarios de las vías ver claramente, lo que reduce el riesgo de siniestros viales, permitiendo a los peatones, ciclistas y conductores identificar de manera más clara a otras personas y objetos en su entorno.

La iluminación también influye en el estado de ánimo y en la percepción que las personas tienen de su entorno, además de fomentar el uso del espacio público y promover las actividades nocturnas como socializar, caminar o hacer deporte. Todo ello contribuye a una mayor interacción comunitaria.

Más información sobre Mapasin:

 

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Esta es una publicación de Mapasin, con autoría de Anel Mejía. Aquí puedes ver la publicación original.