Culiacán, Sinaloa.- En medio de una crisis climática sin precedentes, la humanidad se encuentra en proceso de superar la ideología que confrontaba el concepto de desarrollo con la posibilidad de un equilibrio ambiental, reconoce Juan Rovalo.
En entrevista con ESPEJO, el consultor en proyectos de infraestructura con enfoque ambiental abordó como las soluciones basadas en la naturaleza son cada vez más tomadas en cuenta al momento de plantear la construcción de infraestructura y proyectos de desarrollo.
“Durante muchos años hemos estado actuando bajo un paradigma en donde el desarrollo y la naturaleza están opuestos uno al otro. Y eso es lo que ahora está empezando a cambiar”, compartió.
Durante sus más de 20 años de experiencia en este campo, Rovalo ha tenido la oportunidad de colaborar en más de 100 proyectos de este tipo en más de 10 países del mundo.
En base a esta experiencia, el biólogo asegura que cada vez es más común que organismos internacionales como el Foro Económico Mundial o el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense reconozcan la importancia de imitar los ciclos y flujos naturales en temas de construcción y, en general, en todos los procesos productivos que mantienen a nuestras sociedades.
Hace algunos años, dijo, el Foro Económico Mundial publicó un informe en el que calculó cuánto dependen las industrias mundiales de la naturaleza y cuánto perderían si su degradación continúa. El resultado fue brutal, pues se encontró que alrededor de la mitad del PIB mundial depende del equilibrio y buen estado de la naturaleza.
En el caso del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense, Rovalo comentó que, dentro de este grupo ya hay quienes promueven el hacer ingeniería con la naturaleza.
“A través de procesos naturales están resolviendo riesgos de inundación, protección costera o protección de inundación. Y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército no es que sean los hippies abraza-árboles; lo que quieren son resultados efectivos a buen costo y que mantengan las instalaciones funcionales. Y están lográndolo”, compartió.
Para el biólogo, estos dos hechos son señales positivas que ayudan a motivar a otros actores a sumarse a esta tendencia que, añade, no se basa en buenas intenciones, sino en generar bienestar real y sostenible a largo plazo.
“El hecho de que ellos estén haciéndolo es una señal muy positiva de que esto es real. No es un nicho para algunos para que puedan gastar millones de dólares, sino una solución real que ofrece resultados reales a costo efectivo en el largo plazo”, añadió.
Para explicar lo que son soluciones basadas en la naturaleza, Rovalo tomó el caso de las Chinampas en la antigua Tenochtitlán. “Utilizaban plantas para que sus raíces estabilizaran los suelos, para que después pudieran ellos cultivar arriba de esa chinampa. Eso hoy en día sería tomado como una solución basada en la naturaleza, porque no está utilizando concretos o barretas de metal como lo haríamos hoy en día. No hay bombas para desahogar, no hay drenes y no hay necesidad de sacar con una bomba el sedimento, todo lo hacían a mano y todo está basado en la naturaleza”, explicó.
Pero además de los beneficios ecológicos, Rovalo insistió en que sectores como el turismo están muy interesados en adoptar prácticas de conservación como parte de sus modelos de negocio.
“Están dándose cuenta de que el cuidar el lugar en donde construyen beneficia al negocio mismo; el tener un entorno sano, el tener un lugar natural dentro y alrededor de un hotel o cabañas, beneficia al negocio como tal porque la gente está siendo atraída a ese tipo de lugares”, dijo.
Al mismo tiempo, estos sitios también resuelven problemáticas como el tratamiento de aguas residuales, estabilización de laderas u otras situaciones “que se pueden resolver con soluciones totalmente basadas en la naturaleza o soluciones híbridas por lo menos”.
“Entonces ya no hay este paradigma de contradicción de que, o conservas o haces negocios. La idea es que puedes hacer las dos y obtener mejores beneficios económicos y ambientales”, puntualizó.
¿Cuál es tu visión de las ciudades y de las infraestructuras del futuro?, se le preguntó.
“Me imagino nuevas ciudades o la recuperación de ciudades en donde, de entrada, muchos de los antiguos arroyos que metimos en tuberías estén abiertos al cielo y tengan vegetación y humedales. Eso significa que ya no utilizaríamos los ríos como desagües, sino que antes de liberar el agua la trataríamos también con humedales artificiales de manera que el agua que sale al río esté limpia.
Por otro lado debería de haber más áreas verdes y más árboles para sombrear las calles para que el calor no fuera tan intenso. Más que inundaciones, más que huracanes, más que muchos desastres naturales, es el calor de la ciudad lo que mata a más personas. Entonces necesitamos sombrearlas, necesitamos proveer una cobertura que provea sombra, no nada más en los parques, sino en las fachadas de las casas y los negocios”, imaginó.
Y aunque el biólogo reconoció que estas propuestas no son aptas para todo sitio, también indicó que en muchos lados esto sí se podría hacer, pero no se hace. “A veces porque no hay interés o porque no hay apoyo económico; pero tarde o temprano vamos a ir entendiendo que necesitamos hacerlo. El cuidado de la ciudad no debe ser nada más de barrer las calles y re pavimentar, sino también el cuidar su infraestructura viva, su infraestructura verde”, dijo.
Este martes, 29 de octubre, Juan Rovalo participará en el programa Conversaciones en el Jardín, un ciclo de charlas para fomentar el intercambio de ideas en temas como arte, arquitectura y medio ambiente. Los boletos están disponibles en la taquilla del Jardín Botánico Culiacán y en el sitio web https://botanicoculiacan.org.
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